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NAVIDAD AGRIDULCE

Arantxa Sánchez Vicario, contundente en su regreso a casa por Navidad pendiente de juicio

  • Marta Menéndez
  • Televisión, Moda y Corazón. Graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Lleida. Antes, redactora y locutora de informativos en la 'Cadena SER' y redactora de Cultura y nuevas tendencias en 'El Independiente'.
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Arantxa Sánchez Vicario (51) vuelve a casa por Navidad. Atrás quedan las disputas familiares que coparon portadas y decenas de titulares cuando la ex tenista publicó su libro Arantxa, ¡vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer, en el que habló de la mala gestión que hicieron sus progenitores de su patrimonio cuando ejercía su profesión.

Arantxa Sánchez Vicario en el aeropuerto

Este miércoles, la que fuera un as del deporte español aterrizaba en Barcelona desde Miami con sus dos hijos, Arantxa y Leo, para pasar estas fechas tan señaladas junto a su familia. En medio eso sí, de la polémica por el juicio al que se enfrentará el próximo 12 de septiembre por alzamiento de bienes, después de varios años de instrucción. «Creo en la justifica, siempre he creído en la justicia. Es todo lo que tengo que decir, espero que me respetéis», dijo a los micrófonos de Gtres a su llegada.

La extenista y su ex marido, Josep Santacana, están acusados de un supuesto delito de alzamiento de bienes y serán juzgados en el juzgado Penal 25 de Barcelona del 12 al 15 de septiembre de 2023 por, supuestamente, ocultar patrimonio para evitar que el Banco de Luxemburgo se cobrase una deuda de 7,5 millones de euros, que ya habían reclamado al matrimonio en julio 2010. La Fiscalía pide para ambos una condena de cuatro años de cárcel, además de una multa de 8.640 euros para ellos, y  6,1 millones en responsabilidad civil, tres años y medio de prisión y una multa de 7.560 euros para los cómplices.

Arantxa Sánchez Vicario y su ex marido Josep Santacana 

El caso tiene su origen en 2009. Sánchez Vicario fue condenada por el Tribunal Supremo a pagar una multa de 5,2 millones de euros después de declarar tener su lugar de residencia en Andorra. Hacienda la multó tras considerar que no era cierto y pidió un aval para pagar la multa que nunca llego a abonarse. Según reza el acto de acusación, la tenista actuó «bajo las consignas» de su ex marido y juntos, «idearon un plan consistente en descapitalizar su numeroso patrimonio, frustrando de este modo el cobro de dicha cantidad».

Pero este proceso judicial se suma además al que la deportista tiene aún pendiente con el padre de sus hijos. Desde que se separaran en febrero de 2017, tras una década juntos, ambos se encuentran inmersos en un proceso de divorcio. La pareja comenzó su relación en 2007 y tan solo un año después, se dio el Sí, quiero en una ceremonia celebrada en el emblemático castillo Perelada, en Girona. En 2009 nació su primera hija, Arantxa, y, en 2011, Leo.

Arantxa Sánchez Vicario el día de su boda 

A lo largo de estos años, la ex deportista ha dejado claro a que su relación con el empresario catalán es mala. «Este hombre es maquiavélico. Yo estaba enamoradísima, lo di todo por amor y no fui recompensada. Lo bueno es que tengo a unos hijos maravillosos y doy la vida por ellos. No tenemos relación. No hablamos, solo cuando llama, le paso el teléfono a mis hijos y nada más. Su traición es tan profunda que la cicatriz no se curará nunca», expresó en una entrevista para la revista Hola! en 2019.

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