Champions: Real Madrid – Atalanta

Arrimados a la Champions

Con sus defectos y con una de la peor plantilla de la última década el Real Madrid alcanzó los cuartos de final de la Champions tres años después. Es la primera vez desde que se fue Cristiano. Goleó al Atalanta en un partido notable de Vinicius, que lo hizo todo bien menos marcar. El 3-1 ante los Italianos demuestra, una vez más, que el Madrid siempre vive arrimado a la Champions.

No hubo ni sorpresa ni zidanada en el once del Real Madrid. Entre las lesiones de Carvajal y Hazard, la sanción de Casemiro y el fondo de armario más escasito que el de quien vive en una autocaravana, Zidane no tenía gente ni para equivocarse. Así que hizo lo más previsible, lo más lógico y (a priori) lo mejor. Tres centrales, Vinicius arriba y a correr. Es lo que hay. Pongamos que hablo del Madrid.

Repasemos antes de que sea más tarde. Courtois sujetaba el entramado de Zidane, mientras que Nacho, Ramos y Varane eran su primer parapeto. Los costados eran para el obediente Lucas y el cabra loca Mendy, capaz de sacar un autopase de un taconazo frustrado o de marcar un gol sin querer y con la derecha. Y todo tan sonriente. Delante de estos cinco y sin Casemiro formaban Kroos, Modric y Valverde. Y arriba la extraña pareja, un dúo que pega menos que Pablo Iglesias y Ayuso: Benzema y Vinicius.

Así que con estos once muchachos y el pírrico botín del 0-1 en la ida inició el Real Madrid su duelo ante el Atalanta. Supervivencia o requetefin de ciclo. El inicio del duelo confirmó que Zidane apostaba por los tres centrales… y el Atalanta por rascar. Un par de cornadas a Fede Valverde fueron el aviso de que los italianos habían venido con ganas de marcha.

Aprieta el Atalanta

El Madrid sufría para salir de su campo ante la presión intensa y alta del Atalanta. Sin Casemiro, además, los blancos tenían la sensación de que el agua de su bañera se iba por el desagüe. No pintaba bien para Zidane el arranque del partido. La irrupción de Kroos y Modric en el juego hizo que el Madrid bajara los humos visitantes. Juego pausado, posesiones algo más largas para distraer y Vinicius para finalizarlas mal, pero al menos lejos.

Pronto llegaron los sustos para el Madrid. El primero lo dio Mendy, que hizo una falta lateral innecesaria a Toloi. La botó el Atalanta y la despejó no sin apuros Nacho dentro del área. Bueno, nadie dijo que los de Zidane fueran a pasar la eliminatoria sin sufrir.

El Real Madrid no tenía noticias de Benzema y sí de Vinicius, lo que suele ser malo por definición. Pero al menos había dejado de defenderse. La primera del equipo blanco llegó, como no, en una contra que aceleró el bullicioso Vini. Dibujó la pared con Benzema, que se la dejó a huevo para marcar. Vinicius, que tiene menos confianza que la Unión Europea en Pedro Sánchez, no se atrevió a rematar y su control fue un espanto, así que le dio tiempo a Romero para interponerse en el disparo del brasileño.

Y en el 35 la suerte del campeón sonrió al Madrid. Y la flor de Zidane. Y hasta el culo de Miguel Muñoz si me apuran. Fue el portero del Atalanta, un tal Sportiello, el que asistió (sin querer) a Modric en la presión. El croata abrió el regalo, se lo pasó a Benzema y el francés hizo lo que tanto le cuesta a Vinicius: marcar el gol.

Decisivo Benzema

El tanto calmó al Madrid y enfrió los ánimos del Atalanta, que ya necesitaba dos goles, que deberían ser ya en el segundo tiempo porque la primera mitad tocó a su fin con el 1-0 en Valdebebas. Comenzó la reanudación del duelo con el Atalanta desbocado y dejando a su espalda verdes praderas para que camparan a sus anchas Vinicius y Mendy, que sale de lateral izquierdo pero es un verso suelto, un espíritu libre. Un chalao, vamos.

Vinicius perdonó el 2-0 en el 50 después de una jugada que nació en una gran asistencia de Mendy y en la que Vini inició la jugada de Maradona y la terminó como Higuaín. Hasta Sergio Ramos se tiró al suelo al ver cómo había definido su compañero. «Es desesperante, macho», dicen sus compañeros.

El brasileño, feliz con espacios, siguió agitando el partido hasta que Toloi le hizo un penalti clamoroso en una contra en el 58. Vinicius se iba solo hacia el portero y, aunque lo prudente habría sido dejarle seguir, el central del Atalanta le derribó. La pena máxima la anotó sin despeinarse Sergio Ramos, que ipso facto fue sustituido por Zidane porque andaba tocado. Entró por él Militao. Miedo máximo.

La suerte para el Madrid es que el Atalanta parecía haber entregado las armas. Militao tardó apenas un minuto en liarla y dejar solito a Zapata, cuyo disparo lo repelió bien con los pies Courtois. Respondió Benzema con una doble ocasión que rechazaron Sportiello primero y el palo después.

Así golea el Madrid

En el 68 Zidane quitó a Vinicius, el héroe sin gol, para meter a Rodrygo. El Real Madrid siguió despendolado en ataque, quizá sabedor de que con Militao atrás cualquier cosa mala puede pasar. Que pasó en el 75 en un fallo defensivo que abortó magníficamente Courtois con una parada con el pie digna del tremendo portero que es.

Pasaron los minutos y el Real Madrid supo guardar la ropa a base más de nadar que de quedarse sequito. Encajó un golazo de falta de Muriel en el 82 para que el Atalanta hiciera el tanto del honor, que no pudo poner ni picante al duelo. Y respondió Asensio un minuto después con un golazo tras una cabalgada de Lucas Vázquez para abrochar el definitivo 3-1.

Al final el equipo de Zidane alcanzó la orilla de los cuartos de la Champions, una zona que no hollaba desde hace tres años. Por aquel entonces estaba Cristiano Ronaldo en el equipo. Ahora está Vinicius que, como cantaba Alejandro Sanz, no es lo mismo.

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