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Carmen Borrego, líder silenciosa en la búsqueda de los últimos beneficios que deja la herencia de María Teresa Campos

Tras su muerte, los carísimos muebles de María Teresa Campos ya están en una casa de subastas buscando nuevo dueño.

Dicho procedimento ha sido capitaneado por Carmen Borrego, la hija menor de la conocida periodista.

  • Alberto Ardila
  • Periodista especializado en crónica social, exclusivas y televisión.
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Uno de los grandes interrogantes que quedan por resolver tras la muerte de María Teresa Campos empezó a despejarse esta misma semana. Era el pasado lunes 16 de octubre cuando un camión de mudanzas llegaba a la casa donde María Teresa Campos vivió sus últimos días. La consigna era clara: recoger todos los muebles de la vivienda en una operación supervisada por Carmen Borrego. ¿Dónde ha ido a parar la otra herencia de la presentadora?

Sus joyas mobiliarias acabaron en Abalarte, una casa de subastas propiedad de Gonzalo Mora. El destino es claro, someterlas a una puja pública en este mercado para poder encontrar un comprador, darles una tercera vida (María Teresa los tuvo en sus dos últimas residencias) y, de paso, conseguir sacar unos beneficios por dichos muebles, que irán a parar a sus herederas universales, ergo sus dos hijas. La casa de subastas elegida se ubica en Madrid y destaca por tener en su catálogo piezas de estilo retro y que beben de inspiraciones victorianas, napoleónicas y demás tendencias clásicas, muy similares a los objetos que adornaban los hogares de la madre de Terelu Campos y Carmen Borrego.

Carmen Borrego, María Teresa Campos y Terelu / Gtres

La que fuera residencia de María Teresa Campos en Molino de la Hoz fue decorada por el preciosista decorador Jaime Fierro, fallecido en 2009. El interiorista fue pionero en su sector gracias al gran cambio estético que imprimió a las viviendas de algunos rostros conocidos de nuestro país. El asturiano no solo se encargó de decorar la mansión de la periodista malagueña, sino que también apuntó más alto, incluso. Suyo fue el sello dentro del dúplex de la calle Ortega y Gasset (Madrid) en el que la infanta Elena y Jaime de Marichalar vivieron los tiempos felices de su amor.  Otros ilustres clientes de Fierro fueron Fernando Fernández Tapias, José María García, Ramón Calderón, Isabel Preysler, Terelu Campos -aconsejada por su madre- e Isabel Pantoja.

La anterior casa de María Teresa Campos contaba con 12 dormitorios, 15 baños (más incluso que la residencia de Isabel Preysler en Puerta de Hierro) 4 plazas de garaje interiores más otros 8 exteriores, y una superficie habitable de 1.979 metros cuadrados sobre un terreno de 5.875. Lo dicho, toda una mansión. La presentadora no escatimó en detalles para su casa. Lo quería todo y que fuera bueno. Escogió telas y muebles de Vaanda hechos a medida. María Teresa nunca escondió su gusto por lo barroco, los brillos y el rococó. Hace décadas se empezó a abrazar como tendencia el cargar la decoración de las casas, frente a lo minimalista que prima hoy en día en la estética de interiores. A la Campos le gustaban las telas estampadas con motivos muy grandes, con mucho dorado y adamascado, fabricadas por marcas francesas de primer nivel como Braquenie, Pierre Frey o Nobilis, cuyo metro de material podía llegar a alcanzar los 200 euros de valor.

¿Qué pasó con sus muebles?

En cuanto a los muebles de la casa de Molino de la Hoz, María Teresa se los encargó a un buen amigo de Jaime Fierro, Rafael Martín Bayón. Pequeñas obras de arte mobiliarias que acabaron en una subasta cuando la presentadora de Qué tiempo tan feliz decidió mudarse a una vivienda más modesta. Por ejemplo, una pareja de sillones de estilo Luis XV del siglo XIX, hechos en madera tallada y dorada, que se ha compraron por 600 euros, así como un suntuoso reloj de sobremesa de bronce por el que se pagaron 1.900 euros. Un buen puñado de ingresos que sirvieron para hacer frente a los gastos propios de una mudanza muy mediática.

Pero no todos los muebles de Molino de la Hoz fueron subastados. María Teresa Campos decidió llevarse consigo varias piezas a las que tenía mucho cariño y que adornaron las estancias de su casa de Aravaca hasta el final de sus días. El aire estético vintage -con el dorado como nota cromática dominante- seguía imperante en su flamante domicilio. Las flores también tenían un rol protagonista.

Ahora, varias de estas serán subastadas como ya sucediera anteriormente, si bien no entraron en la puja que Abalarte realizó este pasado 17 y 18 de octubre de 2023. Carmen Borrego ha tomado las riendas del proceso de vaciado de la casa de Aravaca, con el traslado de mobiliario incluido. Look ha podido saber que la hija pequeña de María Teresa Campos no quiere perder tiempo a la hora de solventar este doloroso trámite.

Borrego informa a su hermana de todo, pero es ella quien ha capitaneado todo. De cara a una que se pueda desatar una posible guerra fraternal por las ganancias obtenidas con estos valiosos objetos, hay que destacar que se antoja difícil puesto que, tal y como sucediera en la primera subasta, la empresa paga a las dos herederas por igual cuando se vendan los muebles. Presumiblemente, antes de Navidad. Ambas se han quedado objetos personales de Teresa, pero no unos muebles que dentro de poco tendrán nuevo dueño, dando carpetazo a un cabo por atar de la herencia de María Teresa.

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