Así fue la noche de Bale: suplencia, pitada, pancartas y celebración con Casemiro
Gareth Bale se llevó una pitada monumental por parte del Santiago Bernabéu cuando su nombre sonó por megafonía y cuando saltó al césped durante el choque entre Real Madrid y Real Sociedad
Gareth Bale se llevó la pitada más grande que se recuerda por el Santiago Bernabéu a un jugador local. La bronca que tuvo que soportar el galés cuando su nombre sonó por la megafonía del estadio siendo presentado con los suplentes se quedó en una anécdota con lo que sucedió cuando Zidane decidió darle entrada al terreno de juego por un Rodrygo que, aunque no tuvo su mejor noche, salió del partido ovacionado y con la grada coreando su nombre. Todo lo contrario de lo que iba a suceder segundos después con el galés.
Zidane, que le defendió en la rueda de prensa previa al encuentro, aunque a la afición no la convenció, le dio entrada sabedor de lo que iba a suceder, pero el galo pensaría que era ahora o nunca, ya que después de sus últimas actuaciones este momento lo iba a tener que vivir. Nunca un jugador del Real Madrid había sido pitado desde el instante en el que Bettoni, segundo entrenador de Zizou, le llamaba para salir. Mientras esperó su momento en la banda también se escucharon silbidos, aunque la explosión llegó con su entrada al terreno de juego. Los decibelios subieron como si un jugador muy poco querido por Concha Espina de un equipo rival saliese a jugar. Después, cada vez que tocaba la pelota la música de viento se repetía, aunque a Bale parece que le afectó poco.
Arropado por sus compañeros cuando pisó el césped, empezó a hacerse amo y señor de la banda derecha hasta el punto de que el gol de Modric, el que cerraba un partido complicado para el Real Madrid, nació de sus botas. El tren de la velocidad corría por la derecha, ponía un centro llovido del cielo que recogía Benzema, el francés cedía a Luka y el Balón de Oro la enganchaba para hacer un golazo. Casemiro primero y el resto después fueron a celebrar el gol con un Gareth que va a tener que hacer muchas cosas bien si quiere volver a ser acogido por el madridismo. Y ante la Real bien que lo intentó en los minutos que jugó.
Bale no entraba en una convocatoria del Real Madrid desde hacía 49 días. Aquel día jugó su último encuentro con los blancos hasta la fecha frente al Granada. En este tiempo ha estado lesionado y ha dejado varios episodios que han molestado mucho a una afición que empieza a estar cansada de su forma de ser. No obstante, lo que más ha dolido al madridismo es que con Gales sí jugase la clasificación para la Eurocopa 2020 y, sobre todo, una inoportuna celebración con una bandera en la que se podían leer sus prioridades.
A pesar de esto, en su mano y, sobre todo, en sus botas tiene la posibilidad de reconciliarse. Si vuelve a ser el jugador que el Bernabéu ha visto y que trata de recuperar Zizou la paz se podrá sellar.
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