Los secretos de Bertín Osborne al descubierto en ‘El Hormiguero’ gracias a sus hijas
Alejandra, Eugenia y Claudia acudieron al programa de Pablo Motos junto a su hermana Ana Cristina Portillo
Acostumbrado a tener uno o dos invitados, a lo sumo tres, Pablo Motos ha batido su propio récord al tener en plató a las hermanas Osborne: Alejandra, Eugenia y Claudia, que acudieron a ‘El Hormiguero’ con la más pequeña, Ana Cristina Portillo, a quien Bertín Osborne quiere como a una hija más. Las cuatro son una piña y, triunfan en sus respectivos trabajos, incluyendo las redes sociales. «Nos peleamos, pero sobre todo nos reímos. Y lo hacemos por cosas que nadie nos entiende», han contado a los pocos minutos de sentarse frente al presentador valenciano.
Empezaba fuerte Pablo cuando, al presentar a cada una de ellas ha tirado de las definiciones que ha hecho el propio Bertín de cada una de ellas. «Qué capullo», ha dicho Alejandra cuando ha sabido que su padre la define como una «loca maravillosa». Para el cantante Eugenia es «la sargento de la Legión», mientras que Claudia, a la que todas consideran la más mimada, es para su progenitor «una mente privilegiada y hablar con ella es interesante». Ana Cristina, a pesar de no ser hija del artista, siempre ha sido una más en su casa ya que, tras su separación de Sandra Domecq, siempre se tuvieron un gran cariño.
Tras estas cariñosas cualidades destacadas por el intérprete de rancheras, fue el turno de las cuatro hermanas, que no desperdiciaron su paso por el programa de las hormigas, y aprovecharon para desvelar algunos secretos y anécdotas desconocidas de su padre. «Es un momento genial porque podemos hablar de Bertín, pero él no puede contestar. No hay teléfono de aludidos ni nada de nada», comentaba el presentador valenciano entre risas antes de empezar a averiguar cómo es el presentador de ‘Mi casa es la tuya’ cuando nadie le ve.
Todas han coincidido en destacar, y no para bien precisamente, lo maniático que es con el orden y la limpieza. «Le encantan la aspiradora y la fregona», confesaba Eugenia. «Hay veces que desordenamos la casa solo por fastidiarle. Cuando dejábamos el cuarto desordenado llegaba con la aspiradora gritando: ‘¡Recogedlo todo!’. Mis amigas pueden dar fe», continuaba. «¿Le gusta más la aspiradora que el caballo? No me lo imagino», preguntaba entonces Motos. «El último fin de año se acabó la fiesta y se pudo con la aspiradora. La usa más que el caballo», respondían entre risas.
La aspiradora, el caballo y también el fútbol. Osborne es un apasionado de los deportes, pero su pasión por el deporte rey es de otro nivel. Hasta el punto que Alejandra no pudo por menos que contar lo ocurrido el mismo día de su boda. «Mientras íbamos en coche a la iglesia, iba escuchando un partido». «En la mía los hombres se habían ido al salón a ver un partido con mi padre. Pero me lo pasé tan bien, que no se lo tengo en cuenta», relataba entonces Eugenia, reconociendo que le molestaba en cierto modo este fanatismo futbolero de su padre.
Y aunque Bertín Osborne siempre destaque por su sentido del humor y su sonrisa, sus hijas han descubierto su lado más estricto y han contado además cuál es su peor cara. «Riñendo da mucho miedo, tiene mucho carácter. Se pone rojo y se le hincha la vena», afirmaban. Su amor por sus hijas es tal que sus ansias de protección han llegado a llevarle a poner un detective privado a uno de los primeros novios que le presentó Alejandra.
Por eso Eugenia confesaba que, después de ver lo estricto que era su padre en este aspecto, nunca quiso que conociera a sus novios. «Estoy casada, tengo tres niños, pero cuando era mi novio se lo presentó un amigo mío. Yo estaba en la otra esquina y me fui cuando me miró». Pablo Motos le quitaba hierro al asunto explicando que «cada vez que me abraza es como si fuese un llavero, siento una cosa que siento con pocos». «Tiene la alegría de vivir, estás con él y te lo pasas bien», reconoció el comunicador.