El día que Ana Obregón contrató a Jeffrey Epstein para salvar su fortuna
Ana Obregón conoció al magnate en una fiesta
La actriz no era consciente de lo que él hacía
Ana Obregón contrató a Jeffrey Epstein para salvar sus negocios. El estadounidense fue uno de los magnate financieros más reconocidos del mundo y lo condenaron por una red de tráfico de menores en el mundo de la élite. El 10 de agosto de 2019, se informó de que presuntamente, Epstein se había suicidado en su celda. Entre todos sus clientes de la alta sociedad, una de sus primeras fue Ana Obregón, quien por aquel entonces estaba muy interesada de recuperar la fortuna familiar.
En su libro Filthy Rich: A Powerful Billionaire, the Sex Scandal that Undid Him, and All the Justice that Money Can Buy, James Patterson relata cómo la actriz española se comunicó con Epstein para obtener ayuda en la recuperación de los millones de dólares invertidos por su padre, Antonio García Fernández, en Drysdale’s Securities Corporations, antes de que la empresa fuera acusada de fraude.
En esta transacción, al igual que en otras realizadas por él, no se tiene certeza sobre la cantidad de dinero que logró recuperar. Sin embargo, parece que Obregón quedó satisfecha con el resultado. Patterson afirma que ella facilitó la entrada de Epstein al círculo social de Hollywood, un ámbito al que él necesitaba acceder para consolidar su reputación como defensor exclusivo de las grandes fortunas, especialmente en ese momento en que Ana trabajaba en la película Bolero junto a Bo Dereck.
Así conoció Ana a Epstein
La relación de amistad entre Ana Obregón y Jeffrey Epstein comenzó cuando ambos eran muy jóvenes y de forma inesperada en una fiesta: “Me lo presentaron y conectamos enseguida. Vinieron mis hermanas a verme y todo el día con ellas por Nueva York. Tocaba el piano de cine. ¡Si vino a verme a Madrid y le presenté a mis padres! ¡Varias veces! En Nueva York siempre íbamos un grupo de cuatro: Jeff, Ludovico, que murió de sida, Anna Chu, que era sobrina de Marlon Brando, y yo”, relataba Ana en una entrevista para Vanity Fair.
“Jeff era maravilloso. Era un genio. Con 28 años ya era supermillonario. No sabes cómo se portó conmigo. Me llamaba a las 6:30 de la mañana todos los días para desayunar, porque ahí abre todo prontísimo. Y allá que iba. Éramos íntimos. Me ayudaba en todo. Íbamos para acá, para allá. Luego yo cogía el Metro para ir al Actors Studio y él me mandaba la limusina. A mí me daba vergüenza que me vieran mis compis y me bajaba una manzana antes, confesaba.
A pesar de ello, con el tiempo, fueron perdiendo el contacto y cuando la actriz se enteró de lo ocurrido con el magnate, no dió crédito: “Estoy un día en Miami, cuando viví allí, por 2014, y empiezo a ver una serie de un tío que se lleva a chicas jóvenes a su casa y le dan masajes y se acuesta con ellas. Y pienso: ‘Mira qué guarro’. Y de repente veo: Jeffrey Epstein. Digo: ‘¡No me lo puedo creer!’. Llamo a mi hermana: ‘Amalia, no te lo vas a creer’. Casi me muero. ¡Había estado en la cárcel! ¡Mira, mira! Y a los pocos días voy a hacerme unas fotos para la revista People o no sé para qué, y me ponen una estilista… ¡Era Anna Chu! ¿Tú te lo crees? Le digo: ‘Anna, ¿te has enterado de lo de Jeff? ¿Será verdad?’”, afirmaba.