La cercha maldita del nuevo Bernabéu
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Hay una operación que se está atragantando en el montaje del nuevo estadio Santiago Bernabéu. La cercha que fue el buque insignia de la modernización del coliseo blanco en 2002 no se puede quitar, de momento. Estaba previsto que para el 10 de agosto se iniciase la operación, pero unos problemas de seguridad relacionados con el atornillado de la estructura lo impiden hasta la fecha. Hablamos de un viga que pesa 423 toneladas de peso.
Esta cercha fue puesta hace prácticamente dos décadas en la ejecución del Plan Director de Infraestructuras del Estadio Santiago Bernabéu, un proyecto que inauguró Florentino Pérez para renovar el lateral este del Santiago Bernabéu devolviéndole la categoría al estadio de cinco estrellas de la UEFA con la construcción adicional de las oficinas y la tienda del club.
La cercha dio un empaque adicional al club hasta conseguir la final de la Champions League en 2010, pero ahora que el club busca la renovación total y absoluta del estadio, la estructura sobra. El Real Madrid ha intentado sacarla sin éxito desde el inicio de 2021 cuando procedió a la subida de las dos nuevas cerchas a los cielos del Bernabéu.
El club sopesó la idea de bajarla al terreno de juego, pero las dimensiones eran tan desproporcionales que se descartó esa posibilidad por la imposibilidad de desmontarla allí. El siguiente plan consistió en colocarla en un extremo próximo a la calle Padre Damián, aunque había que esperar a que se terminase el parking exterior para bajarla y desmontarla. El parking se terminó a finales de julio y se procedió a la preparación.
Dos grúas de colosales dimensiones se han instalado en las inmediaciones del estadio llegando a cortar la calle Padre Damián, pero la fecha prevista para el descenso de la cercha maldita ha vuelto a sufrir un contratiempo de varios días al no poder desatornillarse de forma segura tras la nueva ubicación de la pieza.
Hay que recordar que en apenas un mes volverá el público al Santiago Bernabéu en un partido contra el Celta y todavía quedan muchos detalles por pulir en las obras para que el público pueda acceder con plenas garantías y seguridad.
No sólo la cercha maldita se tiene que bajar, sino que también se debe despejar el frontal de la Castellana, izar una nueva cercha, terminar de derrumbar las torres B y C del estadio, construir diversas partes de la grada baja ahora levantadas, terminar de poner la grava donde se ubicará el césped provisional hasta que la temporada próxima se instale el retráctil y muchas más actuaciones pequeñas, pero importantes como poner presentables los accesos y los pasillos. Además faltan por poner unas 5.000 butacas que se han eliminado durante la obra. Hay mucho trabajo por delante, pero en el club son más que optimistas.