Fabiola, Eugenia, Alejandra y Claudia: la trinchera que protege a Bertín en su paso atrás
Bertín Osborne se aleja progresivamente de la primera línea mediática, limitando su presencia
Las hijas mayores de Bertín Osborne, además de Fabiola Martínez, actúan como escudo protector del artista
A sus 71 años, Bertín Osborne vive un momento de su vida marcado por la transición y la prudencia. Tras cuatro décadas de música y televisión, el cantante y presentador ha decidido reducir su exposición pública, retirarse progresivamente de los escenarios nacionales y centrarse en proyectos más controlados, como su programa en Canal Sur, El show de Bertín, y la Fundación Kike Osborne, creada junto a Fabiola Martínez para apoyar a familias con niños o adultos con necesidades especiales. Sin embargo, lo más notable de esta etapa no es solo su retirada, sino cómo la familia se ha convertido en su principal escudo frente a la prensa, la política y los conflictos personales que podrían deteriorar su imagen.
El nacimiento de Arian David, hijo de Bertín Osborne y Gabriela Guillén, supuso un punto de inflexión en la exposición mediática del cantante. Durante casi dos años, su relación ha estado marcada por tensiones, reproches y desencuentros que se hicieron públicos de forma constante. Gabriela Guillén no ha escatimado en declaraciones, relatando con detalle sus reclamaciones sobre la manutención y el régimen de visitas, y asegurando que Bertín solo ha visto a su hijo en contadas ocasiones y tardó en formalizar cualquier acuerdo económico estable. Estas circunstancias han alimentado titulares, debates y polémicas, en marcado contraste con la estrategia de discreción que Bertín ha decidido mantener. Consciente del desgaste que genera la exposición mediática, el cantante ha optado por no responder públicamente, protegiendo así su reputación y evitando que los titulares eclipsen su trabajo en televisión y su vida personal.
Mientras Gabriela expone su versión ante los medios, Bertín confía en quienes pueden protegerlo. Sus hijas mayores, Eugenia, Alejandra y Claudia Osborne, fruto de su primer matrimonio con Sandra Domecq, junto a Ana Cristina Portillo, hija de su ex mujer ya fallecida, han asumido un papel activo como guardianas de su imagen. No se limitan a aparecer en eventos; gestionan la percepción pública de su padre, asegurando que su figura se mantenga digna y controlada frente a los ataques mediáticos. Fabiola Martínez, ex mujer de Bertín y madre de Kike y Carlos, refuerza esta trinchera. Gracias a su papel en la Fundación Kike Osborne y su visibilidad mediática, logra que la atención se centre en proyectos solidarios y positivos, manteniendo a Bertín en un segundo plano y protegido del escrutinio y la polémica.
Esta estrategia quedó patente en la tercera edición de los premios Dona2. Bertín estuvo presente, pero no acaparó la atención mediática. El protagonismo recayó en Fabiola y en las hijas mayores, quienes posaron, hablaron con la prensa y gestionaron la visibilidad del evento, demostrando cómo la familia actúa como un escudo que protege al patriarca mientras él mantiene un perfil discreto. Eugenia Osborne se convirtió en una de las voces más claras, declarando tras el acuerdo con Gabriela: «Me alegro mucho… mientras haya comunicación, las cosas salen», transmitiendo un mensaje conciliador y reflejando la manera en que la familia interpreta y gestiona la exposición pública de Bertín.
Este contraste evidencia cómo las hijas de Bertín y Fabiola se han convertido en una auténtica trinchera que protege al cantante. Mientras Gabriela encarna la presión mediática y los conflictos familiares, la familia actúa como mediadora y gestora de la narrativa, absorbiendo la atención y blindando a Bertín de los focos. Gracias a este escudo, él puede concentrarse en su trabajo en Canal Sur, en la Fundación Kike Osborne y en la preparación de su próxima gira de despedida, sin verse directamente arrastrado por polémicas ni sometido al escrutinio constante de la prensa.
Las deudas y el estado de salud de Bertín Osborne
La etapa actual de Bertín no solo está marcada por la prudencia y la discreción, sino también por circunstancias externas que podrían haberlo puesto bajo presión mediática. La aparición de su nombre en la lista de grandes deudores de Hacienda, con 865.601 euros pendientes, sumada a la iniciativa de Por Andalucía para exigir su expulsión de Canal Sur, lo situó en el centro de la polémica. Frente a esto, PP y Vox defendieron su continuidad, y Bertín optó por mantener un perfil bajo, dejando que fueran sus hijas y Fabiola quienes gestionaran la comunicación y protegieran su imagen.
A este contexto se suma su salud. Tras sufrir los efectos del covid persistente, que afectaron su voz y sistema inmunológico, Bertín decidió reducir su exposición pública y centrarse en proyectos que le permitan preservar su legado sin comprometer su bienestar físico ni emocional. La combinación de esta retirada gradual con la protección de su familia garantiza que su carrera y figura pública se mantengan intactas, incluso en un momento de transición vital.