El vino tiene la capacidad de unir. Tomarse una buena copa de un buen caldo denominación de origen puede ser un auténtico placer compartido. Pero, entorno al vino hay mucho más. El enoturismo está cada vez más de moda y no es para menos. Transversal a las provincias de Segovia, Ávila y Valladolid, La Ruta del Vino de Rueda se configura en torno a multitud de municipios históricos, ecosistemas naturales, bodegas de ensueño, alojamientos singulares, restaurantes de cocina territorial, tiendas gourmet y ricas despensas, una suma de opciones que la convierten en un destino turístico en sí mismo, que no te puedes perder este 2022. La Ruta del Vino de Rueda engloba numerosas bodegas, hoteles llenos de encanto, artesanos enamorados de su tierra, historia, arte… y sobre todo, miles de historias preciosas que esperan ser contadas.
La Ruta del Vino de Rueda, una de las 33 Rutas del Vino de España, y su oferta, rica y completa, garantiza la plenitud del viajero en solo una jornada. Cerca de 150 socios —entre bodegas, restaurantes, alojamientos, tiendas, productores, etc.— la conforman y dibujan un paisaje en el que tradición, vanguardia y riqueza natural y patrimonial convergen de manera orgánica. Planes imperdibles entorno a un vino extraordinario.
Los paisajes infinitos entorno a los vinos Rueda
Los amantes del aire libre encontrarán en Rueda un reducto de paz a cielo abierto que acoge su propia ruta ecuestre, senderista y cicloturista —la primera asociada al mundo el vino en España, que transcurre a lo largo de los 40 kilómetros de viñedos, castillos y tierras de cultivo que unen Medina del campo, Rueda y La Seca— y donde confluyen dos de los tres caminos jacobeos. Además, las propias bodegas promueven la conexión del visitante con el entorno y la biodiversidad, sobre todo aquellas que, como Menade (Navas del Rey, Valladolid), apuestan por la producción ecológica y biodinámica de sus vinos. Destaca la labor de BUTEO, que propone paseos medioambientales en bicicleta eléctrica entre viñedos y rutas de interpretación de la naturaleza.
Descubrir de cerca el producto y vivir la magia del vino en primera persona
Rutas ecuestres de ensueño
Lugares idílicos para desconectar y reconectar
El agua y a sus beneficios para el cuerpo y el alma se consagra una de las opciones de alojamiento más atractivas de la Ruta, el Castilla Termal Balneario de Olmedo, erigido sobre una construcción mudéjar del siglo XII. Se trata de un complejo termal de cuatro estrellas que alberga 82 habitaciones, un restaurante y un moderno balneario donde consagrarse a las aguas mineromedicinales del manantial de Sancti Spiritus; incluye una piscina termal y una exterior, un circuito de contrastes y una amplia carta de masajes y tratamientos faciales y corporales.
Descubrir la singular ‘Playa de las Damajuanas’
El Duero, río vinícola por excelencia, es el telón de fondo de diversas experiencias en torno a la Ruta: su línea puede seguirse a pie, en bicicleta o a caballo a través de la Senda de Gran Recorrido del Camino Real o Camino Natural del Duero (GR 14) que suma 72 kilómetros en tres etapas. El río, además, riega el único parque natural de la provincia de Valladolid, el de las Riberas del Castronuño, que puede recorrerse a través de diversas rutas senderistas. Pero también, existen playas fluviales en los ríos Duero, Eresma, Adaja o Zapardiel, tan bonitas como las marítimas pero menos concurridas, y otras absolutamente insólitas, como la ‘playa’ de damajuanas de Bodegas de Alberto. Ubicada en Serrada, Valladolid, es hoy en día la bodega referente en la elaboración de vinos dorados, procedentes de una crianza oxidativa en dos fases; la primera de ellas tiene lugar en la mencionada ‘playa’ de damajuanas, expuestas al sol, un horizonte turquesa y cristalino en el que zambullirse y más espectacular si cabe en días de sol.
Degustar panes artesanos de la zona
La artesanía, valor intrínseco al buen vino, es una constante en Rueda, cuyos productos clave deberían entrar a engrosar nuestra despensa en 2022. En la Ruta podemos adquirir queso, que recientemente ha obtenido la IGP ‘Queso Castellano’, que destaca la labor de la tienda Rueda Cheesemonger, que afina los quesos en antiguas bodegas subterráneas del siglo XVIII: piñones, uno de los ingredientes más exclusivos de nuestro país. Panes elaborados con masa madre y repostería artesana. Paradas imprescindibles para los golosos son La Giralda de Castilla, en Matapozuelos, cuyos dulces, como las pastas de piñón o los mantecados de Verdejo, se elaboran solo con ingredientes del entorno, o Xokoreto (Castronuño, Valladolid), innovadora confitería que apuesta por la modernidad sin olvidar la tradición repostera de la zona.
Probar referentes culinarios de la zona…
En la ruta del Rueda, se disfruta lógicamente, de excelente gastronomía. Es posible disfrutar de un producto de máxima calidad y de proximidad, en el cual basan sus propuestas los restaurantes de la zona, desde los más tradicionales hasta los más innovadores. Clásicos asados castellanos de lechazo o cochinillo, sopas de ajo y carnes de caza son los protagonistas de un recetario hedonista que no entiende de culpabilidad. Parada ineludible es La Botica de Matapozuelos, convertido en uno de los referentes culinarios de Castilla y León con una estrella Michelin y un Sol Repsol. Se trata de un sitio perfecto para darse un homenaje a base de platos que se nutren de ingredientes del entorno —raíces, hierbas, bayas y plantas silvestres, con especial atención a las piñas y piñones— que recolecta el propio chef, Miguel Ángel de la Cruz.