Marcelo encuentra su sitio
Marcelo encuentra su sitio en el Real Madrid. Reconvertido a carrilero, el brasileño tiene más incidencia en ataque y menos responsabilidades defensivas, lo que le permite volver a ser diferencial
Las bajas han condicionado en los dos últimos partidos el once de Zinedine Zidane en exceso y el técnico ha tenido que reinventarse. El francés salió con un novedoso sistema de tres centrales, con una línea de cuatro por delante. En ella, Marcelo ocupaba la izquierda, haciendo de carrilero, y el cambio le sentó de la mejor de las formas. El brasileño fue una de las notas diferenciales del Real Madrid ante el Getafe, reivindicándose en una temporada que no está siendo nada fácil para él.
Su rendimiento en los últimos meses, principalmente en defensa, le han dejado más que señalado. En cada encuentro disputado por el conjunto madridista en el que el brasileño ha sido titular, los rivales han encontrado una autopista a su espalda por la que percutir y hacer mucho daño. Algo que no sucedió ante el Getafe.
Zidane supo darle equilibrio a la entrada de Marcelo en el once con un dibujo similar al que probó en los últimos minutos frente al Huesca, también con el ’12’ sobre el césped. Escudado por Mendy, se eximió en parte de sus responsabilidades en defensa y supo brillar, convirtiéndose en uno de los principales protagonistas del equipo. Esta vez, para bien.
La nueva posición del segundo capitán le quitaba peso atrás y le lanzaba en ataque. Marcelo siempre se ha caracterizado por ser un puñal en la banda, pero jugar de carrilero potenciaba sus constantes incursiones. Sabiendo del peligro ofensivo con el que cuenta, los madridistas volcaron durante gran parte del encuentro su juego por la izquierda.
Su presencia se convirtió en un quebradero de cabeza para la defensa del Getafe. El lateral madridista aparecía constantemente a partir de tres cuartos, bien asociándose con Asensio o Vinicius o doblándoles para entrar directamente al área. En sus botas estuvieron las acciones más peligrosas del Real Madrid durante los 86 minutos que estuvo sobre el césped, del que se retiró con molestias, que le podrían impedir estar en el próximo encuentro ante el Valencia.
Asistencia para cerrar el partido
El ataque del conjunto blanco estuvo comandado en todo momento por un insistente Marcelo que supo sacar provecho de su nueva demarcación. Jugando por delante de Mendy, aprovechó para liberarse en defensa y romper en los metros finales. Fue así como consiguió asistir en el segundo gol del encuentro, el que cerró el partido.
Marcelo dobló a Modric, que le metió el balón a la línea de cal. De allí, el brasileño sacó un pase de la muerte al primer palo para Asensio, que no acertó a rematar, pero apareció Mendy para lanzarse a empujar la pelota y poner la tranquilidad en el marcador.
El brasileño volvía a convertirse, muchos meses después, en diferencial en favor de los intereses de los suyos. Además, completaba su partido con otros cinco pases clave, que no acabaron en gol, con un gran acierto de pases y con otro centro que estuvo cerca de acabar en el fondo de la red.
Marcado por las derrotas
Marcelo recuperó las mejores sensaciones en una temporada que no está siendo nada fácil para él. El bajón del canarinho en defensa ha provocado que Zidane se haya decidido por sentarle, otorgándole la titularidad a Mendy, al que es raro no verle cumplir con sus obligaciones atrás. Sus apariciones en ataque llevan condicionando al equipo en defensa durante toda la temporada y los rivales lo han sabido aprovechar.
De hecho, en los ocho partidos en los que había partido de inicio hasta la fecha, los madridistas sólo habían conseguido dos victorias frente a un empate y cinco derrotas. Los malos resultados de los blancos estaban, en su mayoría, directamente relacionados con la presencia del brasileño, que era uno de los grandes damnificados en los partidos en los que los de Zidane no conseguían sumar de tres.
Sin embargo, el cambio de posición le ha servido para liberarse. Contar con tres centrales por detrás le permite tener más libertad a la hora defender, sin condicionar en exceso las subidas del rival por su carril. El futbolista del Real Madrid se siente más cómodo jugando más cerca del área rival, donde es más explosivo.
Ante el Getafe se vio claro el peso que puede llegar a tener el lateral madridista jugando varios metros más adelante. La reconversión del futbolista le permitió ser mucho más incisivo de lo que por naturaleza es. Su facilidad para sumarse en los últimos metros del campo posibilitó que el conjunto blanco centrase sus operaciones en ataque por su banda, lo que le permitió lucirse.
En una temporada complicada, en la que su rendimiento ha estado más que cuestionado, ha conseguido encontrar su lugar. Un sitio que puede llegarle tarde, pues el club ya tiene decidido darle salida en verano. De cara a la planificación de la próxima temporada, el brasileño estaría entre los descartes. Sólo un cambio radical podría dar un vuelco a su situación y, parece, que ha encontrado la forma de darlo.
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