Cucuruchos de gamba frita y un resbalón mediático: la cara b de la preboda de Tamara e Iñigo Onieva
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Antes de pronunciar su tan ansiado Sí, quiero y convertirse en marido y mujer, Tamara Falcó (41) e Iñigo Onieva (34) quisieron, en la tarde de ayer, organizar una fiesta de preboda en el lujoso Hotel Mandarín Oriental Ritz. El mismo enclave que semanas atrás fue testigo de la fiesta de matrimonio de Kiko Matamoros y Marta López Álamo. Hasta allí de desplazaron cerca de dos cientos invitados -los más jóvenes del total de convidados al enlace-, entre los que destacó la presencia de numerosos rostros conocidos, como la actriz y hermana del empresario madrileño, Alejandra Onieva, Vicky Martín Berrocal, Manuel Falcó, Amparo Corsini, Chábeli Iglesias y Ana Boyer, Fernando Verdasco, Eugenia Martínez de Irujo o Cristina Reyes, entre otros.
Aunque Iñigo Onieva y la marquesa de Griñón llegaron por separado al evento, una vez dentro, se mostraron muy cómplices y con muchas ganas de pasarlo bien. Para la ocasión, Tamara escogió un conjunto blanco de su colección Family y Friends primavera-verano 2023, en colaboración con Pedro del Hierro, compuesto por un pantalón ancho de tiro alto y detalle de jaretas en la cintura; y una blazer corta, con cuello solapa y de manga larga, y con las hombreras marcadas. Por su parte, Iñigo, algo más informal, lució un pantalón vaquero de color negro, una camisa azul claro y una americana a juego.
La velada estaba pensada para ser un encuentro distendido tipo cóctel entre los presentes. De ahí que no faltara, por ejemplo, el Moët & Chandon Impérial, el champanes más emblemático de La Maison desde 1869; ni exquisiteces culinarias tales como bocados de patata trufada, pimiento caramelizado, pan airbag con presa ibérica, croquetas de boletus, bocaditos crujientes de tortilla, cucuruchos de gamba frita con espirulina, dados de atún marinado, chupitos de gazpacho, tartar de vaca madurada con huevo de codorniz o yema de espárrago verde, queso curado y jamón ibérico. Todo ello, creación, entendemos, del chef Quique Dacosta, encargado de desplegar su singular talento culinario en Deessa, el restaurante estrella del hotel antes citado.
La nota musical a la celebración llegó en torno a las 23:00h de la noche de la mano del grupo sevillano Los Alpresa, que, según ha trascendido, tocaron varias canciones a petición del propio Iñigo Onieva: De Triana a Nueva York, de Manuel Linares, Vivir sin aire, de Maná, A mi manera, de Vicente Fernández y Pídeme, de Raya Real; siendo este último, el tema que le dedicó el empresario a Tamara antes de que ésta abandonara el lugar para irse a descansar para su gran día.
Enrique Iglesias, el gran ausente
Pese a que unas últimas declaraciones de Julio Iglesias Jr. apuntaban a que Enrique Iglesias sí iba a acudir al enlace de su hermana, finalmente no será así. Ha sido precisamente el modelo español el encargado de confirmar la noticia a modo de rectificación de sus propias palabras en Y ahora Sonsoles: «Mi hermano no viene porque no le gustan las bodas. No estuvo ni en mi boda», expresó.
Julio José acudió al programa de Antena 3 minutos previos a que diera comienzo la preboda de Tamara e Iñigo, y allí, además de desvelar varios detalles del enlace más esperado del año, descubrió, sin querer, el secreto mejor guardado de su familia: la boda ya celebrada de Enrique Iglesias y con Anna Kournikova. Tras asegurar que su madre había estado en las bodas de todos sus hijos, la de Ana, la de Chabeli y la suya propia, Sonsoles comentó al cantante que «en todas menos en la de Enrique», porque no estaba casado. Fue en ese momento cuando Julio dio una respuesta inesperada: «Lo que no hizo es una boda a lo grande», dijo.