El Madrid pierde la cabeza
El Real Madrid ya ni está invicto ni es líder. Los blancos perdieron la cabeza, el primero su entrenador, en un partido infame ante el Mallorca. La alineación desequilibrada de Zidane, que partió al equipo, fue el principio del fin. El solitario gol de Lago Junior bastó a los locales para ganar a un equipo blanco que se mostró impotente para remontar. La estúpida expulsión de Odriozola terminó de matar a un Madrid que enseñó todas sus costuras en Son Moix.
El Mallorca-Real Madrid era el segundo evento del día en la isla. Primero se había casado Nadal, el novio que toda madre querría para su hija pero –se siente– se lo ha llevado Xisca (o Mery), su novia de toda la vida. Porque Rafa es un tío de los de antes, de los de casarse con la novia de siempre. Venga, al lío que divago más que un abuelo contando batallitas.
Llegaba Zidane con un porrón de bajas: Kroos, Modric, Bale, Carvajal y hasta Hazard, ausente por paternidad de última hora, se habían quedado en Madrid, conque la alineación del equipo blanco estaba plagada de novedades. Nuevos sí, que no desconocidos. Salían jugones como Isco o James, y también iban al once tipos como Odriozola, Militao, Vinicius y Jovic, habituales suplentes para Zizou.
Para que no se líen, les cuento: Courtois; Odriozola, Militao, Ramos, Marcelo; Casemiro, Isco, James; Vinicius, Jovic y Benzema. Ahora había que colocarlos. En los primeros compases se vio una suerte de 4-4-2 con Casemiro e Isco por el centro, Vinicius y James en los costados y Jovic y Benzema ocupando todo el frente del área.
El Real Madrid, especialista en pegarse tiros en los pies, arrancó el partido con el izquierdo, el pie digo. A la vez que Cristiano marcaba para la Juve, Lago Júnior le endosaba el 1-0 a los de Zidane. Fue una carrera individual a la contra que pilló mal parado al Madrid en el repliegue. Odriozola retrocedió y retrocedió y volvió a retroceder. Concedió espacio a su rival hasta que se plantó dentro del área y se sacó un disparo cruzado ante el que Courtois no pudo hacer nada. Tampoco Militao, que se dio la vuelta ante el disparo no fuera a hacerse daño.
El Madrid concede ventaja
Lo que empezó torcido pudo ser todavía peor cuando el Mallorca aprovechó un error grosero de Militao para marcar el 2-0. Afortunadamente para los de Zidane Budimir estaba en fuera de juego. Al Real Madrid le estaban lloviendo por todos los lados y no sabían ni por dónde se andaban. El Mallorca, superior en el centro del campo y con verticalidad, tenía ante sí la oportunidad de atropellar a un Madrid aturdido.
La descoordinación entre Ramos y un atolondrado, descolocado y blandito Militao era desoladora. Una de las veces que el capitán intentó despejar el brasileño se cruzó y casi le despeja a él. Hasta el 25 no apareció Vinicius para perpetrar una suerte de tiro a puerta para el Real Madrid. Golpeó la pelota tan mal como de costumbre.
Un minuto después tuvo Benzema en sus botas el 1-1 en un remate imposible a bote pronto, pero el gol hizo la cobra al francés. Más bien el travesaño se interpuso en su camino. Mejoraba el Real Madrid quién sabe si porque era imposible jugar peor o porque el Mallorca empezaba a dar pasos atrás.
Aun así a los de Zidane les pasa lo mismo que a Pedro Sánchez: les cuesta mandar. No gobiernan los partidos porque sus centrocampistas pesan poco y, por tanto, fía todo a que alguno de sus delanteros tenga un rapto de inspiración y, claro, cuando faltan los Bale o Hazard, las opciones se reducen.
Como se iba reduciendo el tiempo que le faltaba al Real Madrid para irse al descanso por detrás en Son Moix. Al final, después de un penalti no pitado de Baba sobre Casemiro, se consumó la sorpresa y el Mallorca logró irse al entreacto 1-0 por delante.
No sufre el Mallorca… se suicida el Madrid
Volvimos del descanso con el Real Madrid en alerta amarilla y Fede Valverde iniciando el calentamiento. Sobre el campo el Mallorca seguía repantigado como un turista alemán en Magalluf. No sufría, tenía la pelota y el juego se desarrollaba relativamente lejos de su portería. Los de Zidane eran la oda a la impotencia.
Por no hablar de la aberración táctica que había cometido Zidane al colocar a Isco en el doble pivote con Casemiro. El malagueño estaba perdidísimo, a hectáreas del área visitante y demasiado cerca de la propia como para no liarla.
Antes de la hora del partido entró a jugar Take Kubo, un muchacho con un talento gigantesco que se marchó cedido al Mallorca porque Zidane no le encontraba hueco en el primer equipo y él no quería pudrirse en Segunda B. Zidane no movía ficha. El técnico madridista no es de tener prisa con los cambios.
Hizo dos de golpe en el 65. Rodrygo por un invisible Jovic y Valverde por un desdibujado Isco. Lo intentaba desde la impotencia el Real Madrid y entonces Odriozola decidió suicidarse y dejar a su equipo con diez con una entrada estúpida y a destiempo que le supuso una segunda amarilla tan justa y merecida como la primera.
Baste decir que en el Real Madrid el mejor del segundo tiempo estaba siendo Militao para ver el nivel del equipo. Brahim por Vinicius fue el tercer cambio de Zidane. Pero a su equipo ya no le quedaba demasiado tiempo. Era el minuto 82 y todo se fiaba a Sergio Ramos intentando rematar cualquier balón. No lo consiguió y el Real Madrid selló en Mallorca su primera derrota en Liga con la que, ya es oficial, pierde el liderato en favor del Barcelona. Se viene la crisis en 3,2,1…