Contenido
- 0.1 Ni crucigramas ni ajedrez: el mejor ejercicio para que los jubilados de más de 65 activen su memoria
- 0.2 La solución para dormir no está en las pastillas: esta es la clave real para dormir bien cada noche
- 0.3 Vivir con el síndrome de fatiga crónica: ¿es bueno hacer ejercicio?
- 1 Esto es lo que deben comer los mayores de 60 años para tener energía, según expertos
- 2 ¿Por qué es tan importante esta dieta para los mayores de 60 años?
- 3 ¿Qué comer para arrancar con energía real?
A partir de los 60, el cuerpo cambia la forma en que responde a lo que comemos, lo que hacemos y cómo descansamos. Lo que antes servía para mantener la energía, ahora muchas veces se queda corto. Caminar ayuda, claro. Dormir ocho horas también. Pero hay algo más simple, más diario y más subestimado que podría marcar una diferencia mayor: desayunar proteína y fibra.
Según la Clínica Mayo, este pequeño cambio en la primera comida del día puede mejorar de forma real cómo te sientes durante las siguientes horas. No hace falta correr una maratón ni tomar suplementos raros, sólo basta con elegir bien qué poner en el plato al arrancar el día.
Esto es lo que deben comer los mayores de 60 años para tener energía, según expertos
Como indica la Clínica Mayo, la fibra no sólo ayuda a ir mejor al baño. También alimenta las bacterias buenas del intestino, esas que influyen directamente en cómo digerimos, cómo nos defendemos de infecciones y hasta en nuestro estado de ánimo. Además, ralentiza la absorción del azúcar y evita picos de glucosa, algo clave para personas con diabetes o resistencia a la insulina.
La proteína, por su parte, da saciedad duradera y ayuda a conservar masa muscular, algo que se vuelve fundamental con los años. Comerla en el desayuno previene la sensación de fatiga y los atracones de media tarde. Es como darle al cuerpo un buen combustible desde temprano.
Este combo (fibra más proteína) tiene también impacto en el peso, ya que ayuda a controlar el apetito de forma natural. Uno se siente más lleno con menos comida, y eso reduce la ansiedad por picotear entre horas.
¿Por qué es tan importante esta dieta para los mayores de 60 años?
A esta edad, mantener la masa muscular ya no es una opción estética, sino que se hace por salud. La pérdida de músculo con los años (conocida como sarcopenia) afecta la movilidad, el equilibrio y aumenta el riesgo de caídas. Un desayuno con proteína ayuda a combatir esto.
Por otro lado, el sistema digestivo también cambia. Se vuelve más lento, más sensible. La fibra ayuda a que el intestino siga funcionando con regularidad, algo que muchos mayores conocen bien cuando empieza a fallar. Además, reduce el riesgo de enfermedades como la diverticulitis, que se vuelve más común con la edad. Es decir: este hábito no solo da energía, también puede evitar problemas serios.
Tampoco hay que olvidar la glucosa. Muchas personas después de los 60 desarrollan prediabetes o diabetes tipo 2. Desayunar con fibra y proteína mantiene el azúcar en sangre más estable.
¿Qué comer para arrancar con energía real?
Lo mejor de todo es que no hace falta complicarse ni caer en recetas raras. Un tazón de avena con semillas de chía y yogur griego ya cumple con lo necesario. También puede ser una tostada de pan integral con aguacate y huevo. O un batido con plátano, espinacas, linaza y leche vegetal. Incluso un puñado de nueces con una fruta es mejor opción que cualquier bollería industrial.
La clave está en elegir alimentos que no vengan de paquetes con ingredientes imposibles de pronunciar. Y, si se puede, evitar los cereales azucarados, panes blancos o jugos envasados que parecen sanos pero no lo son.