José Ortega Cano, arrastrado por un novillo en su gran tarde de celebración
El torero, arrojado al aire por un becerro en una tarde que se suponía de homenaje
"Con la edad que tiene, no debería seguir", comentó un testigo tras el impactante incidente
El 18 de agosto de 2024 será una fecha difícil de olvidar para el legendario torero José Ortega Cano, quien vivió un momento de auténtico terror durante una faena en la Plaza de Toros del Provencio, en Cuenca. La jornada, que se suponía una celebración de sus 50 años de brillante trayectoria en el mundo del toreo, se convirtió en un episodio de altísima tensión que dejó a todos los presentes con el corazón en un puño.
La plaza estaba a reventar, con Ortega Cano, de 70 años, como el fichaje estrella del festival taurino. Todas las miradas se centraban en él, esperando una muestra más de la maestría que ha demostrado durante décadas. Con la autoridad que lo ha caracterizado durante décadas, el diestro comenzó su faena con una precisión que solo los grandes del toreo pueden exhibir. El novillo, aparentemente dominado, tropezó, lo que hizo pensar a muchos que la tarde transcurriría sin sobresaltos. Pero el destino tenía otros planes.
En esos instantes, todos los compañeros de Ortega, preocupados por la gravedad de lo ocurrido, corrieron hacia él. Con una rapidez impresionante, lo levantaron del suelo y lo ayudaron a recomponerse, limpiando su chaqueta mientras el público contenía la respiración. Afortunadamente, el susto no pasó a mayores, pero las imágenes y la tensión vivida dejaron huella en todos los presentes. Testigos del incidente no dudaron en expresar su preocupación. Uno de ellos, visiblemente afectado, comentó: «Con la edad que tiene, yo creo que no debería seguir toreando. Esto ha sido un aviso.» Ortega Cano, sin embargo, es conocido por su inquebrantable pasión por el toreo, y aunque este susto fue considerable, no parece que haya mermado su ilusión por continuar en los ruedos.
No es la primera vez que Ortega Cano se enfrenta a momentos de peligro en el ruedo. En su re-debut el pasado 12 de mayo, también vivió un episodio de tensión que dejó a sus seguidores al borde del infarto. Sin embargo, la determinación y el amor por su profesión han mantenido al diestro en pie, enfrentando una y otra vez el riesgo inherente a su oficio. En resumen, en lugar de una tranquila celebración, la tarde en Cuenca se transformó en un recordatorio brutal de la peligrosa belleza del toreo y la vulnerabilidad, incluso, de los más experimentados.