Denuncian ante el presidente de Suiza las actividades golpistas de Marta Rovira y ERC en Ginebra

La asociación Cataluña pueblo de España ha dirigido una carta al presidente de la Confederación Suiza, Ueli Maurer, para denunciar que Marta Rovira y la cúpula de ERC han convertido el país helvético en un centro estratégico de sus actividades golpistas contra España.

En su escrito, el presidente de Cataluña pueblo de España, François Meylan, enumera todos los actos que ERC ha protagonizado en Suiza desde la fuga de Rovira e ironiza sobre la posibilidad de que los independentistas quieran convertir aquel país en la decimotercera región de su «fantasía de los Països Catalans».

«Cuando la fugitiva Marta Rovira encontró refugio en nuestro país en la primavera de 2018», explica Meylan, «proclamó en voz alta que como secretaria general de la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) continuaría sus actividades desestabilizadoras contra la democracia española desde nuestro territorio. Desde entonces, no se ha detenido. Algo que nos obliga a plantearnos preguntas legítimas sobre los principios de precaución, seguridad nacional y reciprocidad».

«Si se deterioran las condiciones de convivencia en la autonomía catalana», añade, «es probable que en las filas del ERC se encuentren los individuos más violentos, como nos muestra la historia de esta formación política con los asesinatos en masa perpetrados en Cataluña en los años 30. Ciertamente no nos gustaría que nuestro socio político y comercial España hiciera lo mismo contra nosotros: es decir, que albergue en su territorio a individuos que nos hacen la guerra».

En su carta dirigida al presidente de la Confederación Suiza, François Meylan recuerda que los dirigentes de ERC que han celebrado varias reuniones en aquel país en las últimas semanas «violaron la Constitución española los días 6 y 7 de septiembre de 2017, pisotearon el Estatuto de Autonomía de Cataluña», burlaron la Ley electoral y malversaron fondos públicos para celebrar un referéndum ilegal de independencia».

Todo ello, añade, dentro de una estrategia de «guerra de propaganda. Guerra sucia que libran no sólo contra la democracia española, sino especialmente contra los dos tercios de los catalanes que no desean la sedición». Y pese a ello, señala, los dirigentes de ERC han llevado ahora a territorio suizo su campo de batalla propagandística, a menudo con la tolerancia y connivencia de «nuestros medios de comunicación, algunos de nuestros funcionarios electos e incluso académicos».

Le rinden honores como a Mussolini

Al respecto, recuerda que la Universidad de Ginebra recibió el pasado mes de octubre «con gran entusiasmo a Quim Torra, a pesar de sus reiterados llamamientos a la violencia y al camino de la guerra de la vía eslovena. Recuerde que esa misma universidad una vez condecoró al Duce Benito Mussolini. ¿Se repite la historia?»

Más recientemente, este mismo mes de febrero, ERC ha celebrado otros dos actos en Ginebra. El pasado día 8, 30 dirigentes del partido independentista llegaron acompañados de un equipo de TV3 e intentaron celebrar una rueda de prensa en plena calle, en la Place des Nations. Al tener conocimiento de estos hechos, la asociación que preside François Meylan alertó a la policía suiza, que dispersó a los dirigentes de ERC porque no tenían autorización para celebrar un acto en la vía pública.

Tan sólo cuatro días después, el 12 de febrero, los dirigentes de ERC regresaron a Suiza y protagonizaron un acto en la misma plaza –esta vez, tras pedir la autorización oficial–, durante el cual colgaron una gran pancarta a favor de la independencia ultrajando uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, conocido como Broken Chair (La Silla Rota).

Ya en diciembre de 2018, Marta Rovira y el también fugitivo Carles Puigdemont fueron invitados a dar una conferencia en el Club de Prensa de Ginebra. El presidente de la asociación Cataluña pueblo de España se pregunta por qué los medios de comunicación suizo tratan con tanta complacencia y escaso espíritu crítico a personajes como Puigdemont y Rovira cuyos delitos (malversación de fondos públicos y un intento de golpe de Estado) «les llevarían a la celda de una prisión en cualquiera de nuestras democracias occidentales».

«¿Seguimos siendo demócratas en Suiza o estamos inmersos en un dulce romanticismo escéptico que nos hace cómplices de los delitos actuales y futuros?», se pregunta Meylan en su carta dirigida al presidente de la Confederación Suiza, Ueli Maurer.