El Real Madrid está obligado a centrarse. No es fácil, pero no le queda otra a un equipo que necesita sumar los tres puntos contra el Milan en la cuarta jornada de la fase liga de la Champions. La remontada contra el Borussia Dortmund dio aire a los de Ancelotti en la máxima competición continental, pero la goleada sufrida frente al Barcelona en el último Clásico ha hecho mucho daño en una caseta que, al igual que todo el país, está de luto.
El Real Madrid ha preparado este partido desde el pasado jueves, cuando se confirmó que el duelo contra el Valencia, por desgracia, no se iba a poder celebrar. Ancelotti y sus hombres cambiaron el objetivo, ya que comenzaron a trabajar sobre el encuentro que medirá a los blancos contra el Milan en el Bernabéu. Eso sí, la sensación es que lo que menos importaba era el partido.
Fue muy claro Ancelotti en la rueda de prensa previa al encuentro: «El fútbol tenía que parar este fin de semana y debe ayudar, aunque no haya parado. El fútbol es una fiesta y tú puedes celebrar cuando estás bien, pero cuando no estás bien no hay que hacer ninguna fiesta. Es la cosa más importante de las cosas menos importantes de la vida. Pero como he dicho, nosotros somos empleados, no somos los que mandan».
La sensación en el vestuario del Real Madrid es de no saber muy bien cómo enfrentar este encuentro, aunque todos coinciden en que no pueden fallar. La situación del equipo está lejos de ser la ideal. Más bien todo lo contrario. Una derrota contra el Milan implantaría el estado de alarma en Valdebebas, algo que Ancelotti y sus jugadores quieren evitar de todas las maneras.
Ancelotti busca regularidad
La derrota contra el Barcelona dejó claro que el equipo no está bien. El Real Madrid necesita empezar a remontar el vuelo y esto pasa por sumar tres puntos capitales contra el Milan. Si los blancos ganan este encuentro, darán un paso importante hacia la clasificación entre los ocho primeros, lo que le aseguraría jugar directamente los octavos evitando una peligrosa eliminatoria previa.
Además, por el bien de Ancelotti, su equipo debe empezar a carburar. El italiano no está en peligro, ya que salvo hecatombe nadie prescindirá de sus servicios antes de finalizar la temporada, pero sí está cuestionado. Hay decisiones que desde el seno del club no se terminan de comprender, lo que le ha llevado a que haya dudas sobre su continuidad la próxima temporada. Empezar a adquirir regularidad y demostrar que pueden luchar tanto por la Liga como por la Champions es capital para el italiano.
Por todo esto, el vestuario del Real Madrid deberá hacer de tripas corazón, dejar la pena que embarga a la plantilla y que comparten con todo el país aparcada durante 90 minutos e intentar sacar adelante un partido muy importante para el futuro de los blancos.