Esto sí es normalidad: el Madrid líder
Ya tenemos aquí la nueva normalidad y es calcada a la vieja. A la normalidad, vamos. El Real Madrid recuperó el liderato en Anoeta en un partido con alternativas y sufrimiento. Sergio Ramos, que luego se lesionó, abrió el camino del triunfo blanco de penalti y Benzema hizo el segundo. La Real acortó distancias con el tanto de Merino casi al final, pero los de Zidane supieron aguantar el arreón final de los locales y tienen, ahora sí, la Liga en sus manos. O en sus pies.
Si no fuera entrenador, Zidane disfrutaría trabajando en Correos porque siempre le gusta dejar su sello. Ante la Real Sociedad el técnico del Real Madrid dejó boquiabiertos y con el trasero al aire a los que apostaban por un once calcado al que ganó al Valencia. Nanay. Podría esperarse el cambio Marcelo por Mendy, porque el lateral izquierdo es reversible para Zizou. Incluso no debe extrañar la entrada de Vinicius para dar descanso para Hazard después de su lesión y dos titularidades seguidas. Pero lo de James es otra cosa.
James, sí, James Rodríguez. El mismo que llevaba sin jugar un minuto desde que precisamente la Real Sociedad apeara al Madrid de la Copa. El mismo que no era titular en Liga desde octubre del año pasado. El mismo que se había vuelto invisible tras el coronavirus y no había jugado ni un segundo desde el retorno del fútbol. Pues eso: James titular y Modric al banquillo.
El Real Madrid buscaba una victoria que le devolviera el liderato que tiró en el infausto partido del Villamarín. El pinchazo del Barça en el Pizjuán ponía el primer puesto a tiro de los de Zidane. Enfrente, una Real Sociedad a la que el coronavirus ha desinflado. Desde el parón, empate ante Osasuna y derrota frente al Alavés.
El partido nació con cierto vértigo y con la Real Sociedad presionando al Madrid a tumba abierta. Los blancos (verdes en Anoeta) no se arrugaron y tejieron una bonita jugada a un toque que afeó Vinicius con un remate defectuoso con el exterior de la derecha cuando debió pegarle con la izquierda. Apenas dos minutos de juego y el brasileño ya había fallado su primer gol.
Vértigo en Anoeta
Molaba el duelo. Tocaba bien la Real y mejor el Madrid. Mucho talento sobre el césped y muchos futbolistas de nivel. Alguacil gritaba a sus chicos para que siguieran apretando arriba y Zidane miraba reflexivo cómo los suyos sorteaban con precisión las líneas de presión.
Al filo del cuarto de hora se asomó Odegaard al partido con una media volea que se marchó alta. La Real Sociedad seguía en plano cerca del área de Courtois más sin la pelota que con ella. Daba la sensación que el Real Madrid estaba madurando el partido mientras buscaba las veloces (y a veces alocadas) incursiones de Vinicius por el costado izquierdo.
Luego Casemiro vio una amarilla clara por sacar el alerón en un salto, por lo que se perderá el partido ante el Mallorca. Hablando de perder, el Real Madrid había perdido el manejo del partido. De repente sólo había pérdidas. Las áreas pasaron a ser algo imaginario y el partido decayó. Llegó la pausita para beber agua y justo después tuvieron los de Zidane la primera (segunda, perdón) buena ocasión del partido en una contra que comandó Valverde y que finalizó Benzema con un disparo raso que repelió con la rodilla Remiro.
Pero al Madrid le seguía faltando continuidad en el centro –James estaba inédito– y desborde arriba, porque Vinicius, el más activo del equipo, era muchas veces un quiero y no puedo. Un par de arreones finales del Real Madrid metieron el miedo en el cuerpo a la Real, salvada por la campana en forma de silbato de Estrada Fernández. Descanso.
El penalti que sí le pitaron a Vinicius
En la reanudación el cántaro de Vinicius, que no paró de ir al área de la Real Sociedad, acabó rompiéndose. Bueno, lo rompió Diego Llorente, que le trabó en la pierna de apoyo después de que el brasileño hubiera driblado bien en el área. Estrada pitó la pena máxima y Sergio Ramos la ejecutó. Tuvo acierto como casi siempre desde los 11 metros. Los de Zidane se ponían por delante en Anoeta y virtualmente líderes.
Y entonces, con todo encarrilado, llegaron las malas noticias para el Real Madrid. Se lesionó Sergio Ramos. Y las peores: entró Militao. Media hora para sufrir que iba a ser molto longa para el equipo blanco sin su capitán. La Real se vino arriba con la ausencia de Ramos y encerró rápido al Madrid en su área. Zidane, mientras tanto, pensaba cómo arreglar con cambios a su equipo. Tenía la solución delante de sus narices: Modric y Hazard.
En el 68 la Real marcó un golazo merced a un derechazo de Januzaj. Con el Madrid aculado atrás tras la marcha de Sergio Ramos, fue Estrada el que anuló justamente el tanto por fuera de juego de un jugador realista, Merino, que entorpecía la visión de Courtois. Respiró Zidane y cogió más aire aún cuando un minuto después Benzema hizo el 0-2 con un control con el pecho ante la pasividad de la zaga realista que pidió mano. No era. Lo revisó el VAR y el gol subió al marcador.
Merino le pone emoción, Militao más
Con el 0-2 Zidane metió de golpe a Mariano y a Asensio por James y Benzema. También la Real Sociedad movió el banquillo y metió a William José en el intento por lograr un gol rápido que metiera emoción al partido. Lo consiguieron los locales con un golazo de Merino que le puso emoción a los últimos minutos.
Sufrió el Real Madrid con ese central patilargo y atribulado, que no da el nivel y se llama Militao pero, afortunadamente, el sufrimiento tuvo el premio de una victoria que devuelve al equipo de Zidane a la normalidad: vuelve a ser líder.