Teo Uriarte: «Sánchez legitima a ETA despreciando la sangre de las víctimas y pactando con Otegi»

Eduardo Uriarte Romero, ‘Teo Uriarte’, como le bautizaron sus correligionarios de ETA, se considera -con pesar- «uno de los padres del monstruo». Entró en ETA a principios de los 60 al poco de llegar de Sevilla con su familia. «Entré casi con pantalón corto -explica- porque mi compañero de pupitre se había metido en ETA y porque me aburría. El franquismo me parecía muy aburrido». Aprendió a usar armas, aunque nunca las usó. Detenido en Cantabria en el 69 fue uno de los 16 etarras del Proceso de Burgos. Fue condenado a dos penas de muerte, pero Franco las conmutó finalmente por la presión internacional.

Teo Uriarte estuvo en la cárcel hasta la amnistía de 1977 y, al salir, ya en democracia, fundó junto a Mario Onaindía, Euskadiko Ezkerra, que años después terminaría fusionado con el PSOE vasco, al que, decepcionado, finalmente dejó. Fue concejal en Bilbao y diputado autonómico. Tuvieron que ponerle escolta hasta 2013 (pasado el fin de los atentados) porque ETA lo tenía en su punto de mira.

Teo Uriarte conoce bien las entrañas de ETA y el oscuro mundo del nacionalismo vasco. Fue muñidor clandestino y testigo directo de la disolución de ETA político-militar en 1982 para intentar acabar con el terrorismo una vez ya muerto Franco. En la entrevista a HOY RESPONDE de OKDIARIO Uriarte cuenta cómo Xabier Arzalluz, mientras tanto, viajaba a Francia «en coche oficial» a sugerirles «jesuíticamente» a los dirigentes etarras que no se disolvieran y siguieran matando.

Por entonces, Arnaldo Otegi ya estaba en la cárcel como miembro de ETA p-m. Uriarte recuerda que Otegi -hoy socio preferente del gobierno de Pedro Sánchez y que negocia presos por presupuestos- pudo haberlo dejado en 1982 con la disolución «de verdad» de los poli-milis (con acta real, petición de perdón y entrega de las armas). Pero Otegi prefirió seguir con el terrorismo en ETA militar: «Otegi no quiso abandonar y siguió con los milis. Y con los 750 u 800 muertos que vinieron después hoy se presenta a hacer política y dice que gracias a ellos puede dirigirnos la palabra». «¡Es una aberración!», exclama, «y quien consigue camuflar esa aberración es el gobierno socialista».

Cree que Arnaldo Otegi no pide perdón ni condena a ETA «porque genéticamente no puede hacerlo. Nunca lo van a hacer porque la condena es una palabra tabú para ellos y si lo hicieran sería su final y su descomposición». Pero Uriarte descarga la responsabilidad en el PSOE de Zapatero y Sánchez. Dice abiertamente que cuando se debió rematar en 2005 a una ETA ya derrotada policialmente, «Zapatero la resucitó [conscientemente] con su proceso de diálogo para incluir a ETA y a Batasuna en uno de los pilares de su nuevo proyecto político para España inspirado en los populismos latinoamericanos y el chavismo».

Recuerda la presión del gobierno Zapatero y de socialistas como Eduardo Madina al Tribunal Constitucional para que anulara la ilegalización de Bildu fallada por el Supremo. Se trataba de meter en política a los sucesores de ETA para conformar una nueva mayoría de izquierdas con el PSOE sin importar el pasado criminal de los terroristas. Años después, sin que Mariano Rajoy hiciera nada por evitarlo, Pedro Sánchez ha culminado el proyecto de Zapatero y ha consumado esa nueva mayoría con Bildu y ERC. El plan del PSOE y ETA se ha cumplido.

