Marcos Llorente, a jugar

Lo bueno de tener dos hombres por puesto es que se puede dar descanso con mayor frecuencia a los titulares, y más si vienen de hacerse 8.000 kilómetros en poco más de una semana. Eso mismo es lo que pensará Zidane para cuando los suyos se reincorporen tras el parón de selecciones y lleguen a Madrid jugadores como Marcelo, Casemiro o Keylor.

Uno de los recambios es Marcos Llorente. El canterano madridista aún no ha tenido la oportunidad de ser titular esta temporada en competición oficial. Una situación que podría cambiar el próximo domingo. El Real Madrid recibe en el Bernabéu al recién ascendido Levante y podrían ser su turno.

Casemiro es un fijo para Zizou. Convertido en pieza clave, de la mano del técnico, el brasileño es a día de hoy el mejor del mundo en su posición. Sin lugar a dudas, una baja sensible para los blancos de no estar. Además, en los últimos tiempos se le ha visto una evolución, dejando verse por las inmediaciones del área rival con más frecuencia y sacando su lado más goleador.

La presencia de Casemiro en el once es incuestionable. Pero el entrenador del Real Madrid ha resuelto este verano un problema que tenía la pasada campaña. En ausencia de su pivote, no había otro que realizara su trabajo. Sin embargo, la llegada en junio de Llorente ha dado la vuelta a la situación, al igual que pasa en el lateral izquierdo.

El canterano blanco es un pulpo. Recupera cada balón que encuentra a su paso. De hecho, la pasada temporada, cedido en el Alavés, fue el mayor recuperador de la Primera división. Su gran trabajo en el conjunto vitoriano la pasada campaña, le hizo regresar a casa, pero esta vez para formar parte del primer equipo.

Ha sido habitual verle fuera de las convocatorias de Zidane durante estos primeros partidos de la temporada. Pero, ahora, tras la paliza de Casemiro entre aviones, todo apunta a que jugará. El brasileño jugo en casa ante Ecuador el pasado jueves. El martes, estará en Barranquilla para medirse a Colombia, que se juega su presencia en el Mundial.

Tras el partido ante el combinado cafetero, él y Marcelo volverán a Madrid. Un trayecto de más de 8.000 kilómetros, demasiado en poco más de una semana. Con un sustituto de lujo en la plantilla, Casemiro podrá descansar y prepararse para el debut madridista en Liga de Campeones ante el APOEL, que tendrá lugar el miércoles 13.