El Sheriff manda un aviso
Pocos minutos después de conocerse los grupos de la Champions esta temporada, Carlo Ancelotti atendía a los medios de comunicación para analizar la fortuna del Real Madrid. El vigente campeón de Europa se enfrentará a Leipzig, Shakhtar Donestk y Celtic de Glasgow. A priori, tres rivales asequibles que no deberían poner en mayores aprietos al rey de la competición. Pero el entrenador italiano, con experiencia de sobra, tiene en mente lo que pasó precisamente la pasada temporada contra el Sheriff en el estadio Santiago Bernabéu. Los moldavos asaltaron Chamartín para complicarles la vida, algo que no quiere que se vuelva a repetir en esta edición.
El Real Madrid comenzó la pasada edición de la Champions haciendo lo más difícil. Los blancos ganaron 0-1 al Inter de Milán en la primera jornada de la fase de grupos. Un gol de Rodrygo en los minutos finales fue suficiente para superar a los italianos. Lo que venía después era, en principio, mucho más sencillo. Pero nada más lejos de la realidad. El Sheriff se plantó en la segunda jornada en el Bernabéu y ganó 1-2 para dar un toque de atención muy serio a los madridistas. Un punto de inflexión que cambió la temporada de los de Ancelotti.
Tres días después perderían de nuevo ante el Espanyol en Cornellá y llegaría un parón de selecciones donde Ancelotti pudo reflexionar. Con el regreso de la competición, apareció el bloque bajo que tan buen resultado dio en una parte de la temporada. El Real Madrid comenzó a subir el nivel hasta terminar cerrando el curso ganando Liga y Champions. Pero tras tantos éxitos, los que muchos no recuerdan y Carletto no olvida es que precisamente fue ante un rival muy inferior cuando tuvieron que tocar suelo para empezar a crecer.
Esto es lo que esta temporada Ancelotti no quiere que pase y así se lo transmitirá al vestuario desde el primer momento. En la primera semana de septiembre comienza la fase de grupos de la Champions y en ocho semanas se finiquitará. Un mal momento con tan poco margen de tiempo puede costar caro a cualquiera, por lo que Carletto no quiere confianzas.