Zidane recupera crédito… y Setién lo pierde
Zinedine Zidane le ganó la partida de ajedrez a Quique Setién en el Bernabéu y gana crédito. Por su parte, el cántabro perdió el poco que le quedaba.
El Clásico llegó en un momento crucial para Real Madrid y Barcelona. Ninguno tenía sobre el césped buenas sensaciones, los resultados eran esquivos y ambos técnicos estaban en el foco. Tanto Zinedine Zidane y como Quique Setién aparecían en el punto de mira por sus decisiones en los últimos partidos y por apuestas que costaron resultados adversos. La ida de los octavos de Champions League mermó a ambos y llegaban a este crucial partido con el liderato en juego. Uno salió reforzado. El otro en entredicho.
La de Zizou no fue una semana fácil. Los resultados consecutivos ante Celta de Vigo (2-2) y Levante (1-0) en LaLiga hicieron perder el liderato y el marcador ante el Manchester City en el Santiago Bernabéu (1-2) ponía muy difícil el pase a cuartos de final, con la disputa de la vuelta en el Etihad con clara desventaja. Los planteamientos de Zidane quedaron señalados, sobre todo la decisión de dejar sin un solo minuto ante los citizens a un jugador como Toni Kroos, clave en cualquier contexto.
El entrenador francés se la jugaba en el Clásico y la jugada le salió bien. El francés apostó esta vez por Toni Kroos de inicio y fue en este caso Luka Modric al que sentó. Fue también una apuesta seria, controvertida y arriesgada la de Marcelo, otra que salió a pedir de boca. La de Vinicius, más que evidente, fue otro gran acierto de Zidane, al igual que la de Isco, que definitivamente ha dado un paso al frente. El mediocentro alemán dibujó la jugada que acabaría con el 1-0 del brasileño. La acción del lateral ante Leo Messi sirvió para mantener la ventaja.
Setién, cuestionado
Zinedine Zidane enmendó su error en el Clásico… pero Setién no. El técnico cántabro salió más que cuestionado del duelo ante el Real Madrid. Sí es cierto que su equipo fue algo mejor al de Zidane en la primera mitad, pero en la segundo el repaso táctico fue incuestionable. Fue incapaz de reaccionar ante los continuos ataques blancos y al dominio que se implantó tras el descanso. Tampoco a las continuas percutas de Vinicius por la banda de Semedo. Muy cuestionado fueron también las prioridades de Setién, que apostó antes por Braithwaite que por Ansu Fati ante los blancos.
En los cuatro partidos de peso que ha dirigido hasta ahora Setién, ha naufragado en todos y su crédito comienza a caer en picado. El primero ante el Valencia en Mestalla, su primera derrota (2-0). Después le siguió el batacazo copero en la recta final ante el Athletic de Bilbao con un ingobernable Williams (1-0). Después los dos últimos partidos: frío partido en Nápoles (1-1) y perdida del liderato ante el eterno rival en el Bernabéu (2-0). Su continuidad está en el aire.