Monje antes que rey

Ramiro II de Aragón era el tercero de 3 hermanos. Nació en el año 1086 (no se sabe dónde exactamente) Su papá era el rey Sancho Ramírez de Aragón y su madre la reina Felicia de Roucy. También tenía un medio hermano, hijo de su padre con su primera esposa. Es decir, Ramiro era el cuarto en la cadena de sucesión a la corona.

Las posibilidades de que heredara el trono eran pocas, por lo que es enviado por su padre al monasterio de Saint-Pons-de-Thomières en Francia cuando apenas tenía 6 años. Su familia decide que lo mejor para él es que su formación sea religiosa.

Comienza el camino a una sucesión que parecía imposible

El 4 de junio de 1094 fallece el rey Sancho I Ramírez y se convierte en sucesor inmediato su hijo mayor, Pedro, quien gobernó durante apenas 10 años y murió el 28 de septiembre de 1104 sin dejar descendencia. Los dos hijos de su primer matrimonio murieron antes que él. Entonces, el sucesor al trono aragonés fue su hermano Alfonso I (1104- 1034), ya que Fernando Sánchez de Aragón, quien se suponía era el segundo al trono falleció antes que el rey Sancho I en el año 1086.

Ahora, la corona estaba muy cerca de Ramiro. Ya tenía 18 años y estaba a punto de abandonar Francia. A los 24 años se convierte en el abad del monasterio de San Facundo y San Primitivo en Sahagún, España. La esposa de Alfonso, la reina Urraca de León fue el medio para llegar al título de Ramiro, sin embargo, la relación entre el matrimonio desmejoró hasta que finalmente se separan sin tener hijos y termina dejando a Ramiro fuera del cargo.

En 1116, el rey Alfonso I le ofrece a su hermano Ramiro ser obispo. Esto no agrada mucho a otros clérigos, por lo que su trabajo allí duró muy poco. Con el tiempo, pese a los esfuerzos de su hermano por empujarlo a poseer altos cargos dentro de la iglesia católica aragonesa, Ramiro no alcanzaba ir más de ser conocido como “el Monje”.

Un giro que cambiaría todo

Cuando logra conseguir ser obispo de Roda-Barbastro, la vida que parecía, en un principio, no ser para Ramiro llegó sin buscarla. Su hermano, el rey Alfonso I falleció tras ser herido en una batalla contra los musulmanes el 7 de septiembre de 1134. Y, aunque este había dejado en su testamento que la sucesión quedaría a cargo de órdenes militares, los aragoneses no estaban de acuerdo y deciden que el heredero al trono debía ser su hermano menor, Ramiro.

A diferencia de su hermano, que se le conocía como el Batallador y que tuvo una vida como monarca muy respetable, el nuevo rey Ramiro II de Aragón apenas era conocido entre la nobleza. Según algunos registros, se habla de un presunto levantamiento por parte de los nobles para expulsar al nuevo monarca.

Entonces, adelantándose a esto, el rey Ramiro II les citó en el Palacio Real de Huesca y los decapitó.

A continuación, parte de los territorios que Alfonso I había ganado fueron retomados por los musulmanes hasta imponer su propio rey, García Ramírez. La necesidad de dejar un heredero como sucesor llevó al rey Ramiro II a casarse con la princesa Inés de Poitou con quien tuvo una hija a la que llamaron Petronila. Después del nacimiento de la niña, el matrimonio real se diluye por un acuerdo previo de unión por el interés de engendrar un heredero.

Cuando la princesa Petronila apenas tenía un año de edad su padre la comprometió con el conde Ramón Berenger (24 años), de este modo, asumía de inmediato funciones dentro del reinado de Aragón como el nuevo sucesor de Ramiro II, quien planeaba volver a su vida eclesiástica.