Dani Rovira se quita la careta para afrontar su última batalla contra el cáncer
El actor ha mostrado su imagen en redes sociales antes de comenzar un nueva sesión de radioterapia
Hace solo una semana que Dani Rovira anunciaba que su lucha contra el cáncer estaba llegando a su fin. Y lo hacía de la misma forma que anunció el diagnóstico en el mes de marzo, solo dos semanas después de comenzar el confinamiento. Hace siete días y con una foto suya luciendo una máscara, el humorista malagueño anunciaba el fin de la quimioterapia y hablaba con naturalidad de la secuelas del tratamiento y de lo que aún quedaba por llegar. «¡Se acabó la quimio! 8 sesiones y 4 meses entre pecho y espalda. Secuelas: pérdida de pelo, las venas de los brazos duras como bridas y cabeza de hipopótamo», comenzaba diciendo en el post. Continuaba explicando que aún le quedaban por delante 18 sesiones de radio diarias, «aunque los linfomas han desaparecido, los médicos lo han decidido así por cauterizar y precaución». Y finalizaba comentando que «a mediados de agosto, este mal sueño habrá acabado», sin olvidarse de agradecer el cariño recibido y alabando la profesionalidad del personal sanitario.
Varios post después y a solo unas semanas de terminar su lucha, Rovira ha querido desprenderse de la careta y mostrar su realidad poco antes de una nueva sesión de radioterapia. Eso sí, a pesar de las evidentes secuelas de la quimio, el protagonista de ‘Ocho apellidos vascos’ no pierde el sentido del humor y tiene muy presente a Pablo Ráez, por eso ha hecho suyo el hastag que popularizó el joven #siemprefuerte y el emoticono de un potente biceps. Una publicación que ha obtenido 427.000 likes y cuyos mensajes han respondido con el el mismo icono, entre ellos su compañero Dani Martínez y las actrices Blanca Suárez y Cristina Castaño.
En esta última etapa de tratamiento Dani ha querido además explicar cómo ha vivido su enfermedad y el tratamiento. Y lo ha hecho en una entrevista con Juan Carlos Ortega en la cadena SER, donde no ha faltado ese sentido del humor que le caracteriza. Así comenzaba su intervención, explicando que esa era la mejor sesión de radio a la que se sometía. «No sabes lo que es la radioterapia, te hacen un molde superajustado a tu figura y cuando te la dan te anclan a la cama de una máquina que se llama acelerador, para que cada día la radiación vaya exactamente donde tiene que ir. Es algo muy moderno, porque hace 30 años debía ser una especie de lanzallamas».
El linfoma de Hodkin ha venido a poner su vida ‘patas arriba’ empezando por una mudanza a la sierra de Madrid donde ahora reside haciendo «vida vampírica» debido al tratamiento por el que no puede darle el sol. «Con la quimio llegaba al hospital a las 9 de la mañana, me sacaban sangre para ver cómo andaba con las defensas y a partir de ahí en el laboratorio me hacían los jarabes. Eran cuatro bolsas de quimio intercaladas con bolsas de suero y algún medicamento. En total litro y medio que te meten en vena hasta que salíamos de allí a las tres y media de la tarde». Y entre sus sesiones de quimioterapia, Rovira no ha dejado de trabajar. Ahora ya tiene puestas su miras en el rodaje de su próxima película, ‘Mediterráneo’, para lo que tendrá que trasladarse a Grecia.