Un estudio desvela cómo somos al volante: el 80% de los conductores reconoce haberse cabreado conduciendo
Conoce más sobre cómo actuamos al volante.
¿La personalidad puede influir en la probabilidad de experimentar enfado o ira cuando se conduce? Es posible que sea así, de todas formas, vamos a ver una serie de perspectivas intrigantes en un reciente estudio que nos ha revelado una serie de resultados sobre la relación existente entre la personalidad y la agresividad del conductor.
Un vistazo a los espectros de la personalidad
Todas las personas son diferentes y en este sentido debemos decir que las personalidades pueden ser distintas, desde los introvertidos hasta los oradores públicos o el impaciente que le gusta saltarse las filas.
Uno de los aspectos más importantes del estudio español es un análisis de estos variados tipos de personalidad sobre una actividad tan habitual como es conducir.
La investigación habla del trabajo de los académicos como Bassett, que ha señalado que las personas que se perciben como más intimidantes o groseras, suelen tener una tendencia mayor a ser agresivas cuando conducen.
Suelen tocar el claxon más a menudo, así como caer en el enfado si se compara con otros conductores que tengan una paciencia mayor, seguro que alguna vez lo has podido comprobar.
En este estudio también se pudo notar que aquellos que son más impacientes, intolerantes al estrés y a la ira, tienen mayor propensión a conducir de manera más agresiva.
No sorprende que el estudio deje claro que hay una relación entre la personalidad y los mecanismos individuales para afrontar el tema, que están relacionados directamente con el estrés para conducir y tomar decisiones.
El factor de la edad y sexo
Pese a que los conceptos de la edad y sexo puedan indicarnos la agresividad al volante no son algo novedoso, la investigación sobre dichos factores en los países hispanohablantes es reducida.
El caso es que el estudio de nuestro país ha explorado de manera cuantitativa estos influenciadores. Por todo ello, los datos demuestran cómo un conductor cabreado joven puede enseñarnos comportamientos de frustración e impaciencia.
Por el contrario, una conductora de más edad es posible que confíe más en su experiencia para manejar el estrés en la carretera.
Conductores y competencias
Existe una importante diferencia, puesto que el estudio ha aclarado que hay diferencias entre la incompetencia del conductor cabreado y una conducción agresiva.
La incompetencia puede aparecer de no tener mucha experiencia o formación, mientras que la agresividad al volante está vinculada a rasgos que son inherentes a uno o a respuestas al estrés.
Por lo tanto, no es lo mal que uno conduce, sino cómo uno reacciona al conducir.
La experta Julianna Marshall, de International Drivers Association que se hicieron eco de esta noticia, afirma que «El control sobre las propias reacciones es crucial para mantener no solo la seguridad vial sino también la salud mental. Es esencial recordar que las carreteras son espacios compartidos. La paciencia, el respeto y la comprensión de los demás son atributos clave que pueden disipar situaciones de ira al volante.»
Todo ello, ¿cuál es el significado que tiene para el conductor cabreado promedio?
Vamos a dejar una serie de lecciones a nivel práctico que nos deja la investigación:
- Autoconciencia: debes comprender lo que desencadena tus situaciones de estrés y aprende a controlar las reacciones que tienes.
- Formación: mejoran las habilidades de conducción para poder reducir las situaciones de estrés.
- Paciencia: todos quieren llegar al destino de forma segura.
- Respeto: debes tratar a los otros en carretera como lo harías en cualquier entorno de carácter social.
- Positividad: es necesario adoptar una actitud de lo más positiva sobre compartir el espacio en la carretera.
Un útil estudio
Este tipo de estudios valen como interesante estudio sobre la vida urbana en el tiempo que vivimos, donde para muchas personas lo cierto es que conducir ha pasado a ser una actividad fundamental.
Según nos preparamos para el viaje del día a día, no hay que olvidar que las carreteras, lo mismo que la sociedad, suelen funcionar con eficaz, respeto y comprensión por parte de todos.
No debemos olvidar unas sabias palabras que sostiene Julianna Marshall: «Nadie es perfecto en las carreteras, sin importar nuestros hábitos individuales. Y pequeñas mejoras en nuestros comportamientos pueden llevar a carreteras más seguras y a una experiencia menos estresante y más agradable para todos los implicados.»
Podemos concluir…
Después de todo lo que hemos comentado, parece claro que son bastantes los factores que hay que valorar cuando se trata de cabrearse o tener reacciones malhumoradas al volante.
Por todo ello, es importante conocernos mejor y saber un poco mejor cuáles son nuestros puntos débiles y relativizar, puesto que muchas veces algunos de esos cabreos no son para tanto y podemos evitarnos problemas.
A pesar de todo, somos conscientes de que no es algo sencillo y que no siempre se puede evitar, pero siempre que sea posible, es bueno respirar y contar hasta 10 antes de reaccionar. Seguro que te tomarás las cosas con más calma.
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