El racismo sigue presente en el mundo del fútbol, y en nuestro país es Vinicius la principal víctima. Después de que el brasileño fuese sustituido ante el Valladoolid y el árbitro, Munuera Montero, le obligase a irse por el lado contrario a los banquillos, el jugador madridista tuvo que recorrer el fondo del estadio José Zorrilla, donde tuvo que soportar gritos racistas y lanzamientos de objetos. «¡Puto mono!», «¡hijo de puta!», fueron algunas de las palabras que se escucharon. Días después, el alcalde de la ciudad blanquea el racismo con un tuit lamentable.
Sí, hablamos de Óscar Puente, el socialista del yatazo que parece más preocupado por las redes sociales que por mejorar su ciudad. Lejos de dar ejemplo como Ronaldo Nazário, el alcalde de Valladolid escurre el bulto y critica al futbolista carioca por su actitud y al árbitro del encuentro. «Yo creo que Pacheta, gran entrenador, tiene que enseñar a sus jugadores algunos conceptos básicos. En este país solo pueden protestar al árbitro, incluso apechugarlo en grupos, o llamarle loco a la cara sin consecuencias, los jugadores del Real Madrid. Los demás, oír ver y callar», dice