Los siete puntos que llora con amargura el Atlético

Son ya siete los puntos que llora con amargura el Atlético esta temporada, tras los tres perdidos ayer en Butarque ante el Leganés, y que se unen a los empates ante Espanyol y Rayo. Simeone sigue sin dar con la tecla para ganar a los equipos pequeños y ya renacen los fantasmas de los tropiezos en Las Palmas, Alavés y Cádiz que tanto daño hicieron la pasada temporada.

El Atlético del Cholo siempre le ha costado horrores derrotar a rivales de la zona baja de la clasificación. Es una tendencia que se repite año a año y que supone perder puntos valiosísimos en la pelea por la Liga. Aún se recuerdan las derrotas ante el Levante o el Almería en los dos títulos anteriores de Simeone. El argentino sabe cómo parar a los más poderosos, pero los más débiles son su talón de Aquiles. Primero no pasó del empate ante el Espanyol en el Metropolitano, luego no pudo ganar al Rayo en Vallecas y finalmente sucumbió en Butarque ante el Leganés, que de hecho ya estuvo a punto de sacar un resultado positivo en el estadio rojiblanco en la primera vuelta.

En el segundo acto de la Liga tocará rendir visita a un buen puñado de estadios de la parte baja de la clasificación, lo que más se le atragantan al Cholo. De hecho, sólo ha jugado en tres de los campos de los nueve últimos con el saldo de dos victorias en Vigo y Valladolid y una derrota en Leganés. Le quedan por visitar Pamplona, Las Palmas, Getafe, Vitoria, Cornellà y Valencia.

Sin embargo pese a la derrota, que puede suponer hoy la pérdida del liderato si el Madrid gana a Las Palmas en el Bernabéu, no hay tiempo para lamentarse ya que el martes llega al Metropolitano el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso que ayer derrotó al Borussia de Moenchengladbach y que está segundo en la clasificación, a cuatro puntos del líder, el Bayern. El Leverkusen se presenta en Madrid con un saldo de 12 victorias consecutivas. No pierde un partido desde que fue goleado el 5 de noviembre por el Liverpool en Anfield. Un duro test para el Atlético porque los dos persiguen lo mismo: acabar entre los ocho primeros la fase de grupo, pero sólo uno podrá conseguirlo.