Mundial de Clubes: Real Madrid-Juventus

Gonzalo tira del carro

Gonzalo volvió a ponerse el traje de Raúl para tirar del carro de un Real Madrid que trituró a la Juventus en un espléndido segundo tiempo

Sólo la imponente actuación del portero Di Gregorio evitó la goleada del equipo de Xabi Alonso, que repitió once e hizo debutar a Mbappé en la segunda mitad

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Gonzalo volvió a ponerse el traje de Raúl para tirar del carro de un Real Madrid que trituró a la Juventus en un espléndido segundo tiempo. Sólo la imponente actuación del portero Di Gregorio evitó la goleada del equipo de Xabi Alonso, que repitió once e hizo debutar a Mbappé en la segunda mitad. Los blancos ya están en cuartos del Mundial de Clubes y allí se las verán con el Borussia Dortmund del hermano de Bellingham o con el Rayados del hermano Sergio Ramos.

Repitió equipo Xabi. No quiso cortar las alas a los once que sometieron al Red Bull en una primera parte estupenda. Así que se ratificó: Tchouaméni de central, Güler de cerebro y Gonzalo de referencia y acompañante de Vinicius. El canterano se ha ganado a pulso poder sacar pecho y contar a sus colegas que es jugador del Real Madrid. Y eso que ya estaba disponible a Mbappé, flaco como Di María y pálido como Iniesta después de una gastroenteritis que le mandó al hospital. Tranquilos que peso y color irá cogiendo.

La prueba de los tres centrales convenció a Xabi Alonso, que volvió a disponer la línea Rüdiger-Tchouaméni-Huijsen como escoltas de Courtois. Los costados eran otra vez para un Trent que aún está como los de Óscar Puente y un Fran García que va como una bala. Por delante Fede Valverde flanqueado a la diestra por Güler y a la siniestra por Bellingham. Los tres con libertad para ser todocampistas. Arriba lo dicho: Vinicius que ha vuelto a ser Travolta y Gonzalo que es la pareja de baile perfecta para Vini y para cualquiera.

Enfrente examinaba al Real Madrid una Juventus con más pasado que presente pero con un futuro esperanzador. De la mano de Igor Tudor, la Vecchia Signora busca reconquistar primero Italia y luego expandirse por Europa. Una Juve que tiene al turco Yildiz, el bro de Güler, como gran estrella. Un equipo sin grandes nombres pero con cemento armado en el centro del campo, tres centrales y laterales muy largos. Un equipo, como cantaba Rebecca, duro de pelar.

El partido nació sin dueño. Presionaba el Real Madrid y replicaba la Juventus con Yildiz y Conceiçao en busca de las espaldas de los laterales blancos. Así llegaría el primer susto bianconero. Yildiz comandó una contra con habilidad y talento. Se fue de todo hijo de vecino y vio el desmarque de Kolo Muani que se comieron al alimón Tchouaméni y Rüdiger. El francés se plantó ante Courtois, dibujó la vaselina pero se le fue arriba por poco.

Partido sin dueño

En el 10 otra vez Yildiz, ubicuo y venenoso como Santos Cerdán, pintó la cara a Güler en una contra, le dejó sentado y se plantó en la frontal del área para sacar un disparo que se le marchó algo desviado. Segunda de la Juve, que se apoderó del partido en el primer cuarto de hora. El Real Madrid se miraba al espejo y no se reconocía. La presión alta era un espanto. Unas veces Bellingham, otras Vinicius. Cada uno hacía la guerra por su cuenta como en los tiempos de Ancelotti.

Xabi Alonso tenía la vena como la Patiño de tanto desgañitarse. Su equipo se sacudió el dominio de la Juventus con la pelota. Manejaban el balón pero la lentitud era exasperante. Pero el dueño del balón era Yildiz, que manejaba el partido a su antojo. Hubo que esperar al 28 para que el Real Madrid tuviera su mejor ocasión. La tuvo en sus pies Bellingham, que recibió un buen pase de Valverde dentro del área pequeña pero se topó con el pie de Di Gregorio para evitar el 1-0.

En el 36 Xabi Alonso se percató de que su equipo necesitaba un cambio y lo movió todo. Tchouaméni al mediocentro con Güler, defensa de cuatro, Fede Valverde algo a la derecha y Bellingham a la izquierda para trazar una suerte de cuadrado en el centro del campo. De momento sin noticias de Vinicius. Ni de Gonzalo.

Pudo hacer el Real Madrid el 1-0 en los minutos de la prolongación de la primera mitad pero lo evitó Di Gregorio con una mano prodigiosa al disparo lejano de Fede Valverde. Fue la segunda y última ocasión del equipo de Xabi Alonso, que fue de menos a más en un primer tiempo que se nos hizo bola a todos. La Juve al revés, de más a menos pero sosteniendo la mirada del equipo madridista.

Aprieta el Madrid

Otra vez Fede Valverde fue protagonista en la primera jugada de peligro en la reanudación con una media volea dentro del área que se marchó fuera por poco. Llegaron después dos regalos del Real Madrid, el primero de Rüdiger, que casi atropella a Courtois, y el segundo de Huijsen, que no acertó a despejar en el área pequeña y casi la lía. Vino después una ocasión clara de Trent, que empaló el balón dentro del área pero la mandó a Disneyland.

El partido se había roto del todo. El Madrid empezaba a tener espacios justo cuando arreciaba la lluvia. En el 50 perdonó Vinicius después de una contra en la que el brasileño se durmió en la definición. Y después otra ocasión de Trent y una de Huijsen que abortó Di Gregorio. Los de Xabi Alonso habían cercado el área de la Juventus y se veía venir el 1-0.

Y vino en el 52. Sin hacerse esperar. Lo marcó Gonzalo, que igual te remata un centro medido de Trent (como fue el caso) que un combi Balay de dos metros. El canterano se elevó entre los centrales de la Juve, se mantuvo pinchado en el área como si fuera el mismísimo Cristiano Ronaldo y metió la cabeza de forma violenta para hacer el 1-0 del Real Madrid.

Gonzalo se hace mayor

Trató de responder la Juve por la vía rápida pero Conceiçao se topó con la mano derecha de Courtois. El Real Madrid, mientras, seguía a lo suyo. Atacar con velocidad y precisión para sentenciar el partido. Se soltaba el equipo de Xabi Alonso y los turineses estaban en la lona. El gol de Gonzalo había desatado a un Madrid que comenzaba a gustarse. Se sucedían las llegadas al área de Di Gregorio y Xabi preparaba a Mbappé.

Entró el francés por Gonzalo, la gran esperanza blanca, en el 67. La ovación fue compartida pero Mbappé es mucho Mbappé. Güler también tuvo en sus botas el 2-0 y otra vez se interpuso el pie de Di Gregorio. En el 75, en plena paradita para beber agua, entró Modric por un Güler que no lució tanto como otros partidos pero que se había vaciado.

El partido entró en la recta final y el Real Madrid no lo terminaba de cerrar. La pelota era del equipo de Xabi Alonso pero el resultado seguía siendo incierto. La entrada de Modric no mejoró al Madrid pero en los minutos finales creció la figura de Bellingham. Fede Valverde, exhausto, dejó su sitio a Ceballos al filo del 90. Los blancos supieron guardar la ropa en los minutos de prolongación y abrochar su pase a cuartos del Mundial de Clubes tras un notable segundo tiempo ante una Juventus que tuvo en el meta Di Gregorio a su mejor jugador.

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