K.O. Real
Un K.O. Real. Un batacazo en toda regla, un enorme trastazo el que se pegó el Real Madrid ante una Real Sociedad que goleó primero y sufrió después cuando el Real Madrid tocó a rebato en el Bernabéu. Zidane presentó una alineación con demasiadas novedades y algunos de los suplentes, como Areola, Nacho o Militao, quedaron señaladísimos. También Marcelo, pitado por el Bernabéu. Odegaard abrió el camino del triunfo visitante y el joven Isak destrozó con un doblete a la defensa madridista. Sólo Vinicius se salvó de la quema en el equipo blanco.
Zidane se lio la manta a la cabeza con la alineación. Estaba al caer uno de esos onces en los que el técnico madridista se saca de la chistera no ya un conejo sino a Moby Dick, Dumbo y Chewacca juntos y pone a jugar un equipo que no esperaban ni Dios. Y ese día cayó hoy y ante la Real Sociedad. Recitemos primero los habituales que no estaban: Courtois, Carvajal, Varane, Mendy, Casemiro y Modric, por no hablar del lesionado Hazard y del golfista Bale, ambos ni convocados.
Sí que estaban en la alineación del Real Madrid suplentes habituales como Militao y Marcelo en defensa, James en el centro del campo y Vinicius y Brahim en ataque. ¿Demasiados cambios para medirse a uno equipo de nivel como la Real Sociedad? Eso lo íbamos a ver en seguida. Precisamente en la Real Aguirretxe iba con todo, su trío de centrocampistas Zubeldia-Merino-Odegaard y un tridente de ataque con Oyarzabal y Januzaj en los costados e Isak, un chico que tuvo medio fichado el Real Madrid, como jugador más adelantado.
Ante un Bernabéu con muchos claros por lo intempestivo del horario pitó Mateu Lahoz y echó a rodar la pelota. Arriba, muy arriba, presionaba el Real Madrid de salida. Buscaba las contras la Real con Oyarzabal y Januzaj atacando las espaldas de Nacho y Marcelo con aviesas intenciones. Monopolizaban la pelota los de Zidane y replegaban estrechando el campo los donostiarras. Ni rastro de las áreas en los primeros minutos.
Militao y Areola, un dúo a capela
Brahim campaba a sus anchas entre zagueros de la Real y formaba una sociedad con Benzema mucho más dañina para los visitantes que la pareja Sánchez-Torra para España. Sin embargo, el sistema de ayudas diseñado por Ibarretxe conseguía abortar cualquier opción de asomarse con paredes al área de Remiro.
Una falta botada por James en el 16 fue el primer tiro a puerta (por encima de la puerta, a fuer de ser honestos) del Real Madrid en el partido. Raudo llegaría la respuesta de la Real en forma de gol. Fue una cantada gigantesca y grosera primero de Militao y luego de Areola.
Isak disparó desde fuera del área y el portero del Madrid rechazó al centro. Primer fallo. Nadie despejó su rechace. Segundo fallo. La pelota le cayó a Odegaard, que disparó raso y a colocar desde fuera del área. Militao, miedoso como siempre, saltó y se giró, con lo que la pelota le pasó entre las piernas… y encima la desvió. Tercer fallo. Areola, tapado por el corpachón del brasileño, no fue capaz de reaccionar rápido y se comió la pelota entre sus piernas.
El tanto espoleó al Real Madrid, que trató de encerrar a la Real en su área. Le costó lo suyo y hasta el 35 no encontró su primera ocasión merced a un disparo de James desde fuera del área que desvió con mano firme Remiro. El centro del campo del Real Madrid estaba más perdido que un cura en La isla de las tentaciones. Valverde no ajustaba en el mediocentro, Militao descolocao y poca ayuda de Kroos y James.
Despierta Vinicius, sentencia Isak
Tocó a rebato el Real Madrid en los minutos finales con un tres ocasiones de Vinicius, Marcelo y Sergio Ramos, el falso 9 de Zidane. Vinicius empezaba a mostrarse incisivo justo cuando le sobrevino el descanso. Y gracias porque Isak tuvo el 0-2 cantado después del enésimo error de Militao, que jugaba en plan juez: fallo tras fallo.
Movió ficha Zidane al descanso. Metió a Modric por un intrascendente James. Precisamente el croata, otrora Balón de Oro, cometió un error de juvenil en la salida de balón que aprovechó la Real Sociedad para hacer el 0-2. El pase filtrado que dibujó Odegaard lo habría firmado el mismísimo Messi. Isak batió por bajo a Areola, pero el sueco estaba en fuera de juego y el VAR anuló el tanto.
Cinco minutos después volvió a marcar la Real… y volvió a marcar Isak. El desajuste defensivo nació en un Militao descolocadísimo, continuó en un Nacho al que Barrenetxea le sacó los colores y terminó con una volea soberbia del joven sueco para firmar el 0-2 y poner al Real Madrid con pie y medio fuera de la Copa.
Apenas le dio tiempo al equipo de Zidane a sacar de centro y ya había encajado el tercero. Otra vez lo marcó Isak y otra vez falló Militao. El sueco aprovechó el mal despeje del brasileño para marcar con un disparo seco por el palo que defendía Areola. El Real Madrid tenía ya un pie y cuatro dedos de otro fuera de la Copa.
No hubo espíritu de Juanito
A media hora para el final del partido Marcelo daba esperanzas al Bernabéu con un tanto logrado tras una buena maniobra de Brahim. Justo era el minuto 60 y el Bernabéu demandaba épica. Calentaban Jovic, Rodrygo y el espíritu de Juanito.
Quizo Vinicius echarse el Real Madrid a la espalda pero sus jugadas eran una comedia en el inicio y un drama al final. Así la tuvo en el 63 después de dos regates maravillosos que culminó con un petardazo de disparo a las nubes. Sergio Ramos le recriminó que no levantara la cabeza y le viera solo en el segundo palo.
Y cinco minutos después no perdonó la Real Sociedad. Otra vez un fallo en el despeje de Marcelo, un mal movimiento de Ramos y peor todavía de Militao condenaron al Real Madrid a encajar el cuarto, obra de Merino dentro del área pequeña. Colorín, colorado, esta Copa se ha acabado. El Bernabéu no tenía ni fuerzas para enfadarse y eso que aún quedaban 18 minutos para buscar culpables.
Minutos de infarto
Zidane decidió dar descanso a Valverde para dar entrada a Jovic y también metió a Rodrygo por Brahim. Siguió insistiendo el Real Madrid más por orgullo que por confianza y así llegó el tanto de Vinicius en el 79 con un cabezazo picado que se comió Remiro. El VAR revisó la jugada y anuló el tanto del brasileño y con él las pocas esperanzas que le quedaban a un Bernabéu que empezó a vaciarse en masa.
Pero el Real Madrid se empeñaba en dar emoción a su muerte copera. Marcó Rodrygo en el 81 después de una buena jugada de Vinicius. De nuevo lo revisó el VAR y esta vez sí lo dio. Los pocos que quedaban en el Bernabéu empezaron a soñar con un empate imposible y el equipo de Zidane lo intentó hasta el final.
Mateu dio seis de prolongación y en ese tiempo añadido llegó el 3-4 que marcó Nacho de cabeza después de un barullo en el área. Lo revisó el VAR y lo concedió mientras el Bernabéu pitaba al colegiado que más cámara chupa en el mundo. Le quedaba poquísimo al Real Madrid, que lo intentó hasta el postrero pitido de Mateu, pero no le dio tiempo a lograr una remontada imposible.