Woodgate, Robben y Bale también llegaron de la Premier y se hicieron fijos de la enfermería

Hazard y la maldición que viene de Inglaterra

Eden Hazard se suma a los futbolistas afectados por la 'maldición Premier' en las que hombres como Woodgate, Robben o Bale vieron como sus episodios con las lesiones les apartaban de su rendimiento máximo con el Real Madrid

El caso de Eden Hazard ha desarbolado al madridismo. El fichaje estrella del verano de 2019 apuntaba a convertirse en el líder del proyecto post-Cristiano, con una consumada experiencia en el Chelsea, club en el que se convirtió por pleno derecho en uno de los mejores futbolistas del planeta. Las expectativas estaban por las nubes y el frenazo continuo, en forma de lesiones que nunca antes en la carrera de Hazard se habían producido, invitan a recordar otros casos de futbolistas provenientes de la Premier League y que, una vez llegados al Real Madrid, no rindieron como se esperaba debido a problemas físicos.

La maldición llegada desde Inglaterra afecta a Hazard como antes lo hizo con Jonathan Woodgate, Arjen Robben o, en diferente medida, Gareth Bale. Todos ellos llegaron con gran cartel y las lesiones les apartaron de dar su mejor cara en el Real Madrid. En el caso de Woodgate, los problemas le dieron un puesto casi fijo en la enfermería, mientras que Robben o Bale, dos cracks mundiales como Hazard, se vieron perjudicados en términos de continuidad por la lacra de las lesiones.

Hazard acumula nueve lesiones en apenas año y medio como futbolista del Real Madrid. El belga era un fichaje seguro en este aspecto, con sólo 20 partidos perdidos en siete temporadas en el Chelsea, su mayoría debido a una lesión de tobillo que se reprodujo en sus primeros meses de blanco. Con el Madrid, en un periodo de tiempo muy, muy inferior, Eden se ha visto obligado a ausentarse en más del doble de encuentros, 43, como comprobante de una maldición que vuelve a producirse en el trece veces campeón de Europa.

El caso Woodgate

Woodgate llegó al Real Madrid en el verano de 2004 procedente del Newcastle, y con la vitola de ser uno de los centrales de presente y futuro más sólidos del planeta. Jonathan arribaba en el Santiago Bernabéu lesionado, pero se esperaba una recuperación temprana y rendimiento casi inmediato, como demostraban los 18 millones que invirtió el club por hacerse con sus servicios.

Woodgate, junto a David Beckham. (Getty)

Complicaciones en la lesión que arrastraba desde su etapa en la Premier League provocaron que Woodgate permaneciera hasta 13 meses en el dique seco. Su debut, tras la interminable recuperación, no fue mejor que el calvario vivido con anterioridad. Jonathan pudo por fin vestirse de corto ante el Athletic Club, y lo hizo con un gol en propia puerta y una expulsión que hizo que las habladurías no sólo se pronunciaran en torno a su estado físico, sino también hacia su calidad.

El central apenas pudo demostrar que este capítulo pertenecía a un cúmulo de mala suerte. Lastrado de nuevo por problemas físicos, en este caso musculares, que fueron acumulándose en un caso similar al vivido actualmente por Hazard, Woodgate acabó su periplo en el Real Madrid con apenas 10 partidos disputados, para poner rumbo de nuevo a la Premier League, donde nunca pudo hacer gala de las cualidades que hicieron al Madrid fijarse en él.

Robben, estrella en la enfermería

Después de la mala experiencia con Woodgate, el Real Madrid volvió a pescar en la Premier League, aunque en este caso con un proyecto diametralmente opuesto. Arjen Robben, extremo eléctrico y vertical, llegaba como una estrella procedente del Chelsea. Era una de las promesas de Ramón Calderón pero su relación con las lesiones eclipsó al talento demostrado en sus partidos en el Santiago Bernabéu.

Robben alternaba golazos con problemas musculares que le llevaban directo a la enfermería, y que le impidieron tener la continuidad necesaria para que el Real Madrid, entonces en horas bajas en la etapa pre-Mourinho, cumpliera sus objetivos marcados. Así las cosas, el regreso de Florentino Pérez a la presidencia trajo una revolución en forma de fichajes, y las llegadas de Kaká, Cristiano Ronaldo y Benzema dejaron sin hueco a un Arjen que puso rumbo al Bayern donde, liberado de las lesiones, sí pudo consolidarse como uno de los mejores futbolistas del planeta.

Robben, en un partido con el Real Madrid. (Getty)

Bale y sus 101 partidos de baja

La dificultad marcada por el poderío económico de la Premier League no impidió al Real Madrid efectuar una operación estratégica, aunque costosa –cerca de los 100 millones de euros– para traer al futbolista del momento, Gareth Bale, al Santiago Bernabéu. El sueño de que el galés compartiera delantera con Benzema y Cristiano Ronaldo se hacía realidad, al tiempo que se postulaba como sucesor, a medio plazo, del ‘7’, como emblema del equipo y capitán general de la ofensiva.

Bale cumplió con su cometido a medias. Sus goles decisivos quedarán para siempre en la historia del Real Madrid, como seña de su participación en las cuatro últimas Champions League del club, pero sus constantes lesiones le llevaron a perderse hasta 101 partidos, una auténtica barbaridad que eclipsó su gol en la Décima, la carrera con Bartra en la Copa del Rey de 2014, o su espectacular chilena en Kiev. Gareth es y será considerado como un futbolista importante en la historia del club, pero las lesiones –y su desidia– le apartarán de la vitola de leyenda.

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