Neymar cambia de estrategia

Aunque su padre lo niegue, Neymar lleva meses diseñando su segundo intento de fichar por el Real Madrid. El verano pasado el PSG, léase el jeque de Qatar, se cerró en banda y por ello el brasileño y su entorno han dedicido cambiar de estrategia para conseguir que el PSG se avenga «por las buenas» a negociar con el club blanco el traspaso del siglo.

Esa estrategia, que no es desconocida para el Real Madrid, consiste en que papá Neymar sea el poli bueno y que el futbolista mantenga un perfil bajo, sereno, y evite entrar en guerras contra ningún estamento del Paris Saint-Germain. Ni batallas con sus compañeros por el foco mediático –la temporada pasada se las tuvo tiesas con Cavani–, ni peleas con su entrenador, ni pulsos al club o a Al-Khelaifi, el presidente y hombre de confianza del emir de Qatar en el PSG, Al Tamim bin Khalifa Al-Thani, cuyo nombre solo ya impone en las oficinas del Bernabéu..

A Neymar hay que leerle entre líneas. Hace una semana dijo «nuevo proyecto» y este viernes se descolgó con una declaración de amor a Hazard, el primer galáctico del nuevo proyecto del Real Madrid: «Me gustaría jugar con él». Neymar no dice nada pero se le entiende todo. En el club blanco saben la voluntad del brasileño para encabezar la reconstrucción de la casa blanca y llenar el enorme vacío que dejó Cristiano Ronaldo.

Neymar quiere y el Real Madrid también, pero el PSG, el jeque y el emir, no quieren. Y ahí radica el problema. La estrategia de la superoferta así en seco no funcionó el verano pasado y tiene pinta de que con dinero tampoco se gana la batalla este verano. En el club blanco asumen que Neymar es ahora o nunca, porque la edad del brasileño le pone una fecha de caducidad para su fichaje por el Real Madrid.

Si Neymar no es del Madrid este verano no lo será nunca, puesto que una operación que casi estaría más cerca de los 300 que de los 200 millones no se puede amortizar en un futbolista que llegaría este verano con 27 años –de 6 a 8 temporadas para amortizar su fichaje– en en límite de edad para conseguir rentabilizar la inversión más grande de todos los tiempos.