El Pazo solo es el remate: el fulminante declive social de la familia Franco
Los nietos de Francisco Franco no dejan de recibir mazazos y cada vez están más arrinconados y dispersos. ¿Se ha resentido realmente su patrimonio con la concesión al Estado del Pazo de Meirás?
102 millones de euros repartidos en 89 viviendas, 266 plazas de garaje, 29 fincas, cinco locales comerciales, tres prados y hasta hace pocos días, un palacio. Este es el patrimonio de los Franco según una investigación realizada hace algunos años por ‘El País’. Una cifra que no es baladí y que habla a las claras del tremendo poder adquisitivo de los herederos de Francisco Franco, pero que no esconde una realidad: el declive social de la familia.
La reciente noticia de que deben devolver al Estado su buque insignia, el Pazo de Meirás tras demostrar la jueza que las pruebas aportadas al juicio demuestran que el palacio fue regalado en 1038 al jefe del Estado y no a Francisco Franco Bahamonde a título particular. Más allá del hecho de arrebatar a la familia del dictador la residencia donde veraneaba hasta su muerte en 1975, lo que se pondera son dos cosas: el valor sentimental de esta finca testigo de alguno de sus mejores momentos – con permiso de el palacio de El Pardo-, así como la derrota ante algunos sectores de la sociedad que consideran que los nietos de Franco no merecen más privilegios de los debidos dado quien fue su abuelo.
Ellos no piensan lo mismo y ya han anunciado que pelearan por un edificio monumental que consideran suyo. LOOK se puso hace unos dias en contacto con ellos. Carmen Martínez Bordiú, actual duquesa de Franco, ha declinado hacer declaraciones: «No voy a hacer ningún comentario, gracias!». Por su parte, Francis Franco sí que se ha pronunciado sobre la situación. El hijo de Carmen Franco mostró su descontento con la sentencia: «No hemos decidido si vamos a luchar, pero casi seguro que sí. Parece que la sentencia es muy mala», nos dijo. Horas después confirmaban que sí que van a apelar una decisión que consideran injusta.
No es un secreto que la casi incontable riqueza de los herederos del general les ha permitido tener una vida de lujos y caprichos. El autoproclamado caudillo dejó todo «atado y bien atado» para que su mujer, hija y demás descendientes no les faltase de nada. ¿De qué cantidad hablamos? Según el testamento que hizo el 20 de febrero de 1968, Franco guardó 28,5 millones de pesetas (1,8 millones de euros +IPC) en herencia para su mujer, Carmen Polo, y su hija Carmen. Esa cifra es sumatoria del patrimonio total que tenía la familia en 1975: entre 1.000 y 20.000 millones de pesetas.
Uno de los que ha controlado la mayor parte de las finanzas familiares durante décadas ha sido Francis Franco. El boyante empresario ha gestionado negocios muy rentables y en su propiedad se le atribuyen 85 viviendas, 264 plazas de garaje, un solar, cuatro trasteros, cinco locales comerciales, tres fincas y un sótano.
Pero no todo el monte es orégano y conforme ha pasado tiempo tras la muerte de Franco, sus descendientes han ido perdiendo patrimonio. Hablamos de buenas fuentes de ingresos como: el Palacio del Canto del Pico, en Torrelodones, traspasado en 1988 por más de 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros) tras años abandonado; la parcela en la Colonia El Bosque, en Pozuelo de Alarcón (Madrid); la finca Cerca de los Monteros, en Marbella; los terrenos de olivares en Mancha Real (Jaén) o los apartamentos en la Playa de Campoamor (Alicante).
En cambio sí que conservan la joya de la corona: el emblemático edificio de la madrileña calle de los Hermanos Bécquer, en el barrio de Salamanca. En esta casa dio Carmen Franco su último suspiro de vida en diciembre del 2017 y desde hace años funciona como sede de todos los negocios de la familia a través de la empresa Sargo Consulting S.L. Es su centro de operaciones. El deceso de la hija del caudillo fue, por cierto, el primer trago amargo que tuvieron que asimilar los Franco. Desde ahí todo ha ido en picado y su popularidad ha vuelto a salir a la palestra, por suerte o por desgracia. Acicate de ello son las disputas y discrepancias que mantienen sus nietos entre sí. Es de dominio público que no existe buena relación entre los integrantes del clan.
Una exhumación convertida en redención
El descrédito público de la familia tuvo como epicentro la exhumación de los restos mortales de Francisco Franco desde el Valle de los Caídos hasta el cementerio de Mingorrubio, en El Pardo. El Gobierno de Pedro Sánchez había aprobado el traslado el 15 de febrero del 2019 y, el 24 de octubre del mismo año, se produjo la imagen histórica de sus nietos y bisnietos transportando el féretro desde la capilla al helicóptero que le condujo hasta el camposanto.
En definitiva, los Franco tienen un holding empresarial lo suficientemente robusto como para seguir viviendo con holgura, pero cada vez están más cercados por el Estado. La de Meirás no es la única pelea judicial que los Franco tienen pendiente por supuestas usurpaciones de bienes públicos. El Ayuntamiento de Santiago tiene abierto un proceso para para reclamar dos figuras pertenecientes al Pórtico de la Gloria de la catedral de Santiago que quedaron en manos de Carmen Polo, y está pendiente la reclamación sobre otro inmueble en el centro de La Coruña, la Casa Cornide. Puede que no hayan notado pérdida de dinero alguna, pero lo que da la sensación de habérsele escapado a los Franco es la aceptación de gran parte de la sociedad.