La transición ya es real
«Es un momento de transición, todos lo tienen que entender». Estas palabras las pronunció Carlo Ancelotti en la rueda de prensa que dio el pasado 25 de enero, en la previa del derbi copero que ganó un día después el Real Madrid al Atlético. En ese momento, los blancos venía de remontar a Villarreal en Copa y brillar ante el Athletic en Liga con la presencia de Eduardo Camavinga y Dani Ceballos. Unas horas después, apostó por Modric y Kroos en la medular madridista. La vieja guardia, aunque posiblemente no los que mejor están en estos momentos. Detrás de ambos, actuó durante unos minutos el francés, hasta que se lesionó Mendy y pasó a ocupar el lateral izquierdo. En ese momento, también saltó al verde el utrerano, que hizo un señor partido.
La realidad es que en estos momentos el sentir del madridismo se inclina por apostar por un centro del campo formado por Camavinga, Ceballos y Valverde. Piernas y calidad a partes iguales. Esto es lo que quiere el madridismo, aunque Ancelotti, que es una de las voces más autorizadas para hablar de la gestión de un vestuario, tiene otros planes. Aunque lo que parece evidente es que el italiano, que de esto sabe un rato, poco a poco irá llevando a cabo una transición en la medular madridista necesaria.
Kroos y Modric son dos leyendas del club. De sus cabezas y sus botas ha nacido el Real Madrid que ha ganado cinco Champions desde 2014. Una barbaridad. Y ambos todavía tienen cuerda para rato, aunque ahora también hay jóvenes que permiten a Ancelotti ir rotando. Los dos seguirán jugando y mucho, pero en lo que resta de temporada será habitual ver como su presencia en el terreno de juego irá menguando.
Y es que, Ancelotti tiene que ir llevando a cabo una transición donde Tchouaméni es fijo y en la que Camavinga y Ceballos irán ganando más peso. Además, Valverde, que mostró una mejor versión ante la Real Sociedad, también es una pieza importante en la alineación.
De esta forma, Kroos y Modric ya están empezando a ver como el tiempo, ese que nunca perdona, les va quitando foco para dárselo a otros. Pero lo más importante es que Ancelotti tiene fondo de armario para poder ir rotando y llevando a cabo diferentes combinaciones, como por ejemplo el doble pivote que en Valdebebas ya se trabaja y en el que Camavinga y Tchouaméni pueden forjar una gran sociedad.