Capitán Ramos: del suero a marcarse un partidazo en San Mamés en 48 horas

Sergio Ramos es todo compromiso. El capitán del Real Madrid bordó una enorme actuación en el duelo que enfrentó a los blancos ante el Athletic en San Mamés. El hombre que hace los goles imposibles estuvo imperial en defensa junto a Nacho Fernández y casi vuelve a acudir a su cita con la diana, pero esta vez el centro perfecto de Toni Kroos y su cabezazo se marcharon por muy poco. Ramos lo dio todo durante los 93 minutos que duró un duelo tremendamente exigente. Y lo dio todo a pesar de haber estado menos de 48 horas antes ingresado en el Hospital Sanitas La Moraleja. 

Ramos ha pasado una semana de esas que dejan destrozado a cualquier mortal. Una gastroenteritis se ha cebado con el camero durante los últimos días hasta el punto de llevarle el pasado jueves a ingresar en el centro medico y tener que recibir suero. El suero ha permitido al andaluz recuperarse del virus estomacal, aunque no se ha podido ejercitar con normalidad y no se ha alimentado como lo debe de hacer un deportista de élite. Pero a Ramos le ha dado igual.

Sergio era consciente de la importancia del enfrentamiento que tenían por delante a los madridistas. Los blancos se jugaban media Liga en su visita a Bilbao y para colmo Pepe y Raphael Varane eran baja. Por lo tanto, el único central sano era Nacho Fernández. En otras circunstancias Ramos podría haber optado por descansar, pero sabía que no podía dejar tirado a su equipo. Finalmente jugó y a pesar de la debilidad volvió a demostrar que es el mejor central del mundo. 

Un guerrero al servicio de su equipo

Esta no es la primera vez que Ramos juega con dolor o tras superar cualquier tipo de enfermedad. Sin ir más lejos, un largo trecho de la temporada pasada la disputó con dolencias en el hombro que le obligaron a infiltrarse o inmovilizarse casi en su totalidad la extremidad. Esto le lastraba a la hora de realizar su profesión con normalidad, pero la fuerza de Sergio es superior a cualquier tipo de lesión.