Albert Arenas, campeón del mundo de Moto3

• Miguel Zorío @miguelzorio
• Redactor de deportes. Apasionado del deporte y especialista en motociclismo.
• • 22/11/2020 12:45
  • Actualizado: 22/11/2020 13:22

Raúl Fernández se llevó la victoria en el GP de Portugal, y Albert Arenas se proclamó campeón del mundo de Moto3 tras cruzar la línea de meta en la dudodécima posición, por detrás de Ogura (octavo) y Arbolino (quinto), sus rivales por el título. En las últimas vueltas se le complicó todo y casi le cuesta el campeonato. Podía perder hasta ocho puntos con el japonés y 11 con el italiano, y cedió siete con Arbolino y cuatro con Ogura.

Al piloto español no le quedaba otra que calcar la carrera de Ogura, que salía justo por delante del piloto del Aspar Team. Durante las primeras vueltas siguió la estela del japonés, manteniéndose a su rueda hasta que logró pasarle. Desde ese mismo instante estuvo casi todo la carrera por delante de su rival en un grupo de siete pilotos, peleando con Jeremy Alcoba por la segunda posición.

Con el paso de la carrera, Raúl Fernández fue distanciándose mientras Ogura perdía fuelle y veía como Tony Arbolino, que salía 27, le adelantaba a nueve vueltas para el final. Mientras tanto, Albert seguía por delante peleando por el podio, pero poco a poco el italiano le fue recortando al español hasta alcanzarle. Durante unas vueltas se vivió una batalla intensa entre los dos candidatos al título.

A falta de cinco vueltas para el final se torció todo para Albert Arenas, que parecía tenerlo todo bajo control hasta ese momento. Cuando parecía que Ogura estaba fuera de la batalla, de repente el japonés se rehizo, le adelantó y provocó un final de infarto. El español se quedó último del grupo de varios pilotos que luchaban por la quinta plaza. Arbolino se fue un poco en las últimas vueltas y acabó quinto, mientras el japonés cruzaba la meta en octava posición.

Tras un final intenso, no apto para cardíacos, en el que el título peligraba, el piloto de Aspar terminó duodécimo. Por suerte la distancia con Arbolino y Ogura era suficiente para sentenciar el campeonato de Moto3, eso sí, no sin sufrir. Lo pasó mal pero tras ver la bandera a cuadros soltó todo ese sufrimiento que tenía dentro para celebrar que era campeón del mundo de Moto3.