Liga Santander: Real Madrid - Osasuna

El Madrid se apunta a todo

Con rotaciones y con la final de Stamford Bridge en la cabeza, el Real Madrid demostró ante Osasuna que es insaciable se apunta a todo: la Liga y la Champions. Militao y Casemiro lograron los tantos del equipo de Zidane muy avanzada la segunda mitad y dejan al Madrid en una situación ideal para competir la Liga hasta el final. Y quién sabe si ganarla.

Por una vez, y sin que sirva de precedente, Zidane fue previsible. Y hasta lógico. Aunque el Real Madrid está vivo en dos guerras, la batalla gorda sobre el papel era la de Champions ante el Chelsea y no la liguera ante Osasuna. Por eso reservó a varios sus mejores soldados para Stamford Bridge. Descansaban Kroos, Modric y Nacho.

Tampoco es que Zidane se liara la manta a la cabeza y presentara un once random, que dicen los milenials, pero sí que era un equipo como el rostro de la Patiño: con varios retoques. Apunten. Courtois de portero; Odriozola, Militao, Varane y Marcelo en la línea de cuatro atrás, Casemiro y Antonio Blanco en el doble pivote, Asensio y Vinicius en los costados, con Hazard y  Benzema arriba. Qué quieren que les diga: ni tan mal.

Al Real Madrid, que ha estado muerto en esta Liga más veces que Bumbury en los 90, se le había puesto el título a una carambola en el Barcelona-Atlético del Camp Nou… siempre que ganara sus cinco partidos, claro. Y el primero era el que nos ocupa ante Osasuna. Que arrancó falto de ritmo como si ambos equipos se estuvieran observando antes de empezar a atacarse.

Eso fue hasta que Hazard se asomó al duelo, condujo la pelota cosida al pie derecho, fue esquivando rivales y terminó la jugada con un disparo alto. El belga sigue dejando detallitos. Como el que tuvo al minuto siguiente con una buena maniobra en el costado izquierdo que culminó con un centro-chut (qué término más viejuno) que rechazó con apuros Herrera.

Con ustedes, Hazard

Después de las incursiones de Hazard el Real Madrid levantó el pie y Osasuna se replegó con orden en bloque bajo. Tocaban bien los de Zidane con un Antonio Blanco que ha sido un descubrimiento como pareja de Casemiro. Es listo, la mueve rápido y se coloca con criterio.

El partido se calmó hasta que Militao, ese manojo de nervios hecho central, estuvo a punto de meterse un autogol que, de haber entrado, debería haber sido investigado por las apuestas. Parece imposible hacerlo sin querer porque nadie le presionaba. El muchacho se echó las manos a la cabeza cuando se dio cuenta de que la había liado parda como la famosa socorrista. Menos mal que la cosa no pasó a mayores. Y que todavía nos lo quieran vender como un central top. Manda huevos.

El show de Militao dio paso al de Hazard, que se sacó de la chistera un taconazo maravilloso y un remate que a punto estuvo de convertirse en el 1-0. Definitivamente, el belga ha vuelto. Y podría ser justo a tiempo. La jugada de Hazard le sucedió otra, esta vez buena, de Militao, cuyo cabezazo sacó Herrera espectacularmente bajo palos. Repitió el brasileño, otra vez de cabeza, y otra vez atajó el portero de Osasuna. A ver si va a ser delantero y no central.

El Real Madrid llamaba a la puerta del gol pero no había nadie en casa. Vincius volvió a toparse con su propia torpeza de cara a puerta en el 32. Zidane empezaba a impacientarse. Su equipo monopolizaba la pelota pero sesteaba en la recuperación. Esa pereza defensiva permitía a Osasuna estirarse más que las mallas de Falete.

El Madrid perdona y respira

Al filo del descanso Chimy Ávila hizo el 0-1 para Osasuna. Zidane contuvo unos instantes la respiración hasta que el asistente levantó la bandera, el colegiado anuló el tanto y el VAR lo ratificó. Con el susto en el cuerpo se fueron los madridistas al descanso. Momento que aprovechó Zizou para cambiar a Nacho por Varane, por unas molestias en la pierna derecha y quién sabe si pensando en lo del miércoles

En la reanudación el Real Madrid siguió aproximándose al área de Osasuna, aunque las jugadas morían en la torpeza de Vinicius. Los visitantes dieron un par de avisos a la contra. Pero la pelota era cosa del Madrid, que atacaba con hasta ocho jugadores en campo visitante. Los blancos rondaban el gol, que les hacía otra vez la cobra.

Y sólo quedaba media hora para que al Madrid se le escapara, por tercera vez en los últimos cuatro partidos, un empate y con él dos puntos. Y puede que la Liga, aunque eso ya son palabras mayores. La respuesta de Zidane fue meter a Rodrygo y Miguel Gutiérrez por Vinicius y Marcelo. Zizou puso a Casemiro de central para cerrar con tres y liberar en los costados a Odriozola y Miguel Gutiérrez.

En el 66 la tuvo Rodrygo, que disparo fuera tras una buena maniobra individual. Zidane tenía preparado a Isco para suplir a un Hazard fundido en la segunda mitad. Osasuna ya estaba totalmente encerrado en su área y el Madrid al unísono tocaba a rebato.

Militao ‘maravillao’

Y en pleno vendaval ofensivo del Real Madrid, los blancos, siquiera sea por insistencia, encontraron el 1-0. Lo marcó Militao a la salida de un córner en el peor de sus tres cabezazos. El tallo brasileño saltó, Casemiro se apoyó en su espalda, la curvó y casi sin querer golpeó la pelota con la testa, le salió un remate bombeado y se coló en la portería de Herrera. Héroe por accidente. Pero héroe, que es lo que cuenta.

Y dos minutos después llegó el 2-0 que daba la tranquilidad al Real Madrid. Fue una buena jugada coral que mejoró Benzema con una maravillosa asistencia a Casemiro que, en su intento de controlar el balón, acabó marcando ante la media salida de Herrera. Pues el Madrid había encarrilado el partido en un pispás.

En los últimos minutos el Real Madrid supo guardar la ropa porque ya no necesitaba nadar. Isco perdonó el 3-0 de un partido que puede suponer un punto de inflexión en la pelea por la Liga. Como el Atlético no gane en el Camp Nou, los de Zidane dependerán de sí mismos para ganar la Liga. Si no lo veo, no lo creo. Y viéndolo, casi tampoco.

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