EXCLUSIVA: Carme Chaparro, pieza clave de una cadena con la que ha salvado la vida de una familia ucraniana
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Van a cumplirse dos meses desde que Rusia tomara la decisión de invadir Ucrania. Situación que ha provocado que miles de ciudadanos ucranianos abandonen sus hogares para así poder salvaguardar su vida. La solidaridad ha estado presente desde el minuto uno y, prueba de ellos son las numerosas ayudas que se han facilitado hasta el momento por parte de los ciudadanos de todo el mundo. Sin ir más lejos, gracias a Carme Chaparro y a un chat de madres y amigas se ha podido ofrecer una nueva vida a una familia de refugiados.
Look se ha puesto en contacto con la periodista para poder conocer la historia de Hanna, protagonista de este relato que ha conmovido a las redes sociales. “Esto nació a través de los chats de las madres y padres del colegio. Entonces, las familias que han acogido a gente de Ucrania lo han comentado ‘oye, tengo a esta familia que busca trabajo…’, entonces, una madre ha acogido a una familia muy jovencita con un niño de cuatro años y resulta que, la mujer era pastelera y patrona de barcos y nos preguntó si conocíamos algún lugar de trabajo”, nos ha revelado Carme en un primer momento.
Fue en ese momento, en el que la escritora tuvo la idea de ponerse en contacto con una amiga suya, Patricia Mateo. “La llamé: ‘Mira, Patricia, tengo esta chica’, que venía de la zona de Odesa, donde se sacó el título. Me dijo que le mandara su Instagram para ver el tipo de pastelería que hacía para buscarle una ubicación. Esta chica, Hanna solo habla inglés y ruso y me dijo Patricia que no me preocupara”, nos ha contado Carme Chaparro. Este era solo el principio de una historia con final feliz. “Entonces Patricia, que tiene una extensa red de contactos llamó a sus amigas fundadoras de Madreamiga y le dijeron que le daban trabajo en el momento. Sin verla, sin hablar con ella”, añadía muy emocionada por la generosidad de esta cadena de personas que tenían un único objetivo: ayudar a Hanna y su familia.
“Directamente una de las dueñas de Madreamiga llamó a Hanna y habló también con la madre del colegio, que es en la casa en la que está viviendo Hanna. Está trabajando y están enamorados de ella de lo dulce que es. Se ha adaptado fenomenal. Al final una red de cuatro personas… y de una empresaria que, sin conocer a esa mujer solo fiándose de lo que le decíamos nosotras le ha dado trabajo. Fue una cadena de te pido, te pido y así surgió. La gente buena…”, indicaba Carme Chaparro en conversación con este digital.
La autora de No decepciones a tu padre expresaba el orgullo de haber podido dar una segunda oportunidad junto a otro grupo de personas a esta familia que lo ha perdido todo en la guerra, pero que sueña con volver al que un día fue su hogar. “Yo conté la historia porque siempre estamos hablando de la gente mala, pero la gente buena, que es generosa, que hace cosas… porque al final yo solo fui una correa de transmisión. Yo tenía un contacto, pero la familia que está acogiendo a Hanna, a su marido y a su niño, otra persona que les ha dado trabajo y les han cambiado la vida”, terminaba diciendo Carme Chaparro. Esta es solo una muestra más de cómo con la soliradidad se puede cambiar la vida de una familia que está atravesando una de las peores épocas de su vida.