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Nadal, grande entre los grandes

El estatus de superestrella del deporte mundial es algo que Rafael Nadal ya se había ganado antes del 11 de junio de 2017. Compartiendo escena con otros extraterrestres de la raqueta como Federer, Djokovic y en menor medida Murray, el tenista español supo labrarse su propio camino con la tierra batida como epicentro de sus hazañas, y Roland Garros ejerciendo de escenario que corona al rey año tras año. Con la victoria frente a Wawrinka, Rafa ha escrito una página más en los anales de la historia del tenis, el primer tenista en llegar a las dos cifras en un Grand Slam.

El rival era el más duro posible para una final, Wawrinka, el hombre imbatido en las finales de los grandes, pero el dominio de Nadal se extiende a mucho más que eso en esta edición de Roland Garros. Porque el de Manacor ha batido sus propios récords, rejuveneciendo hasta monopolizar el cuadro como lo hizo en 2008, y levantar los brazos como en las nueve anteriores ocasiones en las que se proclamó campeón.

Pero esta no es la historia de un gran deportista con una carrera idílica, y eso hace aún más grande la hazaña de Rafael, que ha atravesado un camino lleno de piedras en forma de lesiones e imprevistos, pero estos no le impidieron ascender a lo más alto. Y siempre rompiendo barreras y habladurías. Las de los que dijeron que nunca rendiría más allá de la tierra batida, las que vaticinaron una retirada temprana y las que le negaron el cielo a un diestro que se convirtió en zurdo para construirse un nombre entre los más grandes, a base de efectos inusitados hasta entonces y una mentalidad a prueba de bombas que ha ejercido de escudo para que hoy pueda admirarse el apellido Nadal allá donde se escuche.

Impresionante, imbatible, increíble… los adjetivos se acaban si hablamos de Nadal y lo que está en juego es un partido en la pista Philippe Chratier, pero Rafa es mucho más que la heroica hazaña lograda en Roland Garros y por ello, si continua con la progresión acabará como número uno del mundo de la ATP en 2017, algo secundario para él, pero que no hace sino confirmar su lugar de privilegio entre los mejores deportistas de la historia. Grande entre los grandes.