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Siguen más latentes que nunca los dos bandos que ya separan a la Familia Real británica. Por un lado, Meghan Markle y el príncipe Enrique continúan con su exitosa serie y con las memorias Spare, que vieron la luz el pasado 10 de enero. Y, por otro, la Corona al completo sigue ajena a la polémica, utilizando el silencio como arma perfecta mientras se encuentra en el punto de mira. Y es que, si la muerte de Isabel II fue un duro golpe en Palacio, las mediáticas declaraciones del hijo de Carlos III sobre su familia han terminado por dinamitar la institución.
Pero, ajenos a todo, los miembros de la Familia Real continúan sus vidas con total normalidad. Los últimos en aparecer han sido los príncipes de Gales, que se dejaron ver a la entrada del nuevo Hospital Universitario Royal de Liverpool. Después de las vacaciones de Navidad, Guillermo y Catalina Middleton retomaban sus compromisos oficiales, apareciendo por primera vez desde la publicación de Spare para inaugurar este hospital donde se reunieron con sanitarios para apoyar la salud mental de los ciudadanos de la zona.
Sin embargo, su caso omiso a las preguntas sobre la polémica no fue lo más destacado de su reaparición. Los looks completamente conjuntados llamaron mucho la atención y, en concreto, el abrigo con el que la nueva princesa de Gales hizo un guiño a Meghan justo cuando su relación pende de un hilo. Para la ocasión, la nuera de Carlos III rescató del fondo de su vestidor un abrigo de tartán de Holland & Cooper que lució por primera vez en noviembre de 2021, en una reunión para conmemorar el Memorial Day. Además, el pasado diciembre también se dejó ver con él cuando plantó un árbol en memoria de la Reina Isabel II en la Abadía de Westminster.
Una pieza que ya lució Meghan Markle en 2018 durante el primer viaje a Escocia que hizo con el príncipe Enrique. Para la ocasión, la duquesa de Sussex se decantó por un estampado asociado tradicionalmente con Escocia y que se entendió como un guiño a Diana de Gales, puesto que la entonces princesa de Gales se caracterizó por hacer del tartán una de sus claves de estilo, además de ser uno de los símbolos más arraigados de Reino Unido.
Una fuerte pelea
Y es que, esta coincidencia estilística se produce justo cuando ha salido a la luz una de las peleas que Kate y Meghan tuvieron antaño y que hizo que su relación se fuera poco a poco a pique. Han sido las memorias del príncipe Enrique las que han contado cómo fue este episodio que terminó en lágrimas. Pocos días antes de pasar por el altar, la actriz se encontraba ultimando los detalles de su boda, entre los que estaban los vestidos de las niñas de la corte nupcial. Entre ellas se encontraba la princesa Charlotte y cuando Kate le probó el vestido a su hija rompió a llorar. Según relata el hijo de Carlos III, su cuñada se dio cuenta de que a su hija le quedaba muy grande y que apenas tenía tiempo para arreglarlo.
Fue entonces cuando la mujer de Guillermo le envió un mensaje a Meghan contándole lo ocurrido, pero no fueron capaces de ponerse de acuerdo para solucionar el problema. Mientras la actriz le pidió que llevase a la niña al Palacio de Kensington para arreglar el vestido, Kate insistió en hacerle uno nuevo, pero no había tiempo. En ese momento, la futura novia se encontraba lidiando con el escándalo de su padre y sintió que su cuñada no había mostrado ninguna empatía hacia ella. Cuando el príncipe Enrique llegó a casa se encontró a su mujer sollozando mientras intercambiaba mensajes muy tensos con la esposa de su hermano. Al día siguiente, Kate le llevó unas flores a la duquesa de Sussex en señal de disculpa, pero nada volvió a ser como antes.