Pacto Sánchez-Bildu

Teo Uriarte califica el pacto de Sánchez y el PSOE con Otegi y Bildu como «indigno, irresponsable, frívolo y suicida, que lleva a la legitimación de ETA, a la descomposición de España y posiblemente -dice- a un enfrentamiento civil serio. No hay sistema político que pueda admitir la colaboración del gobierno de una nación con los que han sido terroristas y no han rechazado el terrorismo». Y se lamenta: «Todos esos muertos y toda esa sangre ha servido, al final, para que Bildu, el brazo político de ETA, sea la segunda fuerza política en el País Vasco y para que el PSOE negocie con Bildu el gobierno de Navarra y en el Congreso de los Diputados. Al final, el sacrificio y la muerte de las víctimas ha servido para darles la razón. El presidente del Gobierno y el PSOE les está dando la razón política y diciéndoles… Señores… nos matasteis para que ahora podamos constituir un bloque juntos y que estéis en política. ¡Todos esos muertos y toda esa sangre de las víctimas!… Esa utilización de la muerte por parte del PSOE es algo criminal. Al socialismo español [desde Zapatero] le importa un pito con quien hace alianzas o qué comportamientos tienen».

Comunicado de 2011

Teo Uriarte cuenta que Zapatero y el PSOE no quisieron derrotar totalmente a ETA para beneficiarse políticamente de Bildu: «Si ETA al final cesa -como dice Ione Belarra- es porque estaba absolutamente aniquilada por la Policía y, sobre todo, la Guardia Civil. Porque ETA quería seguir. Aquel comunicado de hace diez años podía haber sido una victoria si se queda ahí, pero al PSOE no le interesó que se quedara ahí y dió lustre y apoyo a lo que vino luego, que fue la hegemonía política y cultural de ETA y sus sucesores en el País Vasco». Para Teo Uriarte, visto el ascenso electoral de Bildu en el País Vasco, aquel cálculo político de Zapatero terminará mal y el PSOE «terminará siendo el monaguillo político de Bildu». Cree, sin dudar, que para ETA es una «enorme victoria» que diez años después de aquel comunicado el Gobierno de España dependa de Bildu: «Dejarles hacer y argumentar después de aquel comunicado supuso la continuación real de ETA aunque dejara las armas».

Dice Teo Uriarte que están tan crecidos que «vivimos la exaltación de ETA, ya no solo en los homenajes, sino en el propio Congreso donde están los que, en su día, nos señalaban como objetivos y nos amenazaban». Recuerda que eran tiempos en los que si Egin y después Gara (donde hoy colabora Pablo Iglesias) te citaban en sus artículos de opinión ya sabías que ETA iba a por tí.

Sobre los acercamientos y los homenajes a etarras, Teo Uriarte dice que «ni el Gobierno ni el PNV quieren prohibirlos aunque les obliga la Ley de Víctimas. Ya se lo dijo la madre de Joseba Pagazaurtundúa a Patxi López [el día que le llamó traidor a gritos]: que determinadas cosas nos helarían el corazón».

Uriarte describe el surrealismo en el que vive el País Vasco desde hace décadas recordando cosas como «el día que ETA intentó matar al consejero vasco José Ramón Recalde, en el año 2000. Se montó una manifestación espontánea de protesta que se cruzó con una autorizada de Herri Batasuna. Bueno pues, la Ertzaintza dijo que tenía que cargar contra los que protestaban contra el atentado de ETA porque la de Batasuna estaba autorizada. Este es el país en el que vivimos».

Víctimas de ETA

Teo Uriarte -que estuvo en ETA y la vió convertirse en el monstruo que fue- dice que «las víctimas son los héroes de nuestra democracia y si esto fuera una democracia de verdad estarían en el altar de la patria». Y remata: «Pero de manera sincera y no de manera utilizada como normalmente se hace ahora». Uriarte ve un paripé en las muestras de dolor y solidaridad de socialistas y nacionalistas con las víctimas: «Seguro que dentro de poco hay un acto en el Memorial de Vitoria… y vendrá el ministro Marlaska y dirá cosas muy bonitas… pero, mientras, pactan los Presupuestos, pactan el gobierno de Navarra, pactan en determinados ayuntamientos con Bildu y le dan a Otegi el Telediario para que diga lo que quiera justo en el día del aniversario de aquel comunicado de ETA».