Carmen Borrego y José María Almoguera cara a cara: reproches, indignación y un secreto revelado
Carmen Borrego se ha mostrado bastante nerviosa durante el encuentro
La colaboradora reconoce que ha atravesado un momento muy delicado
Carmen asegura que ha protegido a su hijo en muchos momentos
Carmen Borrego y su hijo, José María Almoguera, han protagonizado un esperado cara a cara. Ha sido el programa semanal de Santiago Acosta el que ha logrado el hito de un encuentro que, en un principio, se preveía privado y que finalmente ha podido presenciar la audiencia de la cadena de Fuencarral. Tanto es así que el secreto ha terminado viendo la luz: Carmen y su primogénito fueron a un psicólogo para intentar solucionar sus problemas.
A pesar de las tablas que Carmen Borrego tiene en los mentideros televisivos, la colaboradora se mostraba muy nerviosa ante el momento que estaba a punto de vivir: «Estoy nerviosa. Para mí esta noche es uno de los peores escenarios que me hubiera imaginado. Después de tantos meses podría decir que estoy preparada, pero creo que las madres estamos poco preparadas. A lo mejor también hay comentarios míos que a él no le gustan», explicaba Carmen a Acosta y Archidona antes de comenzar.
Por parte de Almoguera, los nervios también fueron los protagonistas antes de mirar a los ojos a su madre. Sin embargo, su visión no era nada esperanzadora acerca del resultado: «En ningún momento me lo hubiera imaginado y estoy igual de nervioso que el otro día. Espero que salgamos como estamos y no peor».
Primer acercamiento entre madre e hijo
Tal ha sido la tensión entre ambos que finalmente el encuentro entre ambos no ha podido ser cara a cara y no han querido coincidir en plató, pero si se han mirado cara a cara. El primer acercamiento ha tenido lugar con una gran distancia en el estudio. Un foco ha iluminado a la hija pequeña de María Teresa Campos y desde su posición ha podido visualizar un pequeño vídeo en la gran pantalla sobre todo lo que ha dicho su hijo.
Lo mismo sucedía después con José María, que también ha visto un vídeo, pero esta vez era de su madre hablando de él. Todo lo dicho hasta ahora por parte de ambos ha hecho mella en la materialización de un posible abrazo entre ambos. Sin embargo, ambos han dejado claras sus posturas por encima del afecto que siguen afirmando tenerse entre ambos.
A pesar de asegurar que su hijo es el hombre de su vida, Carmen Borrego lo ha dejado meridianamente claro. Su orgullo ha ido por delante de sus ganas de abrazar a su hijo: «Yo no vengo aquí a solucionar nada», aseveraba. Tras esta contundente afirmación enumeraba cada uno de los fuegos abiertos con su primogénito concluyendo que para ella José María es el hombre más importante para ella pero no a «cualquier precio».
José María Almoguera expone su dolor
José María, por su parte, ponía sobre la mesa todo lo que le ha dolido de la mujer que se supone, debería protegerle y apoyarle sin condición: «A mí me ha dolido que se haya dicho que yo he sido un mal hijo y hasta esta noche ella no lo haya negado, porque eso no es verdad y es duro, yo nunca he hecho nada como para que se elucubre sobre los supuestos problemas que yo le he dado a mi madre».
Y así, entre reproches y comentarios el uno sobre el otro, llegaba la gran confesión de José María Almoguera que dejaba sorprendidos a propios y extraños: «Esto no lo pensaba contar, pero llegados a este punto lo voy a contar. Mi madre y yo intentamos ir a un mediador para arreglar las cosas», desvelaba. Una mediación profesional que finalmente no llegaba a buen puerto.
El secreto de la familia
A pesar de la cara de sorpresa de Carmen Borrego intentando negar lo que su hijo había contado, finalmente no pudo negar la realidad y acabó confirmando el dato. Almoguera, con una gran elocuencia, explicó con pelos y señales lo que sucedió entre ambos para que esta medida extrema entre ellos no llegara a buen puerto: «Fuimos a un psicólogo para intentar solucionar nuestras diferencias, pero no fue bien. Lo hice con la intención de arreglar las cosas con ella», explicaba.
Lo más sorprendente de este hecho es que, la ayuda entre madre e hijo fue buscada por José María después del nacimiento de su hijo. Finalmente, el encuentro que se preveía como base a una posible reconciliación, terminó de la misma manera que había empezado. Con un gran muro entre Carmen y su hijo que se plantea como imposible de derribar.