Emilio Griffiths: el gran misterio que está por resolver de la Guerra Civil española

La Guerra Civil española envuelve todo tipo de incógnitas que siguen siendo un misterio ocho décadas después. El comienzo y desenlace de este conflicto es bien conocido, pero la manera en la que concluyó sigue siendo un misterio. En general, se desconoce por qué razones Franco no pudo finalizar la guerra con anterioridad y todo lo que respecta a su innegable superioridad militar, se han mantenido en una serie de equívocos. A todo ello se le suma el enigma en torno a Emilio Griffiths y el misterio de los restos de Calderón de la Barca.

Algunos enigmas y misterios que hay que conocer

El final de la Guerra Civil

El fin de la Guerra Civil guarda una estrecha relación con el Ejército Popular, el cual había sido colmado por la división política y económica, provocada por el aislamiento diplomático y militar al que fue sometido. Este gran desequilibrio explicaría la acelerada concentración de poder de Franco durante la guerra y la posterior unificación y perpetuación de su modelo dictatorial.

La Guerra terminó de la misma manera en la que empezó, con un golpe de Estado, pero de distinta naturaleza. El primero provocó la misma, mientras que el segundo dio pie a un enfrentamiento interno que dividió el Frente Popular y provocó una ruptura con graves consecuencias. Este final traumático marcó significativamente la interpretación de la guerra y la cultura política de la izquierda española.

Emilio Griffiths ¿Quién era realmente y cómo terminó su ajetreada vida?

Al hablar sobre los misterios de la Guerra civil es imposible no hacer mención sobre el asesinato de Emilio Griffiths, un veterinario que al estallar la guerra se convirtió en uno de los capos sanguinarios de la represión franquista. Después de ocho décadas, sigue sin conocerse las verdaderas razones de su rápida caída. Hay muchas teorías en torno él, pero todas apuntan a que se llevó unos cuantos secretos a la tumba.

Cuando comenzó la Guerra Civil, Griffiths formaba parte del Cuerpo de Investigación y Vigilancia, pero en lugar de haber sido liquidado como muchos de sus compañeros, sencillamente escapó. Debido a su pronto ascenso a una posición de autoridad en el bando rebelde, se cree que ya se había comprometido con los golpistas hacía tiempo.

En agosto de 1936 ya trabajaba como delegado en la administración militar de Gilbartar. Sobre él recaía la responsabilidad de extender todos los permisos para quienes desearan cruzar desde España hasta Gibraltar, incluidos los trabajadores. La represión en esta región fue muy dura, siendo una prueba de ello los saqueos, las expropiaciones, las violaciones y las 411 personas fueron ejecutadas por motivos arbitrarios.

Abuso de poder como estrategia

Griffiths había convertido los robos, los saqueos y el abuso de poder en prácticas habituales con el fin de financiar al ejército rebelde. Pese al gran poder que había adquirido, fue arrestado en La Línea en mayo de 1937, por órdenes procedente de Salamanca. Aparentemente, el angloespañol había sacado una tajada de dinero del tráfico de dinero en la frontera con Inglaterra.

No obstante, hay quienes aseguran que se trataba de un espía inglés, en tanto que la Inteligencia británica de Gibraltar desveló que su detención fue por la denuncia de un antiguo amigo que deseaba vengarse de Griffiths. En todo caso, su muerte aún es un enigma, pues se desconoce si tras ser capturado fue asesinado o si se suicidó al caer del quinto piso de una cárcel de Sevilla

¿Qué sucedió con los restos de Calderón de la Barca?

Tras su muerte, los restos del dramaturgo Calderón de la Barca (1600-1681) fueron trasladados en seis ocasiones desde 1681 con el único propósito de enterrarlos en el panteón de Hombres Ilustres.

La urna del dramaturgo fue trasladada de la parroquia del Salvador (donde estuvo 160 años) al cementerio de la sacramental de San Nicolás, luego fue llevada a la capilla de la iglesia San Francisco el Grande para regresar a la sacramental de San Nicolás. Finalmente, en el siglo XIX se trasladó a la capilla del hospital de la congregación de los presbíteros naturales de Madrid.

Algunas revelaciones

En 1902, los restos fueron llevaron a la nueva sede de su congregación, la iglesia Nuestra Señora de los Dolores, que fue asaltada por los milicianos en 1936. A partir de este momento, se dieron por desaparecidos los restos, pero en 1964 un sacerdote congregante de la iglesia reveló, en su lecho de muerte, que sus restos habían puesto en un nicho hecho en la pared y no en una la arqueta de mármol.

Ante esta revelación, se puso fin al misterio que envolvía el paradero de los restos dramaturgo que habían desaparecido con la Guerra Civil. Dado que los muros de la iglesia se mantuvieron intactos tras el incendio, un equipo multidisciplinar de investigadores emprendió su búsqueda en 2019 y confían en hallarla muy pronto.

A medida que avancen las investigaciones y se disponga de más información y testimonios fiables, es posible que se vayan desentrañando los misterios que rodean a la Guerra Civil española y se pueda arrojar luz sobre uno de los períodos más oscuros de la historia de España.

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