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Ajeno al futuro

Carlo Costanzia no esconde la pulsera telemática que le hace localizable para las autoridades

Se trata de una herramienta de control para una pena ya impuesta y que se instala por orden judicial

El hijo de Mar Flores está convencido de que no tendrá que entrar en prisión tras ser sentenciado

Carlo Costanzia se sincera con Sonsoles Ónega tras saber cuánto tiempo estará en prisión

Cuando todos los caminos parecían conducir a que Carlo Costanzia iba a tener que pagar sus delitos con pena de cárcel, el futuro se ha despejado para él. Por lo menos, de momento. El hijo de Mar Flores ha vivido una semana muy dura ya que recibió la noticia de que debía ingresar en prisión. Después de comparecer públicamente en Antena 3 para defender su inocencia y mostrarse bastante tranquilo, Carlo se ha permitido una escapada para desconectar de tanta polémica y, de paso, darse uno de los últimos baños del año en la playa.

Como quien no tuviera ningún problema, Carlo Costanzia ha estado relajándose en una idílica playa. En el vídeo que ha incluido en su carrusel de imágenes se le aprecia la pulsera telemática en su tobillo izquierdo, que se deja ver entre las olas cuando sale del agua hacia la orilla. Además, presume de esculpido cuerpo, de tatuajes y de unos abdominales realmente tonificados.

Mediante este artilugio a la vanguardia de la tecnología, los presos gozan así de su régimen de semilibertad. Por ejemplo, quien también llevó este tipo de tobilleras fue Rodrigo Rato. Su funcionamiento es sencillo ya que van por señal GPS que se conecta a los satélites, de tal modo que las autoridades pueden tener controlado en todo momento al recluso. Además, para evitar la tentación de deshacerse de ellas (resulta sencillo cortarlas), los fabricantes  introducen cables de fibra óptica en las correas para evitar manipulaciones. Asimismo, introducen un software que se puede personalizar según las necesidades de cada departamento para establecer en qué zonas pueden estar los delincuentes.

Carlo Costanzia en la premiere de una película en Madrid / Gtres

Lo más sorprendente de estas imágenes de Carlo Costanzia en la playa, ajeno a la condena que pesa sobre él y disfrutando de la vida, es la frase que ha elegido para acompañar las fotografías:  «¿Qué tal una taza de me importa una mierda?». Una manera explícita, sin filtros y frontal de explicarle al mundo entero que no está nada preocupado por los delitos que se le imputan. Unas palabras que podrían sonar con cierto aire prepotente pero con las que deja bien clara su postura.

Mucho más comedido se mostraba en su última intervención junto a Sonsoles Ónega. El actor de Toy Boy dio sus explicaciones, como por ejemplo, la razón por la que su pacto con la Fiscalía se rompió. Esto fue el resultado de empezar el procedimiento asesorado por unos abogados que no aportaron las pruebas necesarias para permitirle no salir culpable de lo que se le acusa. En cambio, aseguró que ha llegado a un acuerdo con los damnificados: «Lo voy a devolver, es un dinero que siempre he pensado que era lícito». Además. vuelve a señalar a su socio, Roberto: «He pagado por él y les he dado de más».

Mar Flores y Carlo Costanzia/ Gtres

Quien no ha vuelto a pronunciarse sobre la situación de su hijo es Mar Flores. La madre del condenado dijo estar «destrozada» cuando se conoció la sentencia y tendió la mano a su hijo. Pero con el paso de los meses, su unión no es la misma que antaño y ya hay quien habla de un distanciamiento total entre ellos.

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