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‘El Hormiguero’ | El agradecimiento de Dani Rovira a su ‘bola extra’ en la vida: "ahora cumplir años, meses o días es una suerte"

  • Alba García
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La llegada de septiembre le ha sentado muy bien a Dani Rovira, que está disfrutando del éxito del trabajo bien hecho. Tras visitar el FesTVal 2021 a comienzos de mes, el malagueño ha aterrizado esta noche de martes en El Hormiguero para presentar su último trabajo, la película Mediterráneo. Dejando el humor de lado, Rovira, que comparte pantalla con Eduard Fernández, se mete en la piel de uno de los socorristas que en el año 2015 viajaron hasta la isla griega de Lesbos tras ver la impactante fotografía de un niño ahogado en el Mediterráneo. Un viaje que cambiaría sus vidas y que supuso el comienzo de la ONG Open Arms, dedicada a rescatar a los migrantes que naufragan frente a las costas europeas.

Dani Rovira ha lucido una camiseta de la ONG Open Arms, en la cual está basada su última película / Antena 3

Sin duda, el rodaje fue una gran experiencia para los dos actores, que pudieron acercarse a una realidad extrema que sufren muchas personas. Llegar a ese momento no fue nada sencillo, no solo porque la pandemia retrasó los plazos que tenía la película, sino porque en el camino Dani Rovira tuvo que hacer frente al cáncer. Una época complicada de la que ha hablado con Pablo Motos.

«En mi caso, fue como una pelea contrarreloj el poder estar ahí, yo estuve confinado más que el resto de la gente, casi 6 meses sin salir de casa. Al poder llegar a tiempo a este rodaje, estaba feliz. No puedo decir que para mí hubiera momentos malos. Pero cada minuto que he pasado en ese rodaje ha sido un privilegio», ha dicho a Pablo Motos, que ha preguntado sobre el momento personal más duro.

Rovira ha contado cómo vivió el cáncer / Antena 3

«Yo venía de una bola extra. ¡Cómo si hubiera rodado en mitad del desierto! Me hubiera dado igual», ha seguido el malagueño que ha explicado que en esa etapa vivió todos los sentimientos y emociones. «Ahora mismo a toro pasado y habiéndolo superado y estando bien, tengo una sensación de gratitud. Cuando te pasan este tipo de cosas y consigues superarlas la vida se torna de un cristal más cristalino y de colores más chulos. Es como cuando subes a una montaña durísima, que no sabes si vas a llegar pero cuando estás en la cima las vistas son las mejores del mundo», ha intentado explicar.

Con la perspectiva que solo otorga el tiempo, Dani Rovira afirma que solo puede estar agradecido por lo que le tocó vivir. «Ahora mismo, no quiero ser frívolo, tengo gratitud de que la vida me haya enseñado una lección tan grande como esa. Lo valoras todo, obviamente, muchísimo más. Mi 40 cumpleaños fue atípico pero muy feliz, para mí ahora cumplir años, meses o días es una suerte. Todo ha cambiado».

Una forma diferente de apoyo

Además, el actor ha querido compartir qué tipo de apoyo era el que mejor le venía a él. «Al ser un personaje público te llegan muchos consejos, y luego haces lo que te resuena pero sobre todo escuchaba a gente experimentada, que me decía que me diera prioridad a mí mismo». Según ha contado, llegó un momento en el que tuvo que dejar de lado las preocupaciones por cómo estaba su entorno para centrarse en él. «Te das prioridad, te mimas, y dices cuando pase esto estaré a tope para los demás. En ese momento intentas centrarte en ti. Me prioricé, había mucho amor en el entorno».

En ese sentido, recomienda «intentar educar a tu alrededor para decirle qué te hace falta en cada momento. Porque la gente quiere ayudar pero no siempre se sabe cómo. A veces hay gente querida y muy cercana que es torpe y no te ayuda», ha resumido, recordando que recibía mensajes por WhasApp en el que le preguntaban cómo estaba, cuando él prefería «que me mandes un mensaje cada dos o tres días diciéndome: que te quiero mucho, un abrazo, o un corazoncito. No exigir tener que contar a cada minuto como estoy. Eduqué así un poco a mi círculo cercano y ha sido un camino de mucho amor. El amor y la ciencia lo pueden todo».

Un año de cambios

El pasado mes de julio se cumplía un año desde que Dani Rovira hiciera el mejor anuncio, que había terminado la quimioterapia, dejando atrás el linfoma Hodgkin que le diagnosticaron meses atrás, tras encontrarse bastante cansado, y para el que se comenzó a tratar inmediatamente.

«¡Se acabó la QUIMIO! 8 sesiones y 4 meses entre pecho y espalda. Secuelas: pérdida de pelo, las venas de los brazos duras como bridas y cabeza de hipopótamo (de ésta última no me comentaron nada)», anunciaba a través de sus redes sociales junto a una divertida fotografía en la que aparecía disfrazado con un máscara de hipopótamo, derrochando humor y buena energía.

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