El paso del tiempo puede verse reflejado en el estado físico de las personas, su energía y capacidad de movilidad. Sin embargo, a pesar de los años y la edad, es importante mantener cuidados generales mediante actividad, ejercicios, alimentación saludable y descanso óptimo. Y así acelerar tu metabolismo.
En este sentido, muchas personas acuden a dietas para intentar mantenerse en un peso saludable. Sin embargo, hay otra forma de acelerar el metabolismo sin necesidad de realizar regímenes algo estrictos especialmente tras los 50 años.
Cómo trabaja el metabolismo en el cuerpo
El proceso de metabolismo consiste en la transformación que realiza el cuerpo de los alimentos y bebidas para generar energía a partir de las calorías y el oxígeno. Nuestro organismo requiere de energía para que el cuerpo ejecute sus movimientos y las funciones elementales como respirar, crecer, circular la sangre y reparar células dañadas.
«Las personas pueden tener un metabolismo rápido, lento o normal, independientemente de su tamaño y composición corporal», declara el doctor Chih-Hao Lee, profesor de genética y enfermedades complejas en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard.
El factor de la edad muchas veces es materia de análisis y debate en torno a cómo incide en el proceso del metabolismo. A medida que pasan los años, las personas pueden percibir un ritmo más lento. Sin embargo, la velocidad del proceso se registra en la facilidad o dificultad de una persona para aumentar o perder peso.
En los casos en que hay un metabolismo lento hay una menor quema de calorías y estas son almacenadas en el cuerpo como grasa. A mayor ritmo metabólico, la quema de calorías se produce de manera más rápida.
Las condiciones ambientales también presentan incidencia en el desarrollo del metabolismo. Según una investigación de Sergio Valdés y Gemma Rojo Martínez, integrantes del área de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas del Centro de Investigación Biomédica en Red del Hospital Regional Universitario de Málaga, hay relación entre el nivel de lípidos en sangre y la exposición a contaminantes del aire.
“La contaminación del aire, tradicionalmente asociada con patologías respiratorias, tiene también efectos nocivos sobre el nivel de lípidos sanguíneos y puede incrementar los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares”, sugiere el estudio.
Cómo acelerar tu metabolismo sin hacer dieta
En la relación del metabolismo y la edad, para el doctor Chih-Hao Lee los factores más importantes a medida que envejecemos suelen ser la mala alimentación y la inactividad.
De esta manera, para el profesor de genética y enfermedades complejas en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard no se puede culpar enteramente al metabolismo lento por el aumento de peso.
Existen una serie de consejos y prácticas que estimulan y favorecen el metabolismo sin necesidad de acudir a dietas a partir de los 50. Uno de los más recomendados es la activación muscular a través de realizar ejercicios de manera diaria con salidas a andar o rutinas de cardio.
Otra manera de activar el músculo es mediante la alimentación y la proteína. Para un mejor asesoramiento y llevar a cabo una dieta equilibrada, es recomendable consultar a un médico nutricionista para preparar un esquema de alimentos adecuados.
Entre los consejos a tener en cuenta, debemos evitar alimentos que activan la grasa como el azúcar. El sedentarismo la convierte y almacena en forma de grasa y, además, es un causante de malestares y procesos de inflamación.
La Fundación Española del Corazón señala que el sedentarismo sólo se combate con actividad física. La clave está en modificar los hábitos sedentarios de vida y ocio y transformarlos de forma que se incremente nuestro nivel de actividad física y deporte. En el caso de los adultos sedentarios que llevan mucho tiempo sin hacer ningún tipo de ejercicio es conveniente que consulten a su médico: tan peligroso es para la salud no hacer nada de deporte como, en esa situación, lanzarse a un ejercicio exhaustivo y desmedido de forma aislada.
Otra de las medidas con gran valor y significado para acelerar tu metabolismo sin hacer dieta a partir de los 50 es con un descanso ordenado. Es el momento en que el cuerpo logra la recuperación de las actividades y ejercicio.
A su vez, un buen cumplimiento de las horas de sueño facilita la digestión para conseguir los nutrientes necesarios que desarrollan los músculos y regulan hormonalmente las funciones corporales.
Buenos hábitos
Un factor que dificulta y condiciona el proceso de metabolismo es el estrés. Su hormona, el cortisol, envía la señal al cuerpo para que guarde la grasa en vez de quemarla. Esto ocasiona una sensación de cansancio y agotamiento permanente, que incide en el deseo y la estimulación para realizar ejercicio físico.
El ejercicio y el alivio del estrés
Mayo Clinic relaciona estos conceptos porque el ejercicio mejora la salud general y la sensación de bienestar, lo que aporta energía a tu ritmo de vida todos los días. Y relata los diversos beneficios.
- Aumenta las endorfinas. La actividad física puede ayudarte a aumentar la producción de los neurotransmisores del cerebro que nos hacen sentir bien, denominados endorfinas.
- Reduce los efectos negativos del estrés. El ejercicio puede aliviar el estrés del cuerpo y, al mismo tiempo, imitar los efectos del estrés, como la reacción de alarma, y ayuda al cuerpo y tus sistemas a practicar el trabajo conjunto a través de esos efectos.
- Es una meditación en movimiento. Después de un juego de ráquetbol de ritmo rápido, una caminata larga o una carrera, o varias vueltas en la piscina, posiblemente te des cuenta de que te has olvidado de la irritación del día.
- Mejora tu estado de ánimo. El ejercicio regular puede aumentar la confianza en uno mismo, mejorar tu estado de ánimo, ayudarte a relajarte y disminuir los síntomas de depresión leve y ansiedad.
Otro consejo para un metabolismo óptimo sin recurrir a dietas tras los 50 años es beber agua. El consumo de tabaco es un factor que atenta en el proceso metabólico. Al fumar, se ve perjudicada la construcción y el mantenimiento muscular, hay daño pulmonar y riesgos cardiovasculares.