EXCLUSIVA | El ‘backstage’ del inesperado debut como influencer de Felipe VI en el Museo del Prado
Felipe VI irrumpió como 'influencer' en Instagram para el Museo del Prado con un vídeo sobre 'Las Meninas'
La idea fue una operación cuidadosa entre la Casa Real y el museo, con semanas de preparación
El vídeo de Felipe VI explicando 'Las Meninas' ya acumula más de 40 mil 'likes'
Hace unos días apareció de pronto Felipe VI en la cuenta de Instagram del Museo del Prado. Sin más preámbulo ni dramatismo. Cara a cámara, como un influencer cualquiera si es que eso es posible siendo Rey, se arrancó con una lección sobre Las Meninas de Velázquez. El gesto, sencillo en apariencia, fue en realidad un prodigio de orfebrería institucional: una operación quirúrgica de comunicación que llevó semanas de maduración, conversaciones discretas, cartas formales y un fino olfato para lo simbólico. LOOK ha tenido acceso al backstage del que ya es el vídeo más comentado y aplaudido de la historia reciente del Prado.
Todo comenzó con una reunión interna en el equipo de prensa del museo. La idea de celebrar el directo número mil de la cuenta de Instagram, que empezó casi de rebote en 2017 como un experimento para mostrar las obras antes de abrir por las mañanas, pedía una acción a la altura. Desde entonces, aquel proyecto modesto se ha convertido en un fenómeno con más de 87 millones de visualizaciones y una media actual de 120.000 reproducciones por vídeo, que ha contado con más de 150 invitados de perfiles tan variados como científicos, artistas, diseñadores, músicos y hasta deportistas. La demanda del público crecía y la fórmula no paraba de consolidarse. Pero para la efeméride, había que ir más allá. Y ahí apareció la idea del Rey.
La institución vio en el Rey Felipe VI la figura que combinaba lo institucional con lo cercano, la relevancia con la frescura. No fue un capricho, sino una apuesta estratégica. Como nos cuentan desde dentro, la primera toma de contacto con la Casa Real fue informal y prudente, casi un tanteo: «Oye, pues no suena mal». De ahí se pasó a enviar una carta formal explicando los motivos y la importancia del acto. La Casa Real, que recibe un volumen ingente de peticiones, dio luz verde. Eso sí, descartaron la opción más ambiciosa: la presencia en directo, que resultó materialmente inviable. El formato sería un vídeo grabado.
Un detalle poco conocido: la elección de Las Meninas no fue iniciativa del museo, sino de Zarzuela. Una decisión que el Prado celebró como un acierto pleno, porque el cuadro no sólo es el más famoso y querido de la colección, sino que «encarna a la perfección la conexión entre la institución monárquica, la historia del arte español y la cultura popular», señalan. Un triángulo perfecto que convirtió al Rey en la voz ideal para acercar la obra a millones de espectadores de forma natural y didáctica.
El resultado no pudo ser mejor. En Instagram, el vídeo desató una ola de comentarios, más de 2.500 en un solo día, y «todos positivos». Ni una sola crítica, algo prácticamente inédito en el convulso panorama digital español. La gente ha alabado la iniciativa, la naturalidad del Rey y la calidad del contenido. Ha sido, en palabras del equipo del Prado, «un éxito absoluto» que no sólo celebra la cultura, sino que la acerca a un público muy amplio, con el plus de que haya sido Su Majestad quien se haya puesto al frente de esta ventana digital.
El impacto del vídeo es también un reflejo del cambio que ha vivido el Museo del Prado en su manera de comunicar. De aquel tímido inicio en 2017, cuando los directos eran simples imágenes de las obras antes de abrir, hasta hoy, con un canal que suma millones de visualizaciones y una audiencia diversa que exige contenido dinámico y accesible. En plena pandemia, la iniciativa #PradoContigo mantuvo viva la conexión con el público, y el museo ha sabido mantener el pulso, incorporando voces variadas, desde científicos como Juan Luis Arsuaga hasta artistas y diseñadores, pasando por figuras del deporte, la música o el periodismo. La inclusión de formatos complementarios como los reels y la colaboración con instituciones nacionales e internacionales han ampliado aún más ese alcance.
El estreno del Rey en Instagram marca así un antes y un después, no sólo en la estrategia comunicativa del museo, sino también en la relación de la monarquía con la sociedad. Felipe VI, sin artificios, ha sabido colocarse en el punto exacto donde tradición y modernidad se encuentran, usando la red social no como un altavoz vacío, sino como un canal real para compartir cultura. Si esto era un experimento, la apuesta ha sido redonda y el Prado ya no descartan futuras colaboraciones con Su Majestad.