Contenido
- 0.1 Los motivos por los que en Navidad vemos siempre las mismas películas en casa: los psicólogos lo explican
- 0.2 El sorprendente color que recomiendan los expertos para que los mayores de 65 años se vean más juveniles
- 0.3 Ésta es la razón por la que no te acuerdas de lo que sueñas: la ciencia lo ha confirmado
- 1 ¿Por qué tu hijo hace lo contrario a lo que le dices?
La crianza de los hijos es un proceso desafiante que requiere paciencia, afecto y límites claros. En este sentido, durante la infancia temprana, muchos padres se sorprenden al observar que tu hijo hace lo contrario a lo que le dices. Por lo general, esta conducta suele generar frustración, cansancio y dudas sobre el modo de educarlos. Sin embargo, expertos en educación explican que este comportamiento es habitual y responde a procesos normales del desarrollo infantil. A su vez, mencionan que es importante comprender por qué ocurren estos comportamientos para acompañar a los niños con paciencia y evitando tensiones.
Diferentes instituciones especializadas en el tema aseguran que, cuando un niño desobedece de forma reiterada, no siempre está cuestionando la autoridad parental, sino explorando sus propios límites, capacidades y emociones en una etapa decisiva de construcción de la identidad. En este sentido, entre los dos y los cuatro años se produce un cambio profundo en la manera en que los niños se perciben a sí mismos y al mundo que los rodea. Es una etapa en donde progresivamente dejan de ser bebés completamente dependientes y comienzan a descubrir que pueden decidir, elegir y actuar por cuenta propia. Según explican especialistas en educación como Criar con Sentido Común, esta necesidad de afirmación se manifiesta a menudo a través de la oposición. Decir “no” o hacer lo contrario se convierte en una herramienta para confirmar su autonomía. «No se trata de una conducta aprendida por una mala educación, sino de un paso evolutivo necesario para desarrollar personalidad, autoconcepto y seguridad emocional en la primera infancia», sostienen.
¿Por qué tu hijo hace lo contrario a lo que le dices?
La psicología del desarrollo señala que la conducta de negación de parte de los hijos cumple una función adaptativa, según el Sistema de Salud de la Universidad de Miami. A través de ella, el niño comprueba hasta dónde llegan sus capacidades y qué impacto tienen sus decisiones.
«Llevar la contraria es, en muchos casos, una forma de decir “yo también cuento”. Este comportamiento aparece cuando el niño empieza a reconocerse como un ser separado de sus padres y necesita reafirmar esa diferencia para construir su identidad», explican desde Criar con Sentido Común.
La necesidad de autonomía y control de los hijos ante sus padres
Una de las principales razones por las que tu hijo hace lo contrario a lo que le dices es la necesidad de sentir control sobre su vida cotidiana. Desde elegir la ropa, decidir qué taza usar o determinar el orden de las actividades, tener poder de decisión les proporciona una sensación de competencia.
Cuando los adultos deciden todo por ellos, pueden surgir conflictos innecesarios. En este sentido, los profesionales coinciden en que dar pequeñas parcelas de poder reduce la oposición y fortalece la cooperación.
Muchas discusiones familiares no tienen que ver con asuntos importantes, sino con intentos inconscientes de demostrar autoridad. Entrar en luchas de poder desgasta la relación y aumenta la resistencia del niño.
La planificación y la anticipación ayudan a evitar prisas y órdenes constantes. El ritmo infantil es distinto al adulto, y respetarlo disminuye notablemente los enfrentamientos. Una de las claves es ofrecer opciones cerradas y seguras para equilibrar límites y autonomía.
Por ejemplo, elegir entre dos desayunos saludables previamente seleccionados por los padres permite al niño decidir sin poner en riesgo su bienestar. Este enfoque fomenta la responsabilidad y reduce la oposición sistemática.
Las rutinas y los límites controlan la actitud de los hijos
Las rutinas aportan seguridad emocional y previsibilidad. Saber qué viene después ayuda a los niños a regularse y disminuye la necesidad de desafiar constantemente. Al mismo tiempo, los límites deben ser firmes y coherentes.
Según expertos de la plataforma Educar es Todo, cambiar de opinión ante una norma ya establecida debilita la autoridad y genera confusión, favoreciendo conductas desafiantes futuras.
A su vez, advierten que muchas veces el castigo genera rebeldía y puede intensificar la conducta contraria de los hijos hacia sus padres. En este sentido, se presentan actitudes de resentimiento, rebeldía y retraimiento.
«Lejos de enseñar, el castigo puede provocar rencor y una mayor oposición, además de afectar la autoestima y la relación emocional con los padres», mencionan los especialistas.
La falta de autonomía, razón por la que tu hijo hace lo contrario a lo que le dices
La sobreprotección o un estilo educativo excesivamente autoritario también pueden provocar un efecto rebote. Cuando no se les permite participar ni expresar emociones, los niños buscan recuperar el control desobedeciendo.
Por lo tanto, desde Criar con Sentido Común aconseja atender las necesidades emocionales de los hijos, validar lo que sienten y transmitir confianza para favorecer vínculos respetuosos, saludables y que eviten que hagan lo contrario a lo que dicen los padres.
Además, sugieren educar desde la empatía, la coherencia y el respeto para acompañar el desarrollo sin confrontaciones constantes. «Cuando el niño se siente escuchado, capaz y valorado, la necesidad de llevar la contraria disminuye, dando paso a una relación basada en la confianza mutua», mencionan.






