Copa del Rey: Real Madrid 85 - Valencia 74

Un Madrid a ritmo de tortuga destruye al Valencia

El Real Madrid siempre compite. Da igual que haya lesiones, dudas o malas sensaciones. Esta es una virtud que Pablo Laso ha sabido inculcar a sus pupilos en todos y cada uno de los 736 partidos que ha dirigido en el banquillo blanco. El equipo, con ese fuego interior, pasó por encima de un Valencia Basket que fue todo el partido por detrás y que nunca tuvo opciones reales de ganar.

En ese ecosistema de la competitividad blanca dos perfiles tan antagonistas como Gabriel Deck –todo pasión, todo garra– y Trey Thompkins –fino estilista y con precisión de cirujano– destruyeron al Valencia Basket con un partido en el que se fueron turnando para sumar entre ambos 46 puntos, 10 rebotes y 44 de valoración. El Madrid ya sabe que le espera el correoso Tenerife en semifinales, un rival a priori un escalón inferior al de este jueves.

El partido comenzó con sorpresa. Tavares cometía una falta a los 30 segundos y Laso tomaba la determinación de dar minutos a Felipe Reyes, que jugaba por primera vez desde el 4 de enero. El capitán, lejos de desentonar, fue una de las piezas fundamentales de los blancos para hacer una ventaja inicial que nunca se desvaneció.

Con Alocén dirigiendo todo con la madurez propia de un veterano, con Deck castigando al poste a todo aquel que se ponía en su camino y con Thompkins anotando canastas de calidad gourmet, los blancos construían una ventaja de 11 puntos a mitad del primer periodo ante un Valencia que parecía no poder con el alto ritmo blanco. Al final los de Laso, tienen una virtud que les hace muy diferentes al resto: compiten siempre.

El segundo cuarto permitió a los blancos extender su ventaja hasta los 15 puntos, pese a que no estaba brillando el juego tanto como al principio. La puntería de Llull y Rudy sacó a los anfitriones de la Copa de sus atascos, mientras el Valencia se encelada en sacar faltas a los interiores madridistas. 15 de los 34 puntos naranjas vinieron desde la línea de personal. El equipo de Laso llegó con un cómodo 49-34 favorable en el marcador con Deck y Thompkins sumando 24 de los puntos madridistas. Y todo contando con que Tavares jugó un minuto en toda la primera mitad.

El Valencia lo intentó

La tendencia positiva para el Madrid continuó al inicio de la segunda mitad alcanzado los 21 puntos de ventaja. Sin embargo, Prepelic –ex madridista y descontento porque no tuvo las oportunidades que soñó– se desmelenó en esos minutos liderando un parcial del Valencia de 0-11 metiendo dos marchas más en defensa. Los triples no entraban a voluntad a los blancos, mientras los visitantes se iban creciendo poco a poco con Van Rossom uniéndose a la remontada. Para colmo de males, Jaycee Carroll se lesionaba en la muñeca, aunque regresó al encuentro.

Con el Madrid con apenas seis puntos de renta, apareció finalmente Tavares con un mate y un par de acciones defensivas que restablecieron el orden antes del inicio del último cuarto. Con los blancos montados en una ventaja de una decena de puntos, el Valencia nunca fue capaz de recortar gracias a un Deck que supo atacar la hemorragia en la defensa levantina. Thompkins le dio relevo sacando a relucir su calidad ofensiva con un clínic de movimientos al poste.

El Madrid no pasó apuros en los minutos finales siguiendo la senda de superioridad que ya mostró en la Copa del año pasado en Málaga. El Barça será favorito al título, pero cuidado con el equipo de Laso. Competir es una actitud y en eso no hay nadie que pueda hacer sombra a los blancos. Con Deck y Thompkins así pocos podrán hacerles frente.

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