Enrique Ponce, Ana Soria y un incansable derroche de halagos en su primera aparición televisiva
Propiedades, empresas y más: el ‘lado oculto’ de Enrique Ponce previo a su aparición televisiva
Enrique Ponce y Ana Soria, su discreta historia de amor que dará el salto a la pequeña pantalla
horas antes de su esperada primera aparición en televisión
Enrique Ponce y Ana Soria a punto de pasar por el altar
La noche del martes se convertía en una de las más esperadas de la semana para la audiencia de Antena 3. Y es que, Enrique Ponce y Ana Soria se han sentado por primera vez como pareja en el plató de El Hormiguero dispuestos a despejar algunas incógnitas sobre su romance, el cual comenzaba hace casi tres años después de que el torero se divorciara de Paloma Cuevas. Una historia de amor que ha estado marcada por la polémica desde el minuto uno, sobre todo teniendo en cuenta que son nada más y nada menos que 26 años los que se llevan el diestro y la joven. Algo que no parece importarles en absoluto y así lo han demostrado ellos mismos al ponerse a prueba ante las preguntas de Pablo Motos.
En un primer momento, ha sido el torero el que ha querido romper el hielo a la hora de tomar la palabra y deshacerse en halagos ante su novia: «Ana es la mujer de la que estoy enamorado locamente por muchísimas cualidades humanas que ella tiene y que podría estar enumerando. Una sobresale por encima de todo y es el corazón tan grande que tiene, lo buenísima persona que es de verdad. Siempre está más preocupada por los demás que incluso por ella misma, y luego también tiene una gran fortaleza porque ha sabido soportar muy bien las injurias y calumnias de alguna gente que sin conocerla la ha juzgado por el mero hecho de haberse enamorado de mí. Cada día te quiero más», comenzaba explicando, ganándose así la ovación del público y provocando una sonrisa inmediata de su pareja.
Por su parte, Ana ha cogido el testigo de Enrique para expresar los motivos que la han llevado a sentarse frente a las cámaras: «Tenía ganas de que la gente pueda conocerme como soy porque nadie que haya opinado públicamente sobre mí me conoce. Empezamos nuestra relación y la prensa nos ha dado mucha caña, nos hemos mantenido siempre y no hemos querido entrar a nada porque no es nuestro mundo y hemos querido llevar nuestra relación desde la más absoluta privacidad», revelaba bajo la atenta mirada de los espectadores, del presentador y de su compañero de vida, a quien hacía referencia también: «Desde que me enamoré de él pasé a ser alguien conocida sin que la gente sepa como soy. Hemos aguantado mucho, llevamos tres años aguantando y escuchando cosas que no son justas y que duelen porque somos personas con corazón y sentimientos, y tenía ganas de que la gente vea que soy una chica normal, con sentimientos y ya está», finalizaba, abriendo así su corazón por primera vez y como nunca antes.
Pero como no podía ser de otra manera, la entrevista no quedaba ahí, y tanto Ana como Enrique han tenido oportunidad de hablar sobre cómo se conocieron, cómo llevan la diferencia de edad y también la presión mediática a la que se han visto sometidos desde el inicio de su romance. Una serie de premisas por las que la almeriense tuvo que dejar en un segundo plano su carrera de Derecho para «ocuparse de su salud mental» mientras conocía a su pareja, a quien a día de hoy considera un tanto «despistado». Un adjetivo que ha demostrado con una divertida anécdota con la que ha dejado entrever que la relación del maestro con su suegro es excepcional.