La Liga se le va de las manos
A Alaba le pitan un penalti surrealista por mano después de resbalarse
Las notas del Real Madrid contra el Villarreal
Esta Liga se le va de las manos. Sí, al Real Madrid, que se dejó tres puntos en La Cerámica, pero también a los árbitros y al VAR, que no dejan de pitar penaltis que sólo existen en su imaginación. El equipo de Ancelotti, que fue de porcelana atrás, fue perjudicado por Soto Grado, que se inventó un penalti de Alaba por una mano involuntaria y dejó sin pitar otro por un puñetazo de Parejo a Rüdiger. Segunda derrota del campeón en esta Liga y otra vez con malas sensaciones.
Ancelotti iba con todo. Después de liberar a ocho titulares del marrón copero, el Real Madrid se presentaba en La Cerámica con un equipo que parecía cualquier cosa menos frágil. Sobre el papel, claro. Que sobre el césped fue otra cosa. Sólo faltaba Carvajal para abrochar el once de gala. En su lugar entraba Rüdiger para formar pareja con Alaba y desplazar a Militao a la banda diestra. El costado izquierdo era para Mendy, inquilino habitual de la siniestra. Por delante Tchouaméni, Kroos y Modric integraban el centro del campo titularísimo. Arriba, Valverde y Vinicius, siempre blanco de críticas y miradas, escoltaban a un Benzema que sigue en la senda de sacar su mejor Karim, ese que hace rato que no asoma.
Enfrente el Villarreal de Quique Setién, el vaquero talibán del toque, rescatado de las profundidades del ostracismo por el Submarino Amarillo después de la fuga de Emery a la Premier. Un equipo con tanto talento como el que más, capaz de ganar al más pintado y de pegársela en cualquier recta. Y con la pólvora arriba de los Gerard Moreno, Chukwueze y Yeremi Pino.
Y en 30 segundos se pudo adelantar el Villarreal después de una torrija conjunta de la defensa madridista, que dejó solito en el área a Baena. El centrocampista amarillo, con todo a su favor, la echó al Mediterráneo. Los locales salieron dispuestos a aplastar a un Real Madrid que sesteaba. La presión altísima del Villarreal impedía al equipo blanco salir de su propio área.
En el minuto 5 de nuevo se mascó el 1-0 en una asistencia medida de Alberto Moreno tras una pérdida estúpida de Tchouaméni. La pelota le llegó a Coquelin, que se marcó un taconazo a la remanguillé que repelió el poste izquierdo de Courtois. La flor de Ancelotti brotaba del césped de La Cerámica para dar un respiro a un Real Madrid superadísimo en el inicio del partido.
Aprieta el Villarreal
Setién se frotaba las manos, Ancelotti mascaba chicle con ahínco. El Real Madrid trataba de sacudirse la presión del Villarreal, asfixiante desde el inicio. Kroos dio un pasito atrás para darle una mano a Tchouaméni en la salida del balón. También compareció Benzema, que se presentó al duelo con un par de maniobras en el área y sendos disparos arriba.
Pasado el cuarto de hora Pau Torres vio una amarilla por darle un zasca a Militao en una subida por la derecha del improvisado lateral brasileño. Mal asunto para un central que tenia que vérselas con Benzema y con Vinicius. El Villarreal aflojó un punto en la presión y el Real Madrid comenzó a desperezarse. Inclinó el campo hacia el área de Reina y emergió Vinicius.
Hasta Militao se atrevía a subir por la banda y tuvo una ocasión en la que se quedó tan solo dentro del área que le entró el vértigo y no supo qué hacer. Se la robó Yeremi Pino cuando el brasileño había decidido, por fin, que iba a tirar. Dos minutos después respondió el Villarreal con una jugada favorecida por una indecisión entre Rüdiger y Militao. El uno por el otro dejaron la casa sin barrer y solito a Yeremi Pino ante Courtois. Ahí se topó con el gigantesco portero del Real Madrid, que se estiró como si fuera de chicle para hacer la parada milagrosa nuestra de cada partido.
Luego Baena, ubicuo y jugón, dejó su firma en el partido con un par de disparos que lamieron la escuadra de Courtois. El Villarreal había regresado al partido y el Real Madrid se tomaba un respiro. Y le tocaba sufrir de nuevo metido en su área con Rüdiger achicando agua por arriba y con su tremendo portero siempre de guardia. Ay, si no fuera por Courtois.
Pie de Reina
Sería por envidia pero en el 39 también Pepe Reina decidió aparecer en el partido. Lo hizo con un pie salvador que evitó el gol de Vinicius después de una gran pared de Benzema. El viejo portero del Villarreal, con más experiencia que Ramón García en las campanadas, reclamaba su cuota de protagonismo. Fue la ocasión más clara del Real Madrid y la última que abrochaba el primer tiempo, así que al descanso nos fuimos con el 0-0 en el marcador y la sensación de que el Villarreal había merecido ganar a los puntos.
Se hizo justicia nada más comenzar la segunda mitad cuando el Real Madrid decidió pegarse un tiro en el pie. Lo hizo Mendy, torpe con la pelota con los pies de madera, que asistió sin querer a Parejo en una salida de balón sencilla. El francés se hizo un nudo con el balón, se la dio al mediapunta del Villarreal y dejó malparada a su propia defensa. Parejo asistió a Yeremi Pino, que disparó ante Courtois. La pelota, ligeramente tocada por el meta del Madrid, iba para dentro, pero Mendy la terminó de remachar en su portería por si acaso.
Con el 1-0 en contra espabiló Ancelotti y puso a calentar a sus revulsivos habituales: Camavinga y Rodrygo. El Villarreal olió la sangre y se echó al monte para intentar rematar al Madrid, que malherido suele ser más peligroso. Chukwueze la echó a las nubes en el 52 después de una buena maniobra individual.
Tres minutos después la tendría Benzema. Fue la ocasión del siglo. Karim solo con tres jugadores de campo del Villarreal bajo los palos. Y sin portero. El delantero del Real Madrid disparó a bocajarro y despejaron al alimón entre Foyth y Albiol. Vinicius se fue corriendo al colegiado para reclamar penalti. Nadie lo había visto, pero el VAR pilló a Foyth metiendo el brazo para evitar que el pase de Tchouaméni llegara a Vinicius. Era un penalti de pillo al que había pillado el VAR. Benzema ejecutó la pena máxima y puso el 1-1 justo al filo de la hora de partido.
El partido a mano
Alaba recogió el guante y emuló a Foyth para hacer un penalti (penaltito, mejor dicho) al resbalarse dentro del área y golpear sin querer el balón con la mano a un pase precisamente del lateral argentino. Como Alaba no podía cortarse el brazo, acabó haciendo mano, pero eso no puede ser jamás penalti, menos en la Liga española donde se pitan este tipo de cosas. La pena máxima la anotó con frialdad Gerard Moreno. El gol soliviantó a Ancelotti, que quitó de golpe a Tchouaméni y Mendy para meter a Lucas Vázquez y Rodrygo. De paso, recomponía el equipo y mandaba a Militao con Rüdiger al centro de la zaga y a Alaba al lateral zurdo.
En el minuto 69 Ancelotti quitó a Modric para meter a Camavinga. El Real Madrid se había vuelto a salir del partido. Le intentó reenganchar Kroos con una falta directa que marchó arriba por muy poco. A los blancos les entraron las prisas al darse cuenta de que les quedaba poco más de un cuarto de hora para deshacer el entuerto.
Rodrygo empezó a agitar al Madrid en el área aunque con el punto de mira algo desviado. En la contra perdonó el Villarreal en la que Pedraza pecó (y mucho) de chupón. Ancelotti agotaba su tercera ventana de cambios con un último relevo: Asensio por un desconocido Valverde. Antes Parejo le había pegado un puñetazo alevoso dentro del área a Rüdiger que ni el árbitro ni el VAR quisieron ver.
Vinicius en el 86 tuvo la suya pero su disparo en la frontal se marchó arriba. Repitió en el 87 en un mano a mano a la desesperada frente a Pepe Reina. De nuevo picó arriba. Respondió Chukwueze con un mano a mano ante Courtois, que salvó con el pie. Soto Grado dio siete minutos de añadido en los que el Real Madrid lo intentó por tierra, mar y aire. Pero no hubo forma. El Villarreal, que pudo incluso marcar el tercero en la última jugada, se defendió con oficio y salvaguardó tres puntos valiosísimos que dejan al equipo de Ancelotti con un ojo puesto en el partido de este domingo en el Metropolitano… con la bufanda del Atleti puesta.