El Madrid gana de paseo
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El Real Madrid ganó de paseo un partido plácido frente a un Almería endeble y amable. Los blancos resolvieron por la vía rápida con un hat-trick de Benzema y un golazo de Rodrygo, pero volvieron a estar despistados y blanditos atrás. Otra vez el equipo de Ancelotti encajó dos goles por su falta de actitud en defensa, pero en ningún momento peligró el resultado de otro partido en el que el Madrid volvió a pensar en la final de Copa y en la Champions.
Después del gironazo el Real Madrid necesitaba reconciliarse más con el Bernabéu que con la Liga, una competición que se ha convertido para los blancos en un despecho permanente como una canción de Pimpinela. Ancelotti volvía a rotar en su particular pretemporada hacia la final de Copa y la semifinal de Champions contra el Manchester City. Es lo que toca.
De los que jugaron en Girona –si se me permite el verbo, porque jugar no jugaron mucho– sólo repetían cinco: Rüdiger, Militao, Kroos, Rodrygo y Vinicius. Regresaban al equipo titular Courtois y Benzema, que no estuvieron en Montilivi, y accedían Lucas Vázquez, Camavinga, Tchouaméni y Ceballos, que fueron suplentes el martes. Descansaban Carvajal, Fede Valverde o Asensio.
Enfrente un Almería que está metido en el fregao del descenso, pero que miraba más a su partido del martes que viene ante el Elche que al duelo en el Bernabéu. Rubi plagó de suplentes su once titular pensando que la del Madrid no era su guerra. Puede que no le falte razón.
De salida replegó el Almería con los once en su propia mitad de campo y concedió la pelota al Real Madrid, que manejó el juego con posesiones largas y un pelín insulsas. Pero todo era cuestión de que hacer llegar la pelota a los pies de Vinicius. Ahí estaba el peligro como se vio a los tres minutos cuando el brasileño desbordó por banda y la puso al área donde Benzema, algo forzado, no pudo conectar bien con la pelota en el área pequeña.
Vinicius acelera
La jugada fue un ensayo de lo que ocurriría un minuto después con un final distinto. Otra vez Vinicius recibió una pelota larga de Militao, controló con el exterior, sentó a su par y asistió a benzema, también con el exterior, para que el francés embocara a placer en boca de gol. El Real Madrid se adelantaba en un partido que tenía pinta de ser más cómodo que un colchón viscoelástico.
Pudo hacer doblete Karim un ratito después, pero esta vez su disparo le salió demasiado centrado. El Almería defendía sin tensión ni orden, sólo les faltaba pedir autógrafos a los jugadores de Ancelotti. El Real Madrid se paseaba por La Castellana. Y en pleno paseo llegó el segundo de Benzema. Esta vez las gracias se las dio a Rodrygo, el clon de Vinicius, que se marcó un regate de museo a Samu Costa en el área, levantó la cabeza y se la puso al 9 para que embocara otra vez a placer.
Con el partido resuelto por la vía rápida el Real Madrid se repantingó como Pedro Sánchez en el Falcon. El Almería dio señales de vida en el 25 con un cabezazo de Ramazani que se marchó fuera. Fuegos de artificio. La pelota seguía siendo blanca y el dominio territorial del partido también. El equipo de Ancelotti jugaba para que Benzema se acercara a Lewandowski en su particular pelea por el Pichichi.
En el 36 Vinicius entró en combustión, después de un agarrón con persistencia de Mendes, y vio una amarilla merecida. El brasileño se puso pesado con Cuadra Fernández, que desenfundó la cartulina, la décima que ve el brasileño en esta Liga, y le dejó fuera del partido ante la Real Sociedad.
Benzema, Benzema y Benzema
El Real Madrid volvió a centrarse y a atacar. En el 41 Ramazani cometió un penalti tan estúpido como obsceno al derribar a Lucas Vázquez en la esquinita del área. La pena máxima la ejecutó Benzema para anotar el 3-0 al filo del descanso. Que estaba a punto de llegar a un Bernabéu tranquilo y animado, plagado de turistas y selfies cuando el Almería hizo el gol del honor. Lo marcó Lázaro tras una torrija colectiva de la defensa blanca. Y entonces sí nos fuimos al vestuario.
Del que regresamos con un golazo de Rodrygo así para empezar. Ceballos le vio en la frontal, el brasileño recibió sin oposición, se giró sin oposición y la puso lejos del alcance de Fernando y casi en la escuadra. Lo celebró sin estridencias y aplaudió el Bernabéu. Y con el cuarto en la buchaca el Madrid volvió a activar el modo relax.
Y tanto se relajó, tanto se durmió, tanto sesteó que el Almería hizo el segundo a la hora de partido con un cabezazo de Robertone que no tenía cerca a ningún jugador con camiseta blanca. Baste con decir que hasta Courtois, que le rozó, debió pararla. Algunos jugadores del Madrid pusieron caritas con el tanto, pero no era una cuestión ce caritas sino de piernas. Y de ganas.
El gol picó al Madrid que pegó otro acelerón. Rodrygo rozó el quinto en un mano a mano ante Fernando que punteó el portero del Almería aunque el árbitro no diera córner. En el 71, con el partido resuelto y sin historia, entraron a la vez Nacho por Kroos y Asensio por Rodrygo. Luego Vinicius, algo cansado y con un golpe en el abductor, pidió el cambio a Ancelotti. El técnico no se lo concedió hasta diez minutos después cuando sacó a Carvajal.
En el 79 el meta Fernando cometió penalti sobre Benzema, que tocó la pelota justo antes de la salida del portero. Los jugadores del Almería reclamaron falta previa de Benzema a Ely. A Cuadra Fernández le avisó el VAR y corrigió su decisión. Falta de Karim y penalti interruptus. Pues nada. El 4-2 siguió en el marcador y así fue, a pesar de cuatro ocasiones postreras del Real Madrid: un tiro al palo de Benzema, un gol bien anulado a Camavinga y otros dos postes de Asensio. Y con el 4-2 acabó partido que no fue para escribir en los cementerios «lo que os habéis perdido» pero que al menos el Real Madrid resolvió sin grandes agobios.