Fabiola Martínez estrena una marca para mujeres reales y nos cuenta a quién no vestiría: "No me identifico con ella"
Fabiola Martínez recibe a LOOK en su primer proyecto detrás de cámaras
La venezolana nos presenta su nueva marca de ropa para "mujeres reales"
Sin maquillar y con un café con leche de avena, Fabiola Martínez ha invitado a LOOK a la sesión de fotos su primer proyecto detrás de cámaras llamado BONBINI. La modelo ha comenzado una nueva aventura empresarial. Concretamente en la industria textil y, aunque no es una «fashion victim», conoce muy bien este sector, pues fue una reconocida modelo antes de asumir su mayor responsabilidad: la maternidad. Durante muchos años, la venezolana estuvo volcada en la crianza de Kike y Carlos, sus hijos con Bertín Osborne. Sin embargo, llegó un punto en su vida en el que se puso por delante de todo y de todos y empezó a materializar lo que siempre había soñado: ser madre, pero también mujer y, ahora, empresaria.
Un nuevo y revolucionario concepto en moda
Desde que aterrizara en España en 1994, Fabiola ha tenido que escuchar todo tipo de comentarios y han sido muchas las etiquetas que ha recibido por el hecho de enamorarse. Ahora, esas etiquetas las pone ella por las noches en su casa y las coloca en cada una de las prendas de BONBINI. Su objetivo con esta marca es que las mujeres se sientan libres y que sea la ropa la que se adapte a la personalidad y no al revés.
Martínez conoce muy bien este sector pues, antes de mudarse a nuestro país, se dedicó a la industria de la moda, pero como modelo. «Yo durante muchos años trabajé como modelo y siempre me ha gustado, tampoco he sido una fashion victim y la vida da muchas vueltas. Esa etapa fue preciosa, me permitió viajar y conocer muchas culturas. No reniego de eso. En el punto en el que estoy ahora creo que estoy preparada para dar un salto de estar delante de la cámara a estar detrás como empresaria y con una visión muy clara. Sin esa Fabiola no estaría esta», nos cuenta por empezar por sus inicios en este sector tan competitivo y difícil.
La empresaria cuenta que «siempre ha sido muy delgada», pero que afortunadamente los cánones de belleza han evolucionado: «Yo empecé en una época en la que las modelos eran muy escuálidas, sigue siendo así en algunas marcas. Pero ha cambiado el concepto y ahora hay más diversidad. Mi moda es una moda para mujeres reales y todas somos distintas. Yo quiero que mi ropa refleje la personalidad de quién la lleva, no al revés. No quiero que sea el emblema de la marca, si no la personalidad».
Dos décadas después de mudarse a nuestras fronteras, Fabiola está dispuesta a conquistar con su marca de ropa, que surgió precisamente por un amigo suyo que, además, es su paisano: «Surgió por un amigo con el que trabajaba en Venezuela y yo trabajé con él, yo era la modelo de sus diseños. Todavía estamos empezando y dándole forma».
Como cualquier autónomo, los comienzos no son nada fáciles y, a pesar de tener un nombre en los medios, lo cierto es que por ello este camino para Martínez no ha sido menos complicado: «Es muy arriesgado, no te lo ponen nada fácil. Se paga mucho, se pagan muchos impuestos, es difícil. Soy autónoma y me las llevo todas, pero procuro que eso no me quite la ilusión de ir hacia donde quiero ir. Ya se buscará la manera de, a pesar las dificultades, sacar adelante el proyecto».
Con este proyecto Martínez quiere soñar y que muchas mujeres sueñen. Pero, entre sus fantasías está vestir a una de las mayores referentes de la moda española: «He soñado con eso también, despierta. No aspiro a Victoria Beckham, no me identifico mucho con su forma… Pero sí he pensado en la Reina Letizia por su personalidad».
Fabiola Martínez: Madre y empresaria
Este último año ha estado cargado de proyectos para Fabiola puesto que, BONBINI se suma Cuando el silencio no es una opción, su libro y donde se ha abierto en canal para denunciar que siendo menor de edad sufrió abuso sexual. Además, también está al frente de la Fundación Kike Osborne, que ayuda a muchas familias.
Por todo ello, la empresaria nos confiesa que no logra desconectar del todo aunque a veces se permite leer un libro: «Estoy con el piloto automático, sé que como salud mental no es lo más apropiado. En mi caso hay momentos de pico, el momento es ahora, ahora no puedo pensar que no llego. Me esfuerzo y trato de dar el mil por mil. Lo que me da energía es momentáneo. He aprendido a delegar y ahora tengo a mis padres que me están ayudando con los niños y eso me permite no tener que estar tan pendiente de todas las cosas de casa y lo mismo ocurre con la Fundación Kike Osborne